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domingo, 23 de agosto de 2009

2007, Mundial sub'17 (I): Vuelta al lejano Oriente

A estas alturas del verano, mediados de agosto, ya estaba claro que el 2007 pasaría a la historia de nuestras selecciones inferiores con letras de oro. Dos títulos europeos y un aceptable papel en el Mundial sub'20 eran méritos más que suficientes como para calificar al año como extremadamente positivo, pero todavía faltaba por disputarse un campeonato y con él la nota podría rozar la matrícula de honor. Por si fuera poco, las opciones de conseguir otro gran resultado eran reales ya que serían los brillantes campeones de Europa sub'17 los encargados de disputar este último torneo en unas lejanas tierras en las que teníamos una cuenta pendiente. Porque por primera vez desde aquel fatídico mes de junio de 2002, cuando la incompetencia de un exótico trío arbitral y la mala suerte desde los once metros se llevó por delante las ilusiones mundialistas de todo un país, una selección española volvería a pisar suelo surcoreano. Y con estos antecedentes, quien más quien menos pensaba que tal vez esta fuera la ocasión propicia para ganar el único título de estas categorías que todavía se mostraba esquivo con España.

Aprovechando gran parte de las infraestructuras construidas para el Mundial absoluto de 2002, el torneo quedó un tanto desdibujado por los enormes vacíos que se dieron en las inmensas gradas de unos estadios pensados para encuentros de mayor rango y que ni siquiera la imaginativa organización asiática fue capaz de cubrir. Este Mundial sub'17, que también fue retransmitido por laSexta, era el primero con 24 selecciones, unificándose de esta manera el formato de los campeonatos mundiales juveniles (los mundiales sub'20 seguían esta estructura desde Malasia'97) con el objetivo de acercar el sueño mundialista a un mayor número de países y de paso elevar un poco los ingresos generados por el campeonato. Los 24 equipos quedaron distribuidos de la siguiente manera:


GRUPO A
República de Corea
Perú
Costa Rica
Togo

GRUPO B
RDP de Corea
Brasil
Inglaterra
Nueva Zelanda

GRUPO C
Siria
Argentina
España
Honduras

GRUPO D
Japón
Francia
Nigeria
Haití

GRUPO E
Tayikistán
Bélgica
Estados Unidos
Túnez

GRUPO F
Alemania
Colombia
Ghana
Trinidad y Tobago

La tradición y los resultados en las respectivas fases de clasificación nos componían el habitual cuadro de favoritas en el que aparecían Brasil, Argentina, España, Francia, Inglaterra, Nigeria y Ghana, un segundo grupo de rivales a tener en cuenta como Alemania, Bélgica, Colombia, Estados Unidos o la propia anfitriona, un tercer furgón formado por selecciones en cierta manera habituales o cuya presencia era más o menos lógica en estos campeonatos, como Costa Rica, Perú o Japón, y un último grupo de cenicientas que se habían visto favorecidas por esa política de puertas abiertas de la FIFA y en el que se incluían países como Tayikistán, Haití, Siria o Togo, que difícilmente hubieran tenido cabida en un Mundial a 16 selecciones como los anteriores. Pero evidentemente una vez en Corea del Sur nadie estaba dispuesto a regalar nada y aunque algunos equipos evidenciaron encontrarse a años luz del resto de selecciones, otros aprovecharon el viaje para darse a conocer y meter el miedo en el cuerpo a más de un favorito.

España viajaba a Corea con la base del equipo campeón de Europa en mayo, un grupo que había ido creciendo en todos los sentidos desde que llegara aquella primavera a tierras belgas con más dudas que certezas sobre su potencial. Afortunadamente el Europeo había servido para disipar aquellos temores y España llegaba al Mundial con la vitola de favorita y la sensación de que todavía no conocía su techo. Juan Santisteban volvía a la primera plana apenas unas semanas después de alcanzar el título europeo sub'19 y su lista de convocados, que reproducimos a continuación, no estuvo exenta de cierta polémica.

Núm. - Nombre - Nacimiento - Posición - Club
-------------------------------------------------------------------------------
1.- YELCO Ramos Ursua - 23/01/1990 - AR - Villarreal CF
2.- ALEX Bolaños García - 06/01/1990 - DF - FC Barcelona
3.- Alberto MORGADO Liberal - 10/05/1990 - DF - Deportivo Alavés
4.- David ROCHELA Calvo - 19/02/1990 - DF - RC Deportivo
5.- NACHO Fernéndez Iglesias - 18/01/1990 - DF - Real Madrid
6.- Ignacio CAMACHO Barnola - 04/05/1990 - MC - Atlético de Madrid
7.- XIMO Forner Martín de Ojeda - 27/01/1990 - MC - Valencia CF
8.- DAVID GONZÁLEZ Díaz - 20/01/1990 - MC - FC Barcelona
9.- BOJAN Krkic Pérez - 28/08/1990 - DL - FC Barcelona
10.- FRAN MÉRIDA Pérez - 04/03/1990 - MC - Arsenal FC
11.- ISMA LÓPEZ Blanco - 29/01/1990 - DL - Athletic Club
12.- LUCAS PORCAR Texido - 18/02/1990 - MC - RCD Espanyol
13.- David DE GEA Quintana - 07/11/1990 - AR - Atlético de Madrid
14.- IAGO FALQUÉ Silva - 04/01/1990 - MC - FC Barcelona
15.- SERGIO Rodríguez Sánchez - 22/08/1990 - DF - Atlético de Madrid
16.- Daniel AQUINO Pintos - 27/07/1990 - DL - Real Murcia
17.- Francisco J. ATIENZA Valverde - 18/01/1990 - DF - Atlético de Madrid
18.- SERGIO TEJERA Rodríguez - 28/05/1990 - MC - Chelsea FC
19.- JORDI PABLO Ripollés - 01/01/1990 - MC - Villarreal CF
20.- Asier ILLARRAmendi Andonegui - 08/03/1990 - MC - Real Sociedad
21.- Diego MARIÑO Villar - 09/05/1990 - AR - Villarreal C.F.

En esta ocasión la polémica venía por la presencia de quien además era uno de los puntales de la selección y principal referencia (tanto ofensiva como mediática), Bojan Krkic, a quien su precocidad parecía jugarle ahora una mala pasada. Si llegó al Europeo después de debutar con el primer equipo del Barça en un amistoso en Egipto, para cuando se dio a conocer la preselección para este Mundial sub'17 ya había debutado también con la selección sub'21, se había rumoreado su presencia en el Mundial sub'20 y (aquí venía el problema) era considerado miembro de la primera plantilla del club blaugrana, con la que estaba realizando la pretemporada. Desde la directiva del Barça se solicitó a la Federación que prescindiera del jugador de Linyola para no perjudicar su evolución y acoplamiento a la escuadra que entonces dirigía Frank Rijkaard, y esto no sentó nada bien ni en la propia RFEF ni en el resto de clubes con jugadores en situación similar a la de Bojan, como Atlético de Madrid, Athletic de Bilbao o Murcia. Finalmente se impuso la lógica (desde nuestro humilde punto de vista) y el joven delantero viajó a Corea para liderar a la selección y llevarla hasta las mismísimas puertas de la gloria.

martes, 11 de agosto de 2009

2007, Mundial sub'20 (I): Rumbo a Canadá

En este amplio repaso que se merece el año 2007 toca hacer una parada en el Mundial sub'20 de Canadá, disputado entre el 30 de junio y el 22 de julio. Si exceptuemos a la selección sub'21, que seguía su larga travesía por el desierto y ni acudió al Europeo de ese año ni se clasificó para el de 2008, perdiendo de paso las opciones de ir a los Juegos Olímpicos de Pekín, en este torneo España obtuvo su peor resultado de todo el año, ya que la selección dirigida por Ginés Meléndez, que venía de imponerse con autoridad en el Europeo del año anterior, cayó eliminada contra todo pronóstico en cuartos de final y cuando todo apuntaba ya a un nuevo éxito de nuestra cantera. En cualquier caso, en su andadura, más breve de lo esperada, este grupo de chavales nos dejó algunos momentos inolvidables y que recuperaremos en todo su esplendor gracias al salto cualitativo que supuso para la FIFA el Mundial de Alemania 2006. Desde esa cita, el máximo organismo del fútbol mundial apostó decididamente por las nuevas tecnologías y transformó su página web para convertirla en la herramienta definitiva para seguir sus campeonatos: alineaciones, estadísticas, fotos, las primeras impresiones de los protagonistas y un resumen en vídeo con todos los goles y las mejores jugadas conforman la ficha de cada uno de los partidos disputados desde entonces en cualquier fase final, desde el Mundial sub'17 a la Copa Confederaciones, pasando por los mundiales femeninos o los de fútbol playa. Sin duda un acierto de la FIFA que nos permitirá revivir con más intensidad lo acontecido en las citas mundialistas sub'20 y sub'17 de 2007.

Para los seguidores españoles, este Mundial sub'20 trajo otra importante novedad, y es que tras dos ediciones de una repercusión limitada por la escasa cobertura de Localia, la cadena de emisoras locales poseedora de los derechos, la cita canadiense supuso la vuelta de los mundiales juveniles a una cadena de ámbito nacional, laSexta (y aunque tampoco destacara precisamente por llegar a todo el país, el cambio fue un alivio para muchos). Las sedes fueron varias de las principales ciudades del país norteamericano (Ottawa, Montreal, Toronto, Edmonton, Victoria y Burnaby), y a Canadá acudieron 24 selecciones que quedaron repartidas de la siguiente manera:

GRUPO A
Austria
Chile
Canadá
Congo

GRUPO B
España
Uruguay
Jordania
Zambia

GRUPO C
Portugal
México
Nueva Zelanda
Gambia

GRUPO D
Polonia
Brasil
Estados Unidos
República de Corea

GRUPO E
República Checa
Argentina
Panamá
RDP de Corea

GRUPO F
Escocia
Nigeria
Costa Rica
Japón

El sorteo deparó unos grupos bastante parejos, en los que las favoritas no deberían pasar demasiados apuros para pasar a las eliminatorias. Esta vez la lista de candidatos al título era bastante abierta ya que ninguna selección evidenciaba ser muy superior al resto, y en ese amplio abanico de aspirantes aparecían la Brasil de los Marcelo, Pato o Jo Alves, la Argentina de Banega, Agüero o Fazio (y que contó con la baja de Gonzalo Higuaín, al que el Real Madrid no quiso ceder), una selección de México que contaba con varios campeones mundiales sub'17 como Giovanni Dos Santos o Carlos Vela, y por supuesto España, que como campeona de Europa merecía ser tratada como favorita. Pero además otros equipos como Uruguay, Chile, Nigeria o Estados Unidos también debían ser tenidos en cuenta, si no como aspirantes, sí como selecciones capaces de amargar el verano a más de uno. El exotismo venía de África y Asia, con la sorprendente presencia en Canadá de países sin tradición como el Congo, Gambia, Jordania o Corea del Norte, además de la novedosa Nueva Zelanda, que aprovechaba el cambio de confederación de Australia para adjudicarse casi en propiedad vitalicia la plaza mundialista reservada a Oceanía.

Como no podía ser de otra manera, la España de Ginés Meléndez confiaba en el grupo que había alcanzado el título europeo el verano anterior, aunque evidentemente hubo alguna variación, como la ausencia de Jeffren Suárez por lesión o la entrada de Adrián López (que había debutado en Primera con el Deportivo) y Sunny (una de las sensaciones del año en Segunda y recientemente nacionalizado español). Sin embargo, esta vez no se tiró tanto de la siguiente generación porque la elección de las fechas para el Mundial hizo coincidir su fase decisiva con la disputa del Europeo sub'19, por lo que jugadores con proyección que en condiciones normales hubieran sido llamados a la sub'20 tuvieron que conformarse con disputar el torneo que les correspondía por edad; algo de lo que, viendo los resultados, seguramente ninguno se lamentara. La lista definitiva de convocados fue la siguiente:

Núm. - Nombre - Nacimiento - Posición - Club (2006/2007)
------------------------------------------------------------------------------
1.- Antonio ADÁN Garrido - 13/05/1987 - AR - Real Madrid
2.- Antonio BARRAGÁN Fernández - 12/06/1987 - DF - RC Deportivo
3.- José A. CRESPO Rincón - 09/02/1987 - DF - Sevilla FC
4.- MARC VALIENTE Hernández - 29/03/1987 - DF - FC Barcelona
5.- Gerard PIQUÉ Bernabéu - 02/02/1987 - DF - Real Zaragoza
6.- MARIO SUÁREZ Mata - 24/02/1987 - MC - Real Valladolid
7.- TONI CALVO Arandes - 28/03/1987 - MC - FC Barcelona
8.- JAVI GARCÍA Fernández - 08/02/1987 - MC - Real Madrid
9.- Alberto BUENO Calvo - 20/03/1988 - DL - Real Madrid
10.- Esteban GRANERO García - 02/07/1987 - MC - Real Madrid
11.- Diego CAPEL Trinidad - 16/02/1988 - DL - Sevilla FC
12.- Roberto CANELLA Suárez - 07/02/1988 - DF - Sporting de Gijón
13.- Ángel BERNABÉ Acosta - 11/08/1987 - AR - Atlético de Madrid
14.- ADRIÁN GONZÁLEZ Morales - 25/05/1988 - MC - Real Madrid
15.- IRIOME González González - 26/06/1987 - MC - CD Tenerife
16.- Juan Manuel MATA García - 28/04/1988 - DL - Real Madrid
17.- Gorka ELUSTONDO Urkola - 18/03/1987 - DF - Real Sociedad
18.- ADRIÁN LÓPEZ Álvarez - 08/01/1988 - MC - RC Deportivo
19.- MARCOS García Barreno - 21/03/1987 - MC - Villarreal CF
20.- SUNNY Stephen Obayan - 17/09/1988 - MC - Polideportivo Ejido
21.- JAVI MARTÍNEZ González - 27/06/1987 - AR - Albacete Balompié

Pero las fechas no fueron un problema sólo a la hora de hacer la convocatoria, sino que también afectaron a la preparación del torneo, ya que muchos jugadores estaban todavía inmersos en las competiciones de sus respectivos equipos, como los componentes del filial sevillista, que viajaban de la concentración a Sevilla para disputar los partidos de la fase de ascenso a Segunda. Más sangrante fue el caso de varios canteranos del Real Madrid, que viajaron con el primer equipo a un amistoso disputado en Israel apenas diez días antes del debut en el Mundial. En cualquier caso nada que no hubiera sucedido en anteriores concentraciones (a algún campeonato se viajó después de apenas tres días de entrenamientos) y que no se pudiera solventar en la semana de aclimatación en tierras canadienses.

martes, 7 de julio de 2009

2003, Mundial sub'20 (y IV): El quinto elemento

0-1

¿Qué se necesita para jugar al fútbol? Pues así a bote pronto todos diríamos que un terreno de juego, un balón, dos porterías y dos equipos dispuestos a pelear por marcar más goles que el contrario. Con esos cuatro ingredientes ya tendríamos todo dispuesto, aunque habrá incluso quien diga que las porterías hasta pueden ser imaginarias, o quien, a falta de un esférico en condiciones, haya tenido que jugar con cualquier objeto extraño al que se pudiera dar patadas, pero al final creo que todos convendríamos en que esos son los 4 elementos básicos para montar una buena pachanga en cualquier calle. Y sin embargo, en el otro fútbol, el organizado, el que deja de ser un juego para convertirse en deporte, en negocio y espectáculo, existe un quinto elemento altamente inestable, tan necesario para su correcto desarrollo si se mantiene en su sitio como fatal si se descontrola. Estamos hablando, por si alguien se ha perdido, del árbitro. Y en esta final del Mundial sub'20 de Emiratos Árabes 2003 ese quinto elemento se descontroló desde el minuto uno. El italiano Roberto Rosetti se convirtió en el triste protagonista de un partido en el que los titulares debían haber sido para los grandísimos jugadores que se reunieron en el Zayed Sports City Stadium de Abu Dhabi, pero los nombres de Iniesta, Dani Alves, Juanfran, Dudú Cearense, Sergio García o Adriano Correia quedaron empequeñecidos ante la desafortunada actuación del joven colegiado transalpino. Resulta casi innecesario hablar del planteamiento inicial de Armando Ufarte para este partido puesto que todo saltó por los aires en el minuto 3. Tras un tímido ataque español, un pelotazo desde la defensa brasileña sobrevoló el centro del campo y descubrió al escurridizo Nilmar luchando con Melli al borde del círculo central. Y mientras el balón caía y parecía dirigirse sin remedio a la posición de Asier Riesgo, un ligero agarrón del central bético, que se encontraba cerrando la adelantadísima zaga española, dio con los huesos del atacante brasileño en el suelo a casi cuarenta metros de la portería. Pese a que Nilmar no tenía ni mucho menos la posesión del balón (ni casi opciones de llegar a él), y a que Carlos García y Peña estaban ya a la altura de Melli, el italiano no lo dudó y mostró al bético la tarjeta roja directa sin un ápice de condescendencia.

Y desde ese momento se acabó la historia, o, para ser más exactos, el cuento cambió por completo, porque después de cuatro minutos de juego España tuvo que replantearse sobre la marcha un encuentro que llevaba preparando cuatro días para poder luchar con un jugador menos ante la mayor potencia futbolística del mundo. Superado el primer momento crítico, puesto que la falta se botó sin consecuencias (no encajar gol en la jugada subsiguiente a una expulsión es algo que siempre ayuda), los españoles se prepararon para capear lo mejor posible el temporal que se les avecinaba. Ufarte optó por no introducir cambios, pues sobre el césped tenía mimbres suficientes para recomponer la defensa, así que aprovechando la fortaleza de los laterales Peña y Bouzón formó una línea de 3 centrales con Carlos García en el eje, colocó a Juanfran y Pina como carrileros y encomendó a Gabi y Vitolo la agotadora tarea de redoblar su esfuerzo defensivo persiguiendo a todo aquel jugador de camiseta amarilla que osara colocarse entre líneas. Iniesta y Sergio García quedaron eximidos de tareas defensivas (aunque como de costumbre Sergio se partió el pecho presionando a los centrales rivales) para volcar toda su energía en intentar cazar algún balón que saliera rebotado del muro situado a sus espaldas. Como era de esperar, los minutos siguientes a la expulsión fueron de acoso brasileño y ya en el minuto 7 Dani Alves estuvo a punto de marcar tras una espectacular chilena que Riesgo acertó a desviar al larguero. En la jugada posterior Sergio García puso a prueba al meta brasileño, intentando demostrar a la canarinha que el equipo español seguía vivo, pero la superioridad numérica de Brasil se hacía notar y durante la siguiente media hora se sucedieron las ocasiones sudamericanas: un disparo fuera de Nilmar, un malentendido entre Carlos García y Riesgo, un par de brillantes acciones de Daniel Carvalho, un cabezazo a bocajarro de Kleber y sobre todo un testarazo de Adaílton de nuevo al travesaño nos hicieron temblar a todos, aunque afortunadamente ninguna de estas acciones encontró el premio del gol. Entre todas ellas, tan sólo un tímido acercamiento de Iniesta recordó a Brasil que no debía confiarse en defensa. Pese a las ocasiones brasileñas, que llegaban más por empuje que por calidad, hay que decir que con el paso de los minutos el equipo español se fue asentando y durante algunos momentos fue el dueño del balón, gracias a las arrancadas por banda de Juanfran y a la pausa que Gabi le ponía al juego cada vez que el mediocentro del Atlético tenía oportunidad de coger el balón. Los brasileños no parecían preocupados por esas fases de control hispano, confiados en la superioridad numérica y en que tarde o temprano llegaría su gol, pero lo cierto es que a medida que discurría el encuentro España también iba ganando en confianza y todos empezamos a pensar que era posible hacer la machada.

Así que viendo la evolución de ambos conjuntos, la forma en la que comenzó la segunda parte no nos sorprendió del todo. Mostrando un gran orgullo, propio de quien se ha visto claramente perjudicado y quiere dejar constancia de que es capaz de sobreponerse, o al menos evitar que la injusticia cometida se pierda en el olvido, España acorraló a Brasil durante varios minutos, gozando de un par de buenas oportunidades que desbarató el meta Jefferson. Tras esta salida en tromba, España volvió a replegarse y dejó el balón a una canarinha completamente aturdida, incapaz de superar la ordenada defensa española salvo en ocasiones muy puntuales y cada vez más espaciadas en el tiempo, y que además eran resueltas sin llegar a crear excesivo peligro. Por increíble que pareciera, era España quien parecía más entera, pues sabía cuál era su plan y lo desarrollaba a las mil maravillas, buscando rápidas salidas al contragolpe con la esperanza de que en alguna de ellas el balón le llegara a Iniesta y el albaceteño supiera definir como había hecho en semifinales. Tanto él como su compañero Sergio García estuvieron cerca del gol, pero la velocidad de los zagueros brasileños solventó ambas situaciones de peligro. Y cuando por fin lograron encontrar el camino a la red, nuevamente apareció Rosetti para anular un tanto al ariete barcelonista, señalando falta en algo que fue un simple forcejeo en el área. A esas alturas, después de la rigurosísima expulsión y las continuas faltas brasileñas realizadas tras cada pérdida, fruto de la impotencia, y que no merecieron más sanción, estaba claro que el italiano no nos iba a poner las cosas fáciles, pero ese tanto mal anulado fue la puntilla. Rotos por el esfuerzo, los españoles empezaban a buscar la prórroga como agua de mayo y, sólo por inercia, Brasil volvió a aproximarse al área de Riesgo. En el minuto 87, un córner cedido por la exhausta defensa hispana fue botado con precisión por Dani Alves y Fernandinho, que había entrado un cuarto de hora antes, se anticipó a su marcador para conectar un perfecto cabezazo que batió al guardameta español. No había sido una muestra de jogo bonito ni una genialidad de sus hombres de ataque lo que había puesto por delante a Brasil, sino una jugada a balón parado, faceta en la que el seleccionador Paquetá había puesto especial empeño y que ya le había dado a la canarinha importantes réditos en partidos precedentes. El golpe fue un mazazo para los nuestros, que sin embargo reaccionaron bien y, a la desesperada, buscaron con ahínco el milagro del empate. Tanto el recién ingresado Manu Del Moral como Gavilán, que había entrado en el 70, tuvieron en sus botas la oportunidad de empatar al borde del final, en esa última ocasión que, como acertadamente escribió Juanma Trueba en su crónica en el As, siempre llega pero casi nunca entra, y luego Rosetti quiso equilibrar su hoja de servicios, que no la balanza, expulsando a Fernandinho tras un conato de tangana en el centro del campo. Pero la suerte estaba echada y, como sucediera en la final del Mundial sub'20 de 1985 y en la del sub'17 de ese mismo 2003, Brasil se alzó con el título tras derrotar a España por uno a cero.

Ficha del partido
Final del Mundial sub'20 de Emiratos Árabes Unidos de 2003, disputada en el Zayed Sports City Stadium (Abu Dhabi). 55.000 espectadores
ESPAÑA 0: Riesgo (GK); Bouzón, Peña, Melli, Carlos García; Vitolo, Gabi (-88, Manu Del Moral), Pina (-70, Gavilán), Juanfran, Iniesta; Sergio García
BRASIL 1: Jefferson (GK); Dani Alves, Kleber, Alcides, Adaílton; Dudú Cearense, Daniel Carvalho (-94, Andrezinho), Adriano, Jardel; Juninho (-70, Fernandinho), Nilmar (-64, Dagoberto)
Goles: 0-1 Fernandinho (BRA, min. 87)
Árbitro: Roberto Rosetti (ITA)
Tarjetas Amarillas: Adriano (BRA, min. 22), Riesgo (ESP, min. 36), Gabi (ESP, min. 44), Vitolo (ESP, min. 77), Iniesta (ESP, min. 85), Dani Alves (BRA, min. 90+3)
Expulsiones: Melli (ESP, min. 4), Fernandinho (BRA, min. 90)

Ficha Oficial del partido (disponible en FIFA.com)
Crónica de FIFA.com
Crónica del diario El Mundo (por Jesús Alcaide)
Crónica de El Mundo Deportivo (por Sergi Solé)
Crónica del diario As (por Juanma Trueba)


El enfado y la decepción de los jugadores y técnicos de España tras el partido era enorme, y así lo hicieron notar en sus declaraciones, lamentándose de la injusta decisión de Rosetti en los primeros minutos y culpándole de haber echado por tierra los sueños de todos ellos. A los aficionados nos quedó el amargo consuelo de imaginarnos que once contra once quizá la historia hubiera sido distinta, y por encima de todo el orgullo de saber que nuestros juveniles habían dado todo por esa camiseta, seguramente de una manera menos brillante que otras veces pero ofreciéndonos un grandioso ejemplo de orgullo y pundonor. Y con eso nos quedamos en aquellos días previos a la Navidad de 2003. Pero a veces el destino nos depara sorpresas inimaginables que nos devuelven a la actualidad momentos que ya creíamos pasados y enterrados, y cuando en noviembre de 2006 saltó a la luz la noticia de que Carlos Alberto, el mediocentro defensivo habitual en esa selección brasileña y que no pudo disputar la final por acumulación de amonestaciones, había falsificado su edad para poder competir, las imágenes de la decepción de nuestros chavales volvieron a nuestra mente. ¿Sería posible obtener en los despachos un campeonato que previamente nos habían negado en el campo? Pues como desgraciadamente sospechábamos, no. La FIFA no quiso sancionar la alineación indebida del jugador brasileño a lo largo de todo el torneo y dio por buena la versión de la CBF, que aseguraba que también había sido engañada por el jugador y que desconocía su verdadera edad (25 años) en el momento de seleccionarlo. El caso se cerró, de una manera inusitadamente rápida, con una sanción de un año al futbolista y sin ningún tipo de castigo ni para su club ni para la federación brasileña, a los que la justicia deportiva declaró víctimas y no cómplices del engaño del jugador. De esta estrámbotica manera, y casi tres años después de haberse celebrado la final, se cerró un accidentado campeonato que hizo honor al sabio refranero español: lo que mal empieza, mal acaba.

lunes, 29 de junio de 2009

2003, Mundial sub'20 (II): Duelos en el desierto

2-1

El Argentina-España de la primera jornada era el encuentro más esperado por todos los aficionados, el duelo entre los dos últimos campeones, y desde luego cumplió con las expectativas. Ufarte no sorprendió y salió con el esquema previsible y que se convertiría en habitual durante todo el torneo, un 4-5-1 en el que destacaba la fuerza del doble pivote Gabi - Vitolo y que dejaba prácticamente todas las labores ofensivas en los pies de la pareja blaugrana Iniesta - Sergio García, con los apoyos por banda de Gavilán y Corominas, aunque en este primer partido ambos se mostraron cautelosos en sus incorporaciones. En la línea defensiva destacaba la presencia en el lateral derecho del benjamín Alexis Ruano, que venía deslumbrando en las concentraciones previas y que parecía estar llamado a ser una de las sensaciones del campeonato. El malaguista era además el único defensor con vocación ofensiva de una línea que completaban Carlos Peña en la izquierda y la férrea pareja de centrales Melli - Carlos García. Quizá la única nota de sorpresa era la presencia del donostiarra Asier Riesgo en la portería en detrimento de Miguel Ángel Moyá, que venía siendo el portero titular de esta generación en anteriores campeonatos, pero desde luego la labor de Asier fue espectacular y en ningún momento se echó en falta al mallorquín. El choque arrancó con mucho ritmo aunque sin llegadas peligrosas, con mucha lucha en un centro del campo en el que por el bando argentino peleaban dos auténticos perros de presa como Javier Mascherano y Pablo Zabaleta. Sin embargo, España parecía mejor plantada que una Argentina que se dedicaba a jugar al pelotazo buscando más la segunda jugada que a su punta Cavenaghi. Tras los primeros acercamientos a ambas porterías, España obtuvo su merecido premio cuando en el minuto 25 Gabi lanzó un potente disparo desde fuera del área cuya parábola sorprendió a un ligeramente adelantado Gustavo Eberto. Un auténtico golazo que refrendaba la gran labor del centrocampista atlético en los primeros minuts de juego y que dejó tocado al cuadro albiceleste. Iniesta empezó a aparecer y sus combinaciones con Sergio García dejaban las pocas gotas de calidad de un partido duro y muy serio. El albaceteño tuvo en sus botas el segundo justo antes del descanso cuando se plantó ante Eberto tras una buena jugada individual, pero el arquero argentino le ganó la partida y salvó a su equipo. Esa jugada y el paso por los vestuarios fue clave para la albiceleste porque en el segundo tiempo salió con otra cara, buscando el empate desde el primer minuto, y no tardó en equilibrar el marcador gracias a un testarazo de Leandro Fernández. El gol sacudió completamente el partido y los dos equipos se lanzaron a por la victoria, aunque las imprecisiones en los últimos metros (y alguna que otra polémica decisión del colegiado mexicano Benito Archundia) arruinaban casi todos los acercamientos hispanos. Y cuando por fin se podía finalizar la jugada, aparecía un espléndido Eberto que salvó sendas ocasiones de Sergio García e Iniesta. Argentina esperaba su oportunidad y la encontró a falta de quince minutos, cuando nuevamente Leandro Fernández remató una jugada calcada a la del empate, subiendo el segundo gol al casillero sudamericano. De ahí al final España lo intentó pero el cansancio y el tremendo oficio de la aliceleste acabaron con cualquier opción. La derrota, quizá inmerecida, dejaba a España tocada de ánimo pero con buenas sensaciones sobre el potencial del equipo.


0-2

Después de la derrota en el debut, el partido contra Mali (que en la primera jornada había ganado a Uzbekistán por 3-2, con un gol en el descuento) era tremendamente importante pues de él dependían buena parte de las opciones de pasar a octavos de final. Los dos primeros de cada grupo se clasificaban directamente, junto con los 4 mejores terceros, y el objetivo español era alcanzar una de esas dos primeras posiciones para no tener que hacer cábalas. Ufarte se vio obligado a hacer cambios en el once, ya que Alexis tenía el tobillo fuertemente inflamado por un golpe recibido en el primer partido. En su lugar saldría el céltico Iago Bouzón, un central reconvertido que aportaba todavía más consistencia a la zaga pero con el que se perdía poderío ofensivo. Quizá por ese motivo, Ufarte introdujo por esa banda derecha al madridista Juanfran, más rápido y habilidoso que un Corominas que necesitaba más de la ayuda del lateral para desbordar a su par. El partido fue tremendamente duro, con un rival que no se cortaba a la hora de meter la pierna, pero la superioridad técnica de los españoles fue clave. Como ocurriera cuatro años antes, en las semifinales del Mundial de Nigeria, desde el comienzo España salió decidida a matar el choque por la vía rápida y así, tras un primer cuarto de hora en el que se sucedieron no menos de 4 claras ocasiones (incluyendo un remate al larguero de Sergio García), Juanfran aprovechó un gran centro de Gavilán para, de cabeza, colocar suavemente el balón lejos del alcance del meta africano. Inesperadamente, tras el gol el partido se apagó y los minutos fueron pasando sin más sobresaltos que los proporcionados por las duras entradas de los jugadores de Mali. Tras el descanso el panorama no cambió, con España manejando el balón y viendo como Sergio García desaprovechaba uno tras otro los geniales pases de Andrés Iniesta. Mali apenas inquietó con un par de remates que Riesgo salvó con aplomo, hasta que en el minuto 75 el recién incorporado Jorge Pina fue derribado en el área africana. Sergio García acertó con el lanzamiento, aunque tuvo que repetir por la entrada de varios compañeros en el área antes del golpeo. El segundo intento fue por el mismo sitio y aunque el meta malí adivinó la trayectoria no pudo evitar que, esta vez sí, el gol subiera al marcador. El partido estaba visto para sentencia y tan sólo quedaba jugar a adivinar qué jugador de Mali sería el primero en ser expulsado. Este dudoso honor recayó en Moussa Bagayoko, que en el minuto 79 dejó a los suyos en inferioridad numérica, el único aspecto en el que todavía no estaban siendo superados por España.




1-0

España saltó al campo del estadio de Sharjah sabiendo que el empate ante Uzbekistán le servía para pasar a octavos como segunda de grupo, después de que en el partido previo Argentina derrotara a Mali por 3-1. Pero Ufarte no quería relajación y optó por sacar de inicio al mismo once que tan bien había jugado contra los africanos, ya que se enfrentaba a un equipo semidesconocido y virtualmente eliminado pero que hasta ese momento sólo había perdido sus partidos en el tiempo de prolongación. Y el comienzo no fue sencillo, ya que los primeros acercamientos con peligro fueron de Uzbekistán, pero en cuanto apareció Iniesta el panorama se aclaró. En el minuto 15, el albaceteño recibió el balón en el círculo central, se fue por velocidad de su par, encaró al central en la frontal y, tras quebrarle, lanzó con el interior de su pie derecho un balón a media altura que se coló pegado al palo izquierdo de la meta uzbeka. Un auténtico golazo que servía para encarrilar el partido y para certificar la tremenda calidad que atesoraba el centrocampista azulgrana, sin duda uno de los jugadores más destacados de toda la primera fase y el principal referente de la selección. Después de unos minutos en los que España pudo ampliar diferencias, ocurrió algo parecido al día de Mali: viéndose superior, el equipo se limitó a dejar correr el tiempo, aunque esta vez con la excusa de saberse ya clasificados, y sólo las incansables carreras de un Sergio García demasiado aislado rompían la monotonía del encuentro. La segunda parte siguió por el mismo camino, con España prácticamente renunciando al ataque aunque llegando casi por inercia. En una de las pocas jugadas brillantes de la noche, nuevamente Iniesta estuvo a punto de marcar, pero su vaselina salió ligeramente elevada. Luego Uzbekistán nos metió el miedo en el cuerpo con un par de ocasiones que Riesgo solventó sin complicarse, a lo que Iniesta respondió con un lanzamiento de falta que volvió a salir lamiendo el poste. Poco después Ufarte decidió dar descanso al de Fuentealbilla y con él se fue el juego de España, que estuvo a punto de ver como Uzbekistán lograba el empate con un trallazo en el descuento que salió desviado por poco. Pero estaba visto que esos minutos no eran favorables a los asiáticos y España concluyó la primera fase con el objetivo cumplido y la sensación de que el equipo tenía posibilidades de seguir avanzando pero sólo si estaba dispuesto a dar siempre el 100%. A eso y a dejarse guiar por Iniesta, evidentemente.






La primera fase acabó con una nueva decepción para alemanes e ingleses, que se volvían a casa superados por rivales teóricamente inferiores como Egipto o Corea del Sur. En octavos se colaron equipos sin demasiada tradición como Australia, Burkina Faso, Canadá o los anfitriones Emiratos Árabes Unidos. Por lo visto hasta el momento, al grupo de favoritos había que unir a Colombia, una de las selecciones que mejor juego habían desplegado, a Eslovaquia o incluso a Estados Unidos, que también habían tenido momentos de buen fútbol. Al contrario que Argentina, que había pasado con pleno de victorias y dando sensación de ser un equipo hecho y muy compensado, otro eterno candidato al título, Brasil, parecía que todavía no le había cogido el ritmo al torneo (sólo 4 puntos merced a una victoria frente a Canadá y un empate con la República Checa, además de una histórica derrota frente a Australia). En octavos también estarían la constante Irlanda, la alegre Japón, la potente Costa de Marfil o la rocosa Paraguay, a la postre nuestro rival en octavos. En cuanto a los nombres destacados, Iniesta ocupaba un lugar preeminente en todas las listas, pero también habían brillado Eddie Jhonson y Bobby Convey (EE.UU.), Daniel Carvalho y Dani Alves (Brasil), Nelson Valdez (Paraguay), Víctor Montaño y Edixon Perea (Colombia), Arouna Koné (Costa de Marfil), Ismail Matar (E.A.U.) o Marek Cech (Eslovaquia).

viernes, 26 de junio de 2009

2003, Mundial sub'20 (I): Un Campeonato movido

Como ya comentamos en su día, el Mundial sub'20 de 2003 de Emiratos Árabes Unidos fue uno más de los daños colaterales de la tristemente famosa Guerra de Irak. Fijado en principio a caballo entre los meses de marzo y abril, el Campeonato se vio postpuesto a comienzos de aquel mismo mes de marzo por la amenaza que para la seguridad de futbolistas, periodistas y aficionados suponía la cercanía del país organizador al foco del conflicto bélico que se barruntaba por esas fechas. Los apenas 1.500 kilómetros de distancia, la situación geográfica de los Emiratos en una zona estratégica en pleno Golfo Pérsico y la presencia en el torneo de las selecciones de Estados Unidos, España, Inglaterra o Australia, países aliados en la operación militar contra el régimen de Saddam Hussein, no aconsejaban la celebración del evento en las fechas previstas. Durante algún tiempo la disputa del campeonato quedó en el aire, ya que no se fijó ninguna fecha alternativa para su celebración, e incluso surgieron los inevitables rumores sobre un hipotético cambio de sede, rumores que por supuesto nunca fueron confirmados por la FIFA (por más que muchos salieran de su propio seno). Finalmente, viendo la rapidez con la que parecía desarrollarse la invasión, el 8 de abril se fijó una fecha definitiva para la celebración del Mundial: el campeonato se disputaría entre el 27 de noviembre y el 19 de diciembre, con la misma estructura y los mismos enfrentamientos previstos en el sorteo inicial. Así las cosas, los 24 equipos clasificados quedaron divididos en estos 6 grupos de 4 componentes:

GRUPO A
Eslovaquia
Emiratos Árabes Unidos
Burkina Faso
Panamá

GRUPO B
España
Argentina
Mali
Uzbekistan

GRUPO C
República Checa
Brasil
Canadá
Australia

GRUPO D
Inglaterra
Colombia
Egipto
Japón

GRUPO E
República de Irlanda
Costa de Marfil
México
Arabia Saudí

GRUPO F
Alemania
Paraguay
Estados Unidos
República de Corea

España había quedado encuadrada en un potente Grupo B junto a la eterna favorita (y defensora del título) Argentina, la siempre peligrosa Mali y la desconocida Uzbekistán. El debut frente a la albiceleste sería una buena piedra de toque para calibrar las aspiraciones de una selección que acudiría a los Emiratos huérfana de sus principales figuras. Y es que la polémica había saltado ya en la primera lista de seleccionados, antes del aplazamiento del Campeonato, debido a las significativas ausencias de Fernando Torres y Jose Antonio Reyes, por entonces jugadores ya de Primera División. Varios clubes manifestaron públicamente su descontento con el trato de favor recibido por Atlético y Sevilla al no tener que ceder a estos dos futbolistas sólo por el hecho de ser titulares habituales en Primera, aunque la cosa no pasó a mayores. La suspensión temporal del torneo y el comienzo de la nueva temporada, con la confirmación en el estrellato futbolístico de ambos jugadores, hizo que su ausencia en la convocatoria definitiva no fuera tan controvertida, si bien algunos equipos de categorías inferiores se vieron privados de futbolistas importantes para ellos (varios jugadores eran ya titulares en Segunda). En honor a la verdad también hay que decir que en esto España siguió el mismo criterio que las otras dos grandes potencias europeas clasificadas, Alemania e Inglaterra, que tampoco acudieron con sus mejores hombres al torneo (con resultados bien distintos a los de España, eso sí). Finalmente, los 20 jugadores que viajarían al Golfo Pérsico para disputar el campeonato serían los siguientes:

Núm. - Nombre - Fecha de nacimiento - Posición - Club
-------------------------------------------------------------------------------------------
1.- Miguel Ángel MOYÁ Rumbo - 02/04/1984 - AR - RCD Mallorca
2.- ALEXIS Ruano Delgado - 04/08/1985 - DF - Málaga CF
3.- Carlos González PEÑA - 28/07/1983 - DF - FC Barcelona
4.- CARLOS GARCÍA Badías - 29/04/1984 - DF - RCD Espanyol
5.- Juan Alberto Andreu, "MELLI" - 06/06/1984 - DF - Real Betis
6.- Víctor J. Añino Bermúdez, "VITOLO" - 09/09/1983 - MC - CD Tenerife
7.- Ferrán COROMINAS Telechea - 05/01/1983 - MC - RCD Espanyol
8.- Andrés INIESTA Luján - 11/05/1984 - MC - FC Barcelona
9.- SERGIO GARCÍA De la Fuente - 09/06/1983 - DL - FC Barcelona
10.- MANU Del Moral Fernández - 25/02/1984 - DL - Atlético de Madrid
11.- Jaime GAVILÁN Martínez - 12/05/1985 - MC - Valencia CF
12.- Iago BOUZÓN Amodeo - 17/03/1983 - DF - RC Celta de Vigo
13.- Asier RIESGO Unamuno - 06/10/1983 - AR - Real Sociedad
14.- A. Javier ARIZMENDI De Lucas - 03/03/1984 - DL - Atlético de Madrid
15.- Alex GOIKOETXEA Urkiaga - 08/06/1983 - DF - Athletic Club
16.- GABI Fernández Arenas - 10/07/1983 - MC - Atlético de Madrid
17.- JUANFRAN Torres Belén - 09/01/1985 - MC - Real Madrid CF
18.- Jorge PINA Roldán - 28/02/1983 - MC - Real Zaragoza
19.- Manuel Diego TELLO Jorge - 16/02/1984 - MC - Real Madrid CF
20.- RUBÉN Iván Martínez Andrade - 22/06/1984 - AR - FC Barcelona


Bajo el mando de Jose Armando Ufarte y Juan Santisteban, y sin dos de los mejores representantes de esta generación, España se encomendaba al talento de Andrés Iniesta y al oportunismo de Sergio García para llegar lo más lejos posible en el torneo. Y desde luego que no se podrá poner ningún pero a la labor que acabaron desempeñando los dos barcelonistas, ayudados por la aparición de otros secundarios de lujo como Gavilán, Gabi o Arizmendi, en un Campeonato en el que también destacarían nombres como los de Dani Alves, Fernandinho, Javier Mascherano, Gonzalo Rodríguez o Fernando Cavenaghi. Todos tendrían su momento de protagonismo, incluso Freddy Adu, que seguía haciendo méritos e inscribiendo su nombre en las listas de precocidad al jugar su primer Mundial sub'20 con sólo 14 años. Cómo no, los premios individuales también acabaron recayendo en dos nombres de los que apenas hemos vuelto a oir hablar: el estadounidense Eddie Jhonson (Bota de Oro como máximo goleador) y el jugador local Ismail Matar (Balón de Oro como mejor jugador). Claro que en España mucha gente se quedó con las ganas de verles ya que por primera vez en mucho tiempo TVE no se hizo con los derechos de retransmisión, que quedaron en manos de Localia, la ya desaparecida cadena de emisoras locales del Grupo PRISA, cuya cobertura era bastante reducida. Y por si el Campeonato no hubiera tenido ya suficientes sobresaltos, todavía quedaba un extraño caso de alineación indebida que saldría a la luz unos años después... Definitivamente el de 2003 no fue el Campeonato más tranquilo de la historia, no.

lunes, 22 de junio de 2009

2003, Mundial sub'17 (y IV): Premios sin Premio

1-0

Tristeza. Rabia. Impotencia. Desolación. Cualquier adjetivo vale para describir la sensación que nos quedó a todos después de la final del Mundial sub'17 de Finlandia 2003. Y todos ellos juntos, y alguno más que nos dejamos, resumen el estado de ánimo de quienes disputaron aquel partido por el bando español. Varios años después, durante el Mundial sub'17 de 2007, Juan Santisteban seguía recordando esa final como el momento más amargo de su larguísima trayectoria al frente de las selecciones inferiores. "Teníamos una gran plantilla y ese día, sencillamente no pudimos meter la pelota en la portería. Recuerdo estar en el banquillo y no creer que ese equipo que reventaba la pelota era brasileño" decía el técnico sevillano en una entrevista concedida entonces a la página web de la FIFA. Y pocas crónicas podrán reflejar con mayor concreción y contundencia lo ocurrido aquella tarde del 30 de agosto de 2003 en la capital finesa. Tras un brillante Campeonato en el que España había sido capaz de marcar al menos 2 goles en los 5 partidos anteriores, nuestro casillero se fue a quedar en blanco el único día en el que no debía hacerlo.


El partido se planteaba como una lucha entre un equipo (Brasil) muy fuerte defensivamente, tremendamente ordenado y mortal en ataque, y otro (España) algo más imaginativo en el juego pero con algunas deficiencias en la parcela defensiva; en otras palabras, los brasileños jugando a la europea y los españoles a la brasileña. El mundo al revés. Los problemas para la zaga española se veían acentuados por las bajas de los dos laterales titulares, para los que no había recambios naturales. En la izquierda, Pallardó sustituyó al lesionado Raúl Llorente, y en la derecha César Arzo y Sergio Sánchez se turnaron para cubrir la ausencia del sancionado Ruz. Como contrapunto, David Silva regresaba al once tras cumplir su sanción y en su conexión con Cesc y Jurado, y en las galopadas de Sisi por la derecha, descansaban muchas de nuestras esperanzas de victoria. El partido tuvo un comienzo vibrante, sin un dominador claro y con los dos equipos bien asentados sobre el campo, hasta que en el minuto 7 una falta lejana botada por Joao sobrevoló la superpoblada área española y superó a Mandaluniz en su precipitada salida. Milagrosamente, el balón rebotó en el poste, pero el central carioca Leonardo remachó sin oposición. Como en cuatro de los cinco partidos anteriores, España se veía por detrás en el marcador, pero todos confiábamos en que también en esta ocasión se acabara remontando. Sin embargo, el tempranero gol fue un duro mazazo y durante muchos minutos el conjunto español deambuló perdido por el campo, a merced de un rival que si hubiera mostrado algo más de interés y acierto en el remate hubiera podido finiquitar el partido en los primeros veinte minutos. Mandaluniz corrigió su error en el gol con varias paradas de mérito y poco a poco España fue recobrando la fé en sus posibilidades, aunque el primer acercamiento con cierto peligro al área brasileña no llegó hasta casi la media hora. Fue necesario que Sisi y Silva intercambiaran sus bandas para empezar a ver algo del juego que había llevado a la selección hasta aquella final, aunque apenas fueron unos chispazos. El orden defensivo de la canarinha no dejaba espacios para las combinaciones entre Cesc y Jurado y sus laterales se anticipaban casi siempre a las acciones de los extremos valencianistas, que apenas recibían ayudas de los improvisados carrileros hispanos.

La segunda parte arrancó con ánimos renovados, pero rápidamente la intensidad defensiva de Brasil se encargó de desactivar el peligro español. Tras unos minutos de tanteo, tanto Brasil como España tuvieron sendas oportunidades para batir el arco rival, pero ambos guardametas respondieron con acierto a los remates de Joao y Xisco. A partir de ese momento, el encuentro sólo tuvo un dueño y una dirección. La última media hora fue un monólogo incontestable de España, que encerró a una selección brasileña insospechadamente cómoda en su papel de achicar balones ante el empuje español. Desaparecidos Ederson y Evandro, y con el pichichi Abuda fallando la única oportunidad brasileña para sentenciar el partido, las ocasiones hispanas iban cayendo casi a cada minuto, pero el balón parecía no querer entrar y ni siquiera Cesc estaba inspirado con sus mortales disparos desde fuera del área. Pese al inesperado cerrojazo de Brasil casi todos los atacantes españoles tuvieron su opción, pero sucesivamente todos fueron errando en el remate. Ni Silva, ni Jurado, ni Xisco, ni David, ni el propio Cesc fueron capaces de superar a un Bruno que se convirtió en el auténtico salvador de un equipo que, como bien diría Santisteban, parecía increíble que fuera brasileño. Ya en el tramo final, el meta carioca sacó un par de milagrosas manos a remates de César Arzo y Cesc que terminaron por confirmarnos que definitivamente aquel no era el día de España. Tras el pitido final, las caras de nuestros chavales eran todo un poema. Se había perdido una oportunidad inmejorable para conquistar un título que todavía hoy se nos sigue resistiendo, y mientras los brasileños se abrazaban sobre el césped los españoles intentaban explicarse cómo se había llegado a aquella amarga situación.

Ficha del Partido:
Final del Campeonato del Mundo Sub'17 de 2003, disputada en el Töölö Stadium (Helsinki). 10.452 espectadores.
BRASIL 1: Bruno (GK); Leo, Joao (C), Leonardo, Junior; Sandro, Ederson (-69, Juliano), Arouca, Jonathan; Evandro (-85, Felipe), Abuda (-90, Hugo)
ESPAÑA 0: Mandaluniz (GK); Pallardó, Arzo, Francis (C), Sergio Sánchez (-89, Cases); Sisi (-79, David), Markel, Cesc, Jurado, Silva (-84, Oskitz); Xisco
Goles: 1-0 Leonardo (BRA, min. 7)
Árbitro: Eric Braamhaar (NED)
Tarjetas: Xisco (ESP, min. 16), Pallardó (ESP, min. 54), Abuda (BRA, min. 58), Francis (ESP, min. 58), Cesc (ESP, min. 87)
Crónica de FIFA.com


No obstante, no todo fue negativo. Cesc Fábregas obtuvo la Bota de Oro como máximo goleador gracias a haber jugado menos minutos que el colombiano Carlos Hidalgo, ya que ambos habían marcado 5 tantos (los mismos que el portugués Manuel Curto) y repartido una asistencia, y David Silva, que ni siquiera había llegado a disputar 180 minutos en todo el Campeonato, fue nombrado Balón de Bronce, algo que por un lado evidenciaba la brillantez con la que se empleó el canario en sus escasas actuaciones y por otro volvía a reafirmar la enorme subjetividad de estos reconocimientos periodísticos. En cuanto al Balón de Oro, galardón que premia al mejor jugador del torneo, recayó también en Cesc Fábregas, que salía del campeonato reconocido por todo el mundo como la mayor promesa futbolística de su generación, algo que Wenger ya intuía desde hacía meses, claro, y que afortunadamente no tardaríamos en corroborar. Pero el catalán siempre ha sido un hombre de equipo y aquellos dorados premios no podían ocultar su dolor por haber sido derrotado: su compungido rostro y sus apagados gestos durante la entrega de trofeos reflejaban a la perfección la mezcla de sentimientos (¿tristeza, rabia, impotencia, desolación?) que invadía a unos adolescentes que seguramente hoy todavía no alcancen a comprender cómo se puede perder una final de un Mundial siendo mejores que Brasil.

martes, 26 de mayo de 2009

Sidney 2000: Oro negro

2-2
(3-5)

Hay días en los que es mejor no levantarse. Seguramente Iván Amaya pensó algo parecido mientras esperaba en el podio con la mirada perdida a que le entregaran una amarga medalla de plata. Lo pensarían también compañeros como Gabri, Angulo o Jose Mari. Y Xavi, y Aranzubia, e Iñaki Sáez, y todos los españoles que estuvieron aquella soleada mañana en el Estadio Olímpico de Sidney. Y sin duda también lo pensamos los aficionados que desde España seguimos una final Olímpica que ocupó casi toda la madrugada del 29 al 30 de septiembre del año 2000. Porque, por esas cosas del fútbol, un partido que al descanso era un alegre fiesta española se acabó convirtiendo en un triste mar de lágrimas de impotencia bañadas en plata.

Es difícil decir en que momento exacto se produjo el punto de inflexión, o cual fue la acción decisiva que cambió por completo el curso del partido. Quizá el Destino existe y todo estaba ya previsto de antemano, preparado para que en un Estadio Olímpico repleto hasta la bandera con casi 105.000 espectadores en las gradas se escribiera una de esas gestas legendarias que salpican la historia de las Olimpiadas, tan bonitas de ver y escuchar cuando no eres el derrotado. Porque pese a que Camerún ya había vencido a Brasil y Chile, dos de las grandes candidatas al Oro, para poder plantarse en la Final, si en ese partido había un favorito ése era España. Y cuando Xavi inauguró el marcador a los dos minutos con un gol de falta directa en el que contó con la inestimable ayuda del adolescente Kameni (que colocó mal la barrera y luego hizo la estatua), nada hacia presagiar que aquel voluntarioso equipo africano pudiera oponer la más mínima resistencia a un combinado español convencido de la victoria. El partido había comenzado a las 3 de la madrugada (mediodía en Sidney), y los aficionados que habían desafiado al sueño para ver la final empezaban a ver recompensado muy pronto su desvelo. Porque España estaba metida de lleno en la final y Camerún seguía en los vestuarios. A los cinco minutos se produjo la primera jugada clave: Jose Mari cayó dentro del área cuando ya encaraba a Kameni, y aunque el colegiado mexicano Felipe Ramos Rizo decretó la dudosa pena máxima ni siquiera amonestó al infractor, el defensa Nguimbat, consciente quizá de que no tal vez no hubiera existido contacto alguno. Angulo tomó la responsabilidad de convertir el penalti, pero su flojo lanzamiento fue atajado sin dificultades por Kameni. El fallo era grave, pero la ventaja en el marcador y sobre todo en el juego daba cierta tranquilidad. La que no debía estar tan tranquila era la conciencia de Ramos, o al menos eso explicaría la permisividad que desde ese momento mostró para con las agresivas entradas del equipo de Camerún. La dureza de los defensas africanos se cobró su primera víctima poco antes de la media hora, cuando Gabri tuvo que sustituir al renqueante Toni Velamazán, víctima de una dura entrada de Abanda que pudo merecer algo más que la amarilla mostrada por el mexicano. Pese a todo, la primera parte siguió el curso establecido, con España llegando con relativa facilidad al área camerunesa y sin noticias de la pareja Eto'o-Mboma. Y ya en el tiempo añadido, Gabri consiguió batir de nuevo a Kameni aprovechando una gran asistencia de Xavi. España se iba al descanso con el partido bien encarrilado y con la esperanza de que Camerún acusase el mazazo del postrero gol hispano.

Pero nada más lejos de la realidad. El intermedio sirvió para que España se desconectara del partido y Camerún se reorganizara. El técnico africano dio entrada al delantero Dani Kome por el central Nguimbat, dejando claro que no iba a morir sin luchar, y provocando de paso una gran confusión en la zaga española. El buen arranque camerunés se vio recompensado a los 8 minutos de la reanudación, cuando Mboma buscó la espalda de Puyol en el lateral izquierdo y su centro rebotó en el pecho de Amaya para despistar a Aranzubia, que estaba iniciando la salida, y colarse suavemente por el primer palo. Y antes de que se cumpliera el primer cuarto de hora, Eto'o remató una contra de libro propiciada por un nuevo despiste de Puyol que Mboma aprovechó para internarse por la banda y servir en bandeja el gol al entonces delantero del Mallorca. En menos de 15 minutos España había dilapidado su ventaja y además había confirmado que el árbitro no estaba por la labor de echar una mano, puesto que saldó con una amarilla a Jose Mari por simular una acción en la que el sevillano recibió un claro codazo de Abanda, que seguía imponiendo su ley en las inmediaciones del área de Kameni. Frustrados por la remontada camerunesa y descentrados por la actuación del colegiado, los jóvenes españoles cayeron en la trampa y en minuto 70 Gabri realizó una durísima entrada que, esta vez sí, a juicio del árbitro fue merecedora de expulsión. El partido entró en una nueva dinámica, con Camerún intentando atacar pero mostrando una nula capacidad de creación, mientras que España se defendía con orden y buscaba sus oportunidades a la contra. Sin embargo, ni unos ni otros llegaban con claridad y nadie fue capaz de desnivelar el marcador antes de llegar al minuto 90, lo que nos llevó a un tiempo extra en el que el poderío físico africano parecía clave.

La prórroga, que ya se presumía épica, se convirtió en una lucha sin cuartel desde que en el primer minuto Jose Mari vio la segunda amarilla por simular penalti en un forcejeo con Abanda. Con el mermado equipo español defendiéndose con uñas y dientes ante el desordenado ataque africano, lo cierto es que Camerún apenas creó peligro pese a su clara ventaja numérica. De hecho, las ocasiones más claras fueron para España, que a balón parado estuvo a punto de lograr el que hubiera sido un auténtico Gol de Oro cuando Joan Capdevila largó un zapatazo a la salida de un córner que se estrelló en el poste. Camerún metió a todos los atacantes que le quedaban en el banquillo pero los minutos pasaban y la perspectiva de que todo se decidiera en la tanda de penaltis cobraba más y más fuerza. Ya eran casi las cinco y media de la madrugada en España pero la tensión del choque, que estaba a punto de llegar a su momento culminante, nos mantenía a todos bien despiertos. Patrick Mboma tiró de veteranía para abrir la tanda y batir a Aranzubia, a lo que Xavi respondió con otro buen lanzamiento que superó a Kameni. Eto'o y Capdevila tampoco dudaron y transformaron sus correspondientes penaltis, al igual que Geremi. Le llegó el turno a Iván Amaya, que se acercó decidido a los once metros y optó por un lanzamiento alto y potente, imparable para cualquier portero pero que desgraciadamente en esta ocasión se topó con el travesaño, dejando helados a todos los aficionados españoles y completamente hundido al entonces flamante fichaje del Atlético de Madrid. El sevillano Lauren no desaprovechó la ocasión y amplió la diferencia africana. Con 4-2 la presión era para Albelda, que debía marcar para mantener vivas las esperanzas de España de alzarse con el Oro. El valencianista no se arrugó y transformó con frialdad, con lo que todo quedaba a expensas del duelo entre Dani Aranzubia y Pierre Wome. El defensor camerunés colocó el balón con mimo sobre el punto fatídico, cogió una larga carrerilla y lanzó un zurdazo con el interior hacia la escuadra derecha de Aranzubia, que había elegido el otro lado para su estirada, previendo un lanzamiento más potente y menos colocado. Gol, alegría y medalla de Oro para Camerún, y rabia, lágrimas y medalla de Plata para España.

Unos minutos después de aquel triste desenlace, mientras acompañaban a los felices cameruneses, que acababan de conseguir la primera medalla olímpica de la historia de su país, y a los satisfechos chilenos, que el día anterior habían derrotado por 2-0 a Estados Unidos en el partido por el Bronce, los futbolistas españoles parecían pensar en la oportunidad perdida. A miles de kilómetros, más allá de las seis de la mañana, los más madrugadores se topaban con los rostros cariacontecidos de quienes se habían pasado la noche en vela, que se dirigían a la cama pensando que, definitivamente, hay días en los que es mejor no levantarse.


Ficha del Partido
Final del Torneo Masculino de Fútbol de los Juegos Olímpicos de Sidney 2000, disputada en el Estadio Olímpico. 104.098 espectadores.
ESPAÑA 2 (3): Aranzubia (GK); Lacruz, Marchena, Amaya, Puyol; Albelda, Xavi, Angulo (-74, Capdevila), Velamazán (-27, Gabri); Tamudo (-49, Ferrón), Jose Mari
CAMERUN 2 (5): Kameni (GK); Lauren, Abanda, Nguimbat (-45, Kome), Wome; Geremi, Branco (-91, Epalle), Mimpo, Alnoudji (-111, Meyong Ze); Eto'o, Mboma
Goles: 1-0 Xavi (ESP, min. 2), 2-0 Gabri (ESP, min. 45+2), 2-1 Amaya (ESP, min. 53, p.p.), 2-2 Eto'o (CMR, min. 58)
Tanda de Penaltis: 0-1 Mboma (CMR, gol), 1-1 Xavi (ESP, gol); 1-2 Eto'o (CMR, gol), 2-2 Capdevila (ESP, gol); 2-3 Geremi (CMR, gol), 2-3 Amaya (ESP, falla); 2-4 Lauren (CMR, gol), 3-4 Albelda (ESP, gol); 3-5 Wome (CMR, gol)
Árbitro: Felipe Ramos Rizo (MEX)
Tarjetas Amarillas: Albelda (ESP, min. 19), Abanda (CMR, min. 25), Jose Mari (ESP, min. 55), Jose Mari (ESP, min. 91), Aranzubia (ESP, min. 106)
Expulsiones: Gabri (ESP, min. 70, roja directa), Jose Mari (ESP, min. 91, doble amonestación)

Ficha Oficial disponible en FIFA.com
También: Crónica del diario El Mundo (por Alejandro Delmás)

miércoles, 20 de mayo de 2009

Sidney 2000: Encuentros en la Primera Fase

0-3

Había pasado casi un año y medio, estábamos en la otra punta del planeta y ni siquiera el calor de Adelaida era comparable al de Lagos, pero por un momento quienes presenciaban el debut de España en los Juegos Olímpicos de Sidney seguramente se sintieron trasladados de nuevo a aquel inolvidable Mundial sub'20. Y no sólo por la inconfundible imagen de Iñaki Sáez y su inseparable gorra dando órdenes desde la banda, sino porque sobre el campo la selección olímpica española estaba repitiendo casi a la perfección el exitoso guión de Nigeria: salida en tromba, un descarado juego ofensivo y un impecable acierto rematador para dejar finiquitado el partido en apenas media hora. Con una leve variación respecto al esquema del Mundial, ya que en ese partido se apostó por un 4-3-1-2 con Aranzubia, Marchena, Iván Amaya, Lacruz y Capdevila en defensa, con Gabri acompañando a Xavi y Albelda en el centro del campo y con Toni Velamazán de enganche con la dupla Tamudo - Jose Mari, el combinado español desplegó todo su repertorio de juego para apabullar a una selección surcoreana que ni siquiera fue mejor en el apartado físico. Tras varias ocasiones de Tamudo, a los diez minutos Velamazán cazó un rechace para colocar el primer tanto en el luminoso gracias a un potente disparo que se coló imparable en la meta asiática. Bajo la batuta de Xavi, con Tamudo incordiando a la defensa y con Jose Mari dejando pinceladas de calidad, el segundo era cuestión de tiempo, y fue el delantero sevillano del Milan quien se encargó de materializarlo a los 25 minutos tras una gran jugada personal. Corea bajó los brazos y Xavi certificó el gol de la tranquilidad antes del descanso, aprovechando una dejada de Tamudo. En la segunda parte España se limitó a dejar correr el tiempo y a los coreanos, e incluso pudo aumentar la cuenta. Ni Park Ji Sung ni Lee Chun Soo, dos de las estrellas de Corea del Sur, pudieron dar réplica al incontestable dominio español que se embolsó los 3 puntos antes de enfrentarse a Chile en la segunda jornada.

Ficha Oficial disponible en FIFA.com
También: Crónica del diario El Mundo (por Alejandro Delmás)



1-3

El segundo partido se presentaba como el duelo que decidiría quién pasaría a cuartos de final como primero de grupo y quién sería segundo, ya que en su partido inaugural Chile había derrotado a Marruecos por 4-1, con hat-trick de Iván Zamorano incluído. Y es que Chile, al contrario que España o la propia Corea del Sur, sí había optado por convocar a 3 jugadores mayores de 23 años para reforzar la portería (Nelson Tapia), la defensa (Pedro Reyes) y sobre todo la delantera, con el citado Zamorano. El ariete, que ya contaba con 33 años y estaba a punto de dar por finalizada su exitosa carrera en Europa, fue sin duda la gran estrella de la competición, ya que acabaría erigiéndose como máximo goleador del torneo Olímpico. Pero no sería él, sino su compañero en la delantera, el talentoso Reinaldo Navia, quien tumbara a los jóvenes españoles en aquel encuentro. El choque, disputado en Melbourne, fue una pesadilla para los nuestros, que vieron como Chile les superaba con bastante comodidad gracias a la rapidez de sus atacantes pero también a los errores de la zaga española. Y eso que durante los primeros minutos España (con la novedad de Angulo por Jose Mari respecto al primer partido) salió dispuesta a repetir el guión que tan bien dominaba, encerrando a los chilenos en su área, pero poco a poco la presión fue disminuyendo y casi en el primer acercamiento sudamericano Rafael Olarra remató a la perfección un medido centro desde la banda. Los de Sáez se vinieron abajo y un poco antes del descanso Zamorano cazó un mal pase de Marchena para escaparse por la línea de fondo, aguantar la tarascada del sevillano y, cuando el balón parecía perdido, rebañar la bola desde el suelo para que Navia sólo tuviera que empujar. Con ese 0-2 se llegó al descanso, y la segunda parte fue un quiero y no puedo de España, que no supo atacar la ordenada defensa chilena. Aún así, Lacruz le puso emoción al partido al remachar un barullo en el área, pero aunque faltaba más de media hora para el final se veía que iba a costar mucho lograr el empate. Y de hecho lo que llegó fue la sentencia, ya que con la selección española volcada en ataque Navia aprovechó un pase de Zamorano para finalizar el contragolpe con un magistral lanzamiento desde fuera del área. Chile conseguía así su clasificación y España empezaba a vislumbrar a Italia en el horizonte de los cuartos, ya que los campeones de Europa sub'21 habían ganado sus dos partidos y se perfilaban como primeros de su grupo a falta del choque ante Nigeria.

Ficha Oficial disponible en FIFA.com
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2-0

Llevábamos 5 días de Juegos y a estas alturas ya teníamos los primeros Oros españoles (Isabel Fernández en judo y Joan Llaneras en ciclismo en pista), el primer gran nombre propio (el nadador australiano Ian Thorpe, ganador de tres medallas de Oro) y también una de las imágenes más curiosas de Sidney 2000 (la agónica y solitaria lucha del nadador guineano Eric Moussambani contra la piscina olímpica). Por tener, ya teníamos hasta rival confirmado en cuartos de final, Italia, que había empatado con Nigeria y esperaba ya a España, a la que solo una derrota ante Marruecos (unida a una goleada de Corea a Chile) podría dejar fuera de la lucha por las medallas. Pero la eliminación era una posibilidad muy remota y se empezó a comprobar desde el minuto 1 viendo el inexistente poderío atacante de la selección magrebí, que no pudo contar en todo el torneo con su estrella mayor de 23 años, el ex-deportivista Bassir, lesionado. España dominó el partido con claridad y si no acabó goleando fue en buena medida por los fallos de Jose Mari en el remate y por la excesiva dureza con que se emplearon los africanos en todas las parcelas del campo. Hubo que esperar al minuto 33 para que Jose Mari aprovechara su enésima oportunidad para inaugurar el marcador, y la sentencia no llegó hasta el minuto 90, gracias a un gol de Gabri. Entre medias, tiempo para muchos de los no habituales, como Unai, Ferrón o Puyol, y para que los jugadores marroquíes descargaran su impotencia (3 derrotas, 7 goles en contra y sólo 1 a favor) a base de palos y marrullerías varias.

Ficha Oficial disponible en FIFA.com
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La fase de grupos se cerró sin demasiadas sorpresas, ya que la eliminación de la República Checa (subcampeona de Europa sub'21) entraba dentro de lo previsible en un igualado grupo con Camerún y Estados Unidos, aunque lo que finalmente condenó a los checos fue su inesperada derrota ante Kuwait. Brasil (que en aquellos Juegos estaba dirigida por Wanderlei Luxemburgo y que tenía entre sus filas a Ronaldinho, Edu o Lucio) también sufrió un duro revés al perder con la Sudáfrica de Quinton Fortune y Benni McCarthy, aunque supo reponerse y acabó primera de grupo por delante de Japón, que sumaba a sus subcampeones del Mundo sub'20 otros jóvenes talentos como Hidetoshi Nakata o Shunsuke Nakamura. Las medallas estaban a un partido de distancia y sin duda nadie quería dejar pasar la oportunidad de colgarse una en el cuello.