Mostrando entradas con la etiqueta Simao. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Simao. Mostrar todas las entradas

lunes, 4 de mayo de 2009

Todos los nombres llevan a Ronaldinho

Si en la anterior entrada seguimos las trayectorias de varios jugadores que destacaron en Nigeria y que luego se perdieron en el anonimato, en las siguientes recordaremos algunos nombres que sí llegaron al más alto nivel, así como otros jugadores que se han quedado en un nivel intermedio pero que en cualquier caso han tenido cierta repercusión en algún momento de sus carreras, bien por haber pasado por la Liga española, bien por haber pertenecido a grandes clubes o haber destacado en sus respectivas selecciones. Y con un poco de paciencia y algo de imaginación hasta podemos entrelazar sus vidas. Veamos.

Empezaremos por el que seguramente haya alcanzado un nivel más alto en su carrera de todos los futbolistas presentes en Nigeria'99: Ronaldinho. El talentoso jugador del Gremio era un referencia constante para el juego de su selección, y obviamente estaba en la agenda de los grandes clubes europeos. El Paris Saint Germain fue quien se llevó el gato al agua y lo fichó en 2001; luego, tras su buen Mundial 2002 su cotización se disparó y acabó aterrizando en el Barcelona en 2003 como la gran estrella del proyecto de Joan Laporta. El resto es de sobra conocido por todos. Su llegada a Barcelona coincidió con la del defensa más destacado del Campeonato nigeriano, Rafa Márquez, que tras aquel Mundial juvenil había fichado por el Mónaco. Aunque el mexicano acabó finalmente en el club azulgrana, durante varias temporadas se rumoreó el interés del Real Madrid en hacerse con sus servicios. Curiosamente, uno que había sonado para el Barça y que acabó fichando por el Madrid fue Gabi Milito, aunque el argentino no pasó el reconocimiento médico (según la versión oficial) y recaló en el Zaragoza, de donde fue traspasado al Barcelona en 2006. Si los galenos no hubieran paralizado el fichaje, en el cuadro merengue hubiera coincidido con Esteban Cambiasso, que llevaba en el club desde los 15 años, aunque en 1999 se encontraba cedido en River Plate. El "Cuchu" regresó a Madrid en 2002, en pleno apogeo de la era galáctica, pero pudo abandonar la nave antes de que esta se estrellara definitivamente y en 2004 fichó libre por el Inter, donde continúa dando lecciones de mando desde el mediocentro.

En esa misma posición, y de vuelta al Bernabéu, nos encontramos con uno de los múltiples fichajes del Madrid post-galáctico, Mahamadou Diarra, que si bien apenas jugó en Nigeria (tenía 2 años menos que el resto de sus compañeros) sí ha alcanzado cierto renombre en Europa. Diarra pasó por OFI Creta y Vitesse antes de recalar en el Olympique de Lyon en 2002, donde su imponente presencia física llamó la atención del club madridista. Por su parte, al Bayern de Munich lo que le llamó la atención de Roque Santa Cruz (en la foto) fue sin duda su capacidad realizadora, y por eso no dudó en ficharlo nada más acabar el Mundial de Nigeria. Pero en Alemania el paraguayo pasó por un calvario de leisones y nunca pudo demostrar sus dotes de killer, por lo que en 2007 acabó marchándose al Blackburn Rovers inglés, donde por fin tuvo continuidad y consiguió unas notables cifras goleadoras. Sin embargo, las mareantes cifras ofrecidas por el Manchester City podrían hacerle cambiar de aires este verano, y el flirteo no ha sentado nada bien en los Rovers. Tampoco sentó bien en el Arsenal la marcha del lateral Ashley Cole al Chelsea en 2006, vista casi como una traición al club y al todopoderoso Arsene Wenger. Ashley estuvo en Nigeria, sí, pero pasó totalmente desapercibido por el mal papel de su selección, al igual que el "espárrago" Peter Crouch. El potente delantero inglés ha pasado por multitud de equipos de las Islas (Tottenham, QPR, Aston Villa, Norwich City, Portsmouth y Liverpool) y, aunque fue en el club de Anfield donde alcanzó fama internacional, este verano decidió regresar al Portsmouth dado que no era muy del agrado de Rafa Benítez. Pero si alguien sabe bien lo que es no gustar al técnico madrileño ese es sin duda Néstor Fabián Canobbio, la famosa "lámpara" uruguaya que la secretaría técnica del Valencia le regaló a Benítez cuando éste había pedido un sofá. El habilidoso extremo charrúa llegaba de Peñarol con buen cartel, pero no pudo asentarse en la ciudad del Turia y ha acabado a orillas del Pisuerga, previo paso por la ría de Vigo.

Pero Benítez también tiene sus protegidos, y uno de ellos es el lateral brasileño Fabio Aurelio, que no dudó en seguirle a Liverpool pese a la paciencia que tuvieron en Mestalla con sus graves lesiones. El Valencia es sin duda uno de los equipos españoles donde han jugado más mundialistas en Nigeria, ya que habría que citar también al portugués Marco Caneira (que pasó también por Benfica, Reggina y Girondins antes de regresar al Sporting de Portugal) y al portero alemán Timo Hildebrand, sobre cuya presencia en el club muchos aficionados chés preferirían correr un tupido velo (más o menos lo que desearían hacer en Barcelona con Geovanni Deliberson). En descargo del jugador brasileño, hay que decir que su llegada al club blaugrana coincidió con una de las etapas más oscuras de su historia reciente, algo que también afectó al portugués Simao Sabrosa, fichado como el relevo natural de Figo pero que tuvo que volver a su país para demostrar su mejor nivel. Sus buenas actuaciones en el Benfica le valieron el regreso a España, en esta ocasión al Atlético de Madrid, por donde también pasó un compañero suyo en Nigeria, Hugo Leal, y donde ha coincidido con otra de las estrellas de aquel campeonato sub'20, Diego Forlán (en la foto). El charrúa, a pesar de que salió de Nigeria con ofertas interesantes, esperó hasta 2002 para dar el salto de "su" Independiente a nada menos que el Manchester United, pero con los Diablos Rojos sufrió una preocupante sequía goleadora (algunos de sus fallos dieron la vuelta al mundo) y Ferguson le dejó marchar al Villarreal en 2004. Quién le iba a decir al veterano técnico escocés que estaba despidiendo al futuro Bota de Oro del continente, y que le vería regresar a Old Trafford en la Champions League vistiendo la camiseta de aquel equipo español de provincias. Ahora Forlán lucha en el Manzanares contra los elementos para devolver al cuadro colchonero a la élite.

Precisamente la lucha es lo que siempre ha caracterizado a su socio en el ataque uruguayo, Ernesto Chevantón, que tras unas buenas temporadas en Danubio también dio el salto a Europa, en su caso al Lecce italiano (desde luego un club con menos nombre que el primer destino europeo de Forlán). El glamour le llegaría en su estancia en Mónaco, de donde pasó al Sevilla. En España no ha tenido demasiadas oportunidades, algo que también pueden decir jugadores como el mexicano Gerardo Torrado (que pasó también por el Sevilla y Poli Ejido) o el brasileño Matuzalem (Zaragoza), aunque en este último caso fue una grave lesión lo que le impidió mostrar el nivel que le hizo ser objeto de pelea judicial entre Real Zaragoza y Shaktar Donetsk, club en el que explotó como goleador tras haber estado varios años en Italia (Nápoles, Piacenza y Brescia fueron sus equipos). Y precisamente por Zaragoza y Atlético de Madrid ha pasado también Luciano Galletti, centrocampista argentino cuya actual presencia en Olympiacos nos demuestra la teoría expuesta en la anterior entrada sobre que hay equipos que tienen una habilidad especial para hacerse con según que tipo de jugadores.


Próxima entrada: Algunos nombres más (que llevan a Ronaldinho)

domingo, 12 de abril de 2009

La primera criba

El telón de la primera fase se cerró sin demasiadas sorpresas, pero sí con muchas sensaciones sorprendentes. Las únicas selecciones que hicieron las maletas antes de lo previsto fueron dos potencias europeas, Alemania e Inglaterra. Los alemanes habían llegado como favoritos en virtud de su condición de subcampeones de Europa, y tras su cómoda victoria en la primera jornada (4-0 ante Paraguay) parecían refrendar su candidatura al título. Sin embargo, la derrota por 2-0 en la segunda jornada ante los anfitriones hizo que el partido contra Costa Rica se convirtiera en decisivo, y entonces los nervios pudieron a los jóvenes teutones, que cayeron derrotados por 2-1 y concluyeron en la última posición de su grupo. El mismo camino que Alemania tomó Inglaterra, con la deshonra añadida de marcharse de Nigeria sin puntuar y sin marcar un solo gol en un grupo a priori sin demasiados rivales de entidad: Camerún, Japón y Estados Unidos vencieron a los pross sin excesiva dificultad. En su descargo, hay que decir que tanto Alemania como Inglaterra acudieron a Nigeria sin varios de sus mejores hombres, que no fueron liberados por sus clubes. Junto a alemanes e ingleses, las otras selecciones que se marcharon a casa últimas de sus grupos fueron Kazajstán, Arabia Saudí, República de Corea y Honduras.

Pero si hasta ese momento el campeonato no estaba siendo especialmente pródigo en eliminaciones sorprendentes, sí estaba dejando detalles que presagiaban posibles descalabros de algún otro favorito. Argentina, campeón en Malasia'97, tuvo que agradecer a sus archienemigos brasileños la goleada que éstos infligieron a Zambia en la última jornada, puesto que al acabar en la tercera posición de su grupo con 4 puntos (los mismos que Costa Rica, Uruguay y Zambia, que también fueron terceros en sus respectivos grupos), hubo que esperar a que el gol-average decidiera qué selección acompañaba a Australia (3 puntos) como una de las dos peores terceras. Al final, la victoria canarinha por 5-1 fue clave y los zambianos se quedaron fuera de unos octavos que habían acariciado con la punta de los dedos.

Otras selecciones que dejaron dudas sobre su rendimiento fueron Portugal y Uruguay (aunque ambas compartían con Mali el que probablemente fuera el grupo más potente), así como la propia Brasil o Nigeria. Los sudamericanos parecían letales en ataque pero su defensa era extremadamente lenta y el trabajo defensivo de sus centrocampistas brillaba por su ausencia; mientras que el anfitrión parecía acusar la presión de jugar en casa y no daba muestras de ser el equipo temible que se esperaba. En cambio, otros equipos africanos como Ghana o Mali empezaban a meter miedo, y se postulaban como serios aspirantes al título en un grupo de favoritos en el que también había que incluir a España por méritos propios.

Entre las sorpresas agradables, México presentaba un juego rápido y vistoso que le hacía encabezar el segundo grupo de aspirantes, un grupeto en el que se incluían a las ya mencionadas selecciones que partían como favoritas pero que no estaban dando su nivel y también a las revelaciones del torneo como Croacia, Costa Rica, Estados Unidos o Japón. Todas ellas practicaban un fútbol eminentemente ofensivo, cada una con sus peculiaridades, pero que las convertía en rivales a tener en cuenta.

En cuanto a los nombres propios de la fase de grupos, el alemán Enrico Kern fue el primero en destacar con su hat-trick ante Paraguay en la primera jornada. Peter Ofori Quaye (GHA) también tomó la responsabilidad anotadora de su selección, al igual que Damien Duff en Irlanda y Simao Sabrosa en Portugal. Otros referentes ofensivos para sus respectivos equipos eran Taylor Twellman (USA) o Naohiro Takahara (JPN), mientras que Esteban Cambiasso (ARG) era el líder que intentaba tirar del carro argentino (no en vano era el tercer mundial juvenil que disputaba el por aquel entonces canterano del Real Madrid). Rafa Márquez hacía lo propio en la selección azteca, además de sumar un par de goles gracias a su potente disparo y a su buen juego aéreo. Obviamente, los españoles también estaban brillando, y los dos goles de Gabri ante Brasil no habían pasado desapercibidos, como tampoco las dotes de organización de Xavi o las cabalgadas de Varela.

Tras una brillante primera fase en la que se marcaron 102 goles en 36 partidos, los cruces de octavos de final quedaron establecidos de la siguiente forma:

República de Irlanda - Nigeria
Mali - Camerún
España - Estados Unidos
Ghana - Costa Rica
México - Argentina
Japón - Portugal
Paraguay - Uruguay
Brasil - Croacia

Las eliminatorias estrella eran los dos duelos entre equipos de la máxima rivalidad (Paraguay-Uruguay y Mali-Camerún), y el choque entre Argentina y México. La suerte estaba echada, y el día 14 de abril comenzaría la fase decisiva del campeonato.