En Sidney 2000, el Torneo Olímpico Masculino de Fútbol mantenía (todavía lo hace) su formato clásico de 16 participantes divididos en 4 grupos, de donde saldrían 8 selecciones (los dos primeros clasificados de cada uno de los grupos) que disputarían los cuartos de final. El sorteo se había celebrado varios meses antes, y de hecho cuando España certificó su clasificación en el Europeo sub'21 de Eslovaquia ya sabía quienes serían sus rivales en la primera fase y los posibles contrincantes en las eliminatorias. El azar había deparado los siguientes grupos:Nº - Pos - Nombre y apellidos - Nacimiento - Club
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1 . PO Daniel ARANZUBIA Aguado - 18/09/1979 - Athletic Bilbao
2. DF Jesus Mari LACRUZ Gómez - 25/04/1978 - Athletic Bilbao
3. DF Joan CAPDEVILA Méndez - 03/02/1978 - RC Deportivo La Coruña
4. DF Carlos MARCHENA López- 31/07/1979 - SL Benfica
5. DF UNAI Vergara Díaz-Caballero - 20/01/1977 - Villarreal CF
6. MC David ALBELDA Aliqués - 01/09/1977 - Valencia CF
7. DL Miguel Angel ANGULO Valderrey - 23/06/1977 - Valencia CF
8. MC XAVI Hernández Creus - 25/01/1980 - FC Barcelona
9. DL JOSE MARI Romero Poyón - 10/12/1978 - AC Milan
10. MC GABRI García de la Torre - 10/02/1979 - FC Barcelona
11. MC Jordi FERRÓN Forné - 19/08/1978 - Real Zaragoza
12. DF Carles PUYOL Saforcada - 13/04/1978 - FC Barcelona
13. DL Albert LUQUE Martos - 11/03/1978 - Real Mallorca
14. DF Iván AMAYA Carazo - 03/09/1978 - Atlético de Madrid
15. MC ISMAEL Ruiz Salomón - 07/02/1977 - Racing Santander
16. MC Toni VELAMAZÁN Tejedor - 22/01/1977 - RCD Espanyol
17. DL Raúl TAMUDO Montero - 19/10/1977 - RCD Espanyol
18. PO FELIP Ortiz Martínez - 27/04/1977 - CF Extremadura
Cuando iniciaron el largo viaje a Australia no lo sabían, pero en las antípodas estos 18 jugadores lograrían inscribir su nombre junto a otros medallistas olímpicos de nuestro fútbol como los clásicos Zamora, Samitier o Pichichi (plata en Amberes 1920) o los más recientes Kiko, Guardiola o Luis Enrique (campeones en Barcelona 1992). Y aunque sólo la mala suerte les privó de conseguir el oro, después de otro fracaso de la selección absoluta aquel nuevo éxito de las categorías inferiores nos reconcilió con la Roja, llenándonos otra vez de esperanza para un futuro que tardó en llegar pero que sin duda hizo que la espera mereciera la pena.
Cuando la legendaria atleta aborigen Cathy Freeman encendió el pebetero del Estadio Olímpico de Sidney, los XXVII Juegos Olímpicos de Verano de la Era Moderna quedaron oficialmente inaugurados. Desde ese mágico momento el Mundo entero se entregaba a dos semanas de pasión deportiva, ávido de descubrir a los héroes del Nuevo Milenio. Es el 15 de septiembre del año 2000, y todos los participantes preparan su debut. Bueno, todos no. Los componentes de las 24 selecciones de fútbol presentes en Australia (16 masculinas y 8 femeninas) ya han disputado sus primeros encuentros. Y es que la relación entre el fútbol y los Juegos Olímpicos es, cuanto menos, extraña. Porque el fútbol es el único deporte que no arranca después de la inauguración de los Juegos, sino que comienza dos días antes de que el Fuego Olímpico alumbre al mundo. Porque el fútbol es el único deporte que no tiene los Juegos Olímpicos incluídos en su calendario internacional, sino que los hace coincidir con sus propias competiciones nacionales e internacionales. Porque el fútbol es el único deporte que no lleva a sus mejores practicantes masculinos a los Juegos Olímpicos, sino que celebra en ellos una especie de Campeonato Mundial sub'23 que en realidad tampoco es tal. Porque, en definitiva, el fútbol es el único deporte para el que los Juegos Olímpicos no son su máxima cita, sino que justamente en medio del Ciclo Olímpico celebra un Campeonato Mundial que es capaz de rivalizar mediática, social y económicamente con los Juegos.
Acabábamos la anterior entrada hablando de Galletti, un jugador que sin duda será recordado por haber sido el autor del gol que significó la victoria del Zaragoza sobre el Real Madrid en la final de Copa de 2004, y que a la postre supuso el comienzo del fin de la "era galáctica". Aquella noche Iker Casillas tuvo que contemplar impotente desde el banquillo como el lejano disparo del argentino batía a César Sánchez y volvía a dejarle a las puertas de un título de Copa del Rey, la única competición que todavía se le resiste. Pese a ese pequeño lunar, Iker es probablemente el arquero presente en Nigeria que más lejos ha llegado en su carrera profesional; sin embargo, en 1999 había otros mejor colocados que el mostoleño. De hecho, para la FIFA el mejor cancerbero de aquel campeonato fue el uruguayo Fabián Carini (foto), que luego se ha pasado casi toda su carrera calentando el banquillo de Juventus e Inter de Milán, jugando con cierta regularidad sólo en clubes menores como Standard de Lieja, Cagliari o Murcia. Al cuadro pimentonero llegó junto con Fernando Baiano, que tampoco ha podido cumplir en su carrera profesional con las elevadas expectativas que apuntaba en categorías inferiores, aunque no se puede decir que haya fracasado: estuvo goleando en Brasil hasta que se decidió a fichar por el Wolfsburgo en 2003, y aunque su experiencia en Alemania no fue demasiado brillante y tuvo que volver a su país, al año siguiente el Málaga le ofreció una oportunidad que no dejó pasar. Llegó en invierno y con sus goles salvó al conjunto malacitano, ganándose un traspaso al Celta donde siguió mostrando buenas maneras hasta que el descenso del club vigués precipitó su salida. Pero en Murcia su producción cayó en picado y tras otro descenso se buscó una rentable salida en los Emiratos Árabes. Sin duda, para el recuerdo quedará aquel penalti que le marcó a Stipe Pletikosa en los octavos de final. El portero croata fue uno de los destacados de su combinado (de hecho ya había debutado con la absoluta), y poco a poco se fue convirtiendo en uno de los mejores guardametas europeos, aunque quizá hasta la pasada Eurocopa no fuera muy reconocido por el gran públio ya que ha desarrollado toda su carrera en países del Este: en 2003 dejó el Hajduk Split para irse al Shaktar Donetsk (ya lo estábamos echando de menos, ¿verdad?), de donde pasó al Spartak de Moscú en 2007. A diferencia de su "verdugo" brasileño, Pletikosa no ha necesitado irse a Oriente Medio para ganarse un buen sueldo. Concluye aquí el extenso análisis al que hemos sometido a aquel ya legendario Mundial sub'20 de Nigeria con el que comenzó el camino que ha llevado a España a ocupar el escalón más alto del fútbol mundial. Hasta ese momento se habían dado pequeños e importantes pasos, pero aquel triunfo supuso el primer gran impulso para unas nuevas generaciones de jugadores que encontrarían su recompensa en junio de 2008. A partir de ahora recordaremos las siguientes etapas de ese camino, de Sidney a Canadá, pasando por Emiratos Árabes o Finlandia, que sirvieron para formar un equipo que todavía no conoce su techo.
BOTA DE BRONCE: Taylor Twellman (Estados Unidos): al igual que Komol, en aquel Mundial sub'20 consiguió 4 tantos en 4 partidos. Llegó a Nigeria cuando todavía jugaba en la Universidad de Maryland, pero tras su buen campeonato fichó por el Munich 1860. Sin embargo, no tuvo minutos con el primer equipo y a finales de 2001 decidió volver a Estados Unidos para jugar en la liga profesional de su país, la MLS. Siguiendo el peculiar sistema imperante en las Grandes Ligas estadounidenses, se presentó al Draft de 2002 donde fue adquirido por New England Revolution, club en el que todavía milita. A lo largo de estos años ha sido uno de los jugadores más destacados de la liga, obteniendo el trofeo de máximo goleador en 2002, 2003 y 2005. Con su selección ha disputado la Copa de Oro y la Copa América de 2007. En los últimos años ha tenido diversas lesiones que han mermado algo su rendimiento, y de hecho actualmente lleva varios meses de baja por problemas en las cervicales (se rumorea que incluso podrían apartarle definitivamente de los terrenos de juego). Aunque lejos de los grandes escenarios del fútbol mundial, viendo las experiencias de los demás galardonados se podría decir que Twellman ha tenido una trayectoria relativamente brillante.