miércoles, 16 de septiembre de 2009

Egipto 2009: El Nilo busca nuevo Faraón

El próximo día 24 arrancará en la histórica ciudad egipcia de Alejandría la decimoséptima edición del Campeonato Mundial Juvenil con el partido que enfrentará a la selección anfitriona con Trinidad y Tobago. Un partido a priori de poco brillo y que en cierta manera viene a confirmar que éste será un torneo cuanto menos extraño. Una vez más la FIFA ha vuelto a hacer gala de su escasa cintura programando un Mundial sub'20 en pleno arranque de la temporada europea y generando una polémica que no favorece en nada al deporte que supuestamente deberían cuidar. Por si hay algún despistado, recordamos que el problema surge porque en el calendario internacional acordado en su día por la FIFA y los representantes de los clubes no figuran las competiciones internacionales de base, por lo que en principio los equipos no estarían obligados a ceder a sus jugadores para estos eventos (algo que sí ocurre con las selecciones absolutas). El año pasado ya hubo más que palabras por la disputa de los Juegos Olímpicos de Pekín cuando Schalke 04, Werder Bremen y Barcelona reclamaron sus derechos ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), que acabó dando la razón a los clubes. Aunque finalmente los jugadores implicados (Rafinha, Diego Ribas y Leo Messi) acabaron disputando el torneo olímpico con sus selecciones, el caso puso de manifiesto la necesidad de abordar de una vez por todas el problema del calendario y sirvió como precedente para que este año, ante la celebración de este Mundial sub'20 y dado que no se ha avanzado en el asunto, los clubes se sientan aún más legitimados para impedir que sus jóvenes estrellas viajen a las tierras del Nilo. Ante esta situación, cada federación nacional se enfrenta a una difícil decisión, ya que se ve obligada a elegir entre enfrentarse a los equipos convocando a sus mejores futbolistas menores de 20 años o intentar apaciguar los ánimos de quienes pagan a los jugadores convocando una selección casi de consenso y con menos potencial. Aquí encontramos ejemplos para todos los gustos, desde la clásica posición de la Federación Inglesa de no convocar a ningún jugador que pertenezca a la primera plantilla de su club hasta la tomada por la RFEF, que ha optado por llevar a la mejor selección posible a riesgo de verse inmersa en una agria polémica que ya está dando sus primeros coletazos. Mientras tanto, lejos de intentar calmar las aguas, la FIFA amenaza con la decisión unilateral de obligar a los clubes a ceder a todos sus jugadores a sus respectivas selecciones, y entre tanto muchos futbolistas (que no dejan de ser chavales de menos de veinte años) siguen sin saber dónde y con quién jugarán esas cuatro semanas.

Pero el affaire de los convocados sólo es uno más de los muchos aspectos que están enturbiando un campeonato que amenaza con ser todavía más movido que el celebrado en Emiratos Árabes en 2003, que también se disputó en plena temporada. La raíz del problema está en la designación de la sede, Egipto, cuyas características climáticas condicionan y mucho la elección de las fechas para la disputa del campeonato. Pese a que las sedes (El Cairo, Ismailía, Suez, Alejandría y Port Said) están situadas en la zona norte del país, con un clima más mediterráneo que el abrasador sur, las temperaturas en los meses de verano, sin ser excesivamente altas, sí desaconsejan la celebración de un torneo de estas características, con muchos partidos concentrados en pocos días. Así que si el campeonato no puede celebrarse en verano porque el clima no es propicio y durante la temporada los clubes no están obligados a ceder a sus jugadores (lo que sin duda va a deslucir el torneo), la pregunta es obvia: ¿por qué celebrar un Mundial sub'20 en Egipto? La respuesta correcta sólo la podría ofrecer Joseph Blatter, pero seguramente la adornaría con justificaciones cuasi-poéticas sobre la necesidad de universalizar el fútbol o darles la oportunidad de crecer y demostrar que también pueden organizar eventos de este tipo a países que suelen estar alejados de los grandes escenarios del balompié mundial.

La realidad, más prosaica, nos hablaría de juegos de poder, favores debidos y cuestiones monetarias. Así entenderemos también otra de las polémicas de este Mundial, que no ha levantado tanto revuelo mediático pero que también tiene su miga y que además afecta directamente a la selección española. Una de las funciones de los mundiales juveniles, tanto masculinos como femeninos, es servir como banco de pruebas para la FIFA de nuevas medidas supuestamente encaminadas a mejorar el fútbol, y en esta ocasión se va a experimentar con un nuevo tipo de césped sintético que teóricamente mejora las prestaciones de anteriores superficies artificiales. Un césped que sólo se va a instalar en el Estadio Al-Salem de El Cairo (en la imagen), escenario en el que España disputará los partidos de la primera fase. Dejando a un lado esta circunstancia, no habría nada nuevo ni extraño (ya en el Mundial sub'17 de Finlandia 2003 se probó por primera vez el césped artificial en un torneo FIFA) de no ser por los recelos que genera el hecho de que el máximo organismo rector del fútbol mundial sólo homologue a unos pocos fabricantes con los que tiene acuerdos de exclusividad, y que serán los encargados de instalar estos campos por todo el planeta. Mucho dinero en juego y como casi siempre, muy poca información y menos transparencia.

Más allá de las ausencias que puedan producirse de jugadores de primer nivel, en lo estrictamente deportivo el torneo viene marcado por la no clasificación del actual campeón y principal dominador de la categoría en los últimos años (5 títulos de los últimos 7), Argentina, que cayó sorprendentemente en el Sudamericano sub'20 disputado en febrero. Además, otros clásicos como Francia, Japón o México tampoco lograron sacar su billete a Egipto: nuestros vecinos no estuvieron en el Europeo sub'19 de 2008 al ser derrotados por Italia en la Ronda Élite, los nipones cayeron ante su archienemigo Corea del Sur en el Campeonato Asiático y los mexicanos no fueron capaces de vencer a Costa Rica y Trinidad y Tobago en su grupo del sub'20 de la CONCACAF. Sin la albiceleste, muchas dinastías aspiran a ocupar el trono que ha quedado vacante: Brasil, España, Uruguay, Nigeria, Ghana y Alemania, más el típico tapado que llegue en buena forma a Egipto, deberían a priori luchar por la victoria. Pero obviamente no estarán solos, y otros muchos acuden a Egipto para ser testigos de excepción (en principio) de su coronación. Para selecciones como Venezuela, Sudáfrica o Emiratos Árabes el premio ya es estar en tierras egipcias, pero sin duda lucharán para alargar su estancia a los pies de las pirámides. Dentro de esta alegre camarilla formada por equipos debutantes, países que regresan tras largos años de ausencia y selecciones que nunca han pasado de ser meras comparsas destaca por encima de todos el caso de Tahití, primera selección de la Oceanía insular en clasificarse para una competición de fútbol FIFA. Dirigidos por el ex-guardameta francés Lionel Charbonnier (campeón del Mundo en 1998), los tahitianos hundieron a una Nueva Zelanda que tampoco es capaz de reinar en Oceanía pese a haberse librado de la tiranía de Australia, y lograron una histórica clasificación que servirá al menos para poner la nota exótica al torneo, y quien sabe si para causar algún disgusto (por nuestro bien esperemos que no, ya que han caído en el grupo de España y contra ellos debutaremos el día 25). En el plano individual, jugadores como Parejo (teórico líder del equipo español tras la lesión de Bojan), el brasileño Giuliano, el alemán Sukuta-Pasu (en la imagen), el uruguayo Nicolás Lodeiro, el nigeriano Rabiu Ibrahim o el ghanés Ransford Osei intentarán dar lo mejor de sí mismos para ser consagrados como los faraones de esta nueva era. En una tierra tan cargada de historia, mitos y leyendas, seguramente la Esfinge, con su egregia figura, imperturbable al paso de los siglos (salvo por aquel desgraciado incidente con las tropas napoleónicas, que probablemente haya tenido algo que ver en la temprana eliminación francesa) ya sepa quién es el elegido. Dentro de nueve días, nosotros, simples mortales que osamos perturbar su eterno descanso con nuestros balompédicos dilemas, empezaremos a salir de dudas.

4 comentarios:

  1. Desatino total con las fechas, de acuerdo, aunque la ubicación no me parece mala del todo,siempre y cuandoo Egipto cumpla a nivel de infraestructuras algo que desconozco. El daño que se hace a muchos clubes es brutal, aquí en Asturias al Sporting por ejemplo les dejan sin Botía y Jose Angel durante cinco partidos y porque Canella ya ha hecho los 21 que si no los merman de verdad. Estaré atento en la medida de lo posible al torneo, si no me enteraré bien aquí.

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  2. En principio Egipto sí cumple con las infraestructuras, otra cosa será el sub'17 de noviembre en Nigeria que estuvo muy cerca de cambiar de sede, y ya ves los problemas que tiene Sudáfrica con el Mundial del año que viene. Son decisiones que sí, que pueden dinamizar el fútbol de esas zonas y que económicamente pueden ser hasta positivas para el país, pero tampoco se puede olvidar que detrás hay muchos intereses, sobre todo "políticos" (¿crees que la gente de la CAF votará por otro que no sea Blatter en la próxima elección?). Lo de las fechas pues eso, no queda otra opción al irte a Egipto, pero se entra en un enfrentamiento con los clubes que no parece muy sensato, donde cada uno mira por sus propios intereses y nadie parece mirar por los del fútbol (siempre será mejor estar en el mismo barco y que a un mundial vayan los mejores jugadores) ni por los de los propios futbolistas, que seguro que querrían poder estar en un mundial sin tener que perderse partidos con su equipo.

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  3. Malas fechas para poner un torneo. Esto afecta mucho en España a equipos de "media tabla"(Sporting, Zaragoza, Osasuna, etc.) y a equipos de Segunda División(Celta, Real...) y hasta al Atlético(Cabrera, otro que no recuerdo y Asenjo)porque pierden a jugadores importates. Vamos a ver como va el torneo y a qué perlas podemos ver.

    Saludos desde http://ojeadorinternacional.blogspot.com/ , te añado a mis links

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  4. Efectivamente Helion, en el caso español los clubes más perjudicados son Sporting, Zaragoza, Atlético, Osasuna y Celta, sobre todo, aunque mediáticamente sólo se hable de los colchoneros (y de rebote del Barça, con bastante mala uva y a mi juicio de manera totalmente injustificada y gratuita). Aquí la culpa es de la FIFA y nadie más, y luego cada federación se ve obligada a tomar decisiones que nunca van a dejar contentos a todos, bien porque tienen que presentar selecciones más débiles o porque se entra en conflicto con los clubes, pero creo que las críticas deberían ir hacia quien organiza este tinglado.
    Gracias por la visita, no conocía tu blog

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