jueves, 21 de abril de 2011
1999, Europeo sub'16: El eslabón perdido
Y hay que hacer justicia porque, además, en esos equipos campeones en 2008 y 2010 también hay una representación de este grupo sub'16 de 1999: nada menos que Pepe Reina, presente (y suplente) en ambas citas, acerca de quien sobra cualquier comentario que yo pueda hacer. Además, en esa convocatoria cadete de 1999 destaca otro gran jugador también formado en la cantera azulgrana, alguien que aprendió pronto a hacer las maletas y al que la vida le ha llevado, casualmente, a ser vecino y enemigo deportivo de Reina, y que ya debería haber tenido su oportunidad en la absoluta: Mikel Arteta. Pero también figuran en esa lista sub'16 otros futbolistas que han disfrutado de un paso más o menos largo y más o menos afortunado en el fútbol profesional. Así, vemos en la defensa a los entonces canteranos madridistas Rubén González y Enrique Corrales (ambos hoy en el Mallorca), a Mario Álvarez (central canario del Getafe que militó en el Valladolid y el Barça) y al lateral valenciano Diego Alegre (que pasó por Sporting, Ciudad de Murcia y Albacete, hoy en el Ontinyent); en el centro del campo aparecen Libero Parri (que jugó en el Valencia y en el Albacete, entre otros), Jonathan Aspas (la perla celtiña) y Nano Macedo (aquel extremo gallego que apareció fulgurantemente como sucesor de Rivaldo en el Barça y que sin embargo después no llegó a despuntar en Getafe, Atlético o Racing de Ferrol, y que ahora milita en el Numancia); y en la nómina de atacantes nos encontramos con Albert Crusat (criado en el Espanyol, hoy brilla en el Almería) y Jorge Perona (un clásico de las selecciones inferiores: formado en la cantera del Valencia y el Barça, pasó por el Lorca y hoy milita en el Oviedo).
Muchos nombres conocidos para casi todos, amén de otros que, como siempre ocurre en estas seleciones, se nos quedaron por el camino. Sin embargo, en este caso hay que reconocer que casi todos lograron dedicarse al fútbol, aunque fuera en categorías menores. Bernabé Ballester, Berna, jugaba en los juveniles del Real Madrid, pero una grave lesión cortó su trayectoria y le impidió, por ejemplo, acudir al Mundial sub'17 de ese mismo año. Luego regresó a Valencia para enrolarse en el Mestalla, donde protagonizó una curiosa anécdota como doble de acción de otro jugador que se coronó en ese memorable 1999, Carlos Marchena, y más tarde pasó por el Mouscron belga y el Alcoyano. Compañero de Berna en la Ciudad Deportiva blanca era Juan Carlos Duque, lateral que tras lograr el ascenso a Segunda con el Castilla fichó por el Zamora y que también ha pasado por Pontevedra y Poli Ejido. El jienense David Relaño, perteneciente al Betis, era el suplente de Reina, y aunque en 2004 llegó a debutar en Primera con el club verdiblanco, su carrera posterior le ha llevado por diversos clubes de 2ªB y Tercera como el Terrassa o el Baza, hasta recalar en la portería del Alcalá de Guadaira. Y del resto iremos hablando cuando toque, porque tuvieron algún momento de protagonismo durante el Europeo que hoy recordamos.
Pero vayamos ya al campeonato, y empecemos por el principio. La selección logró su clasificación para la fase final, a celebrar en la República Checa, en un triangular disputado en Malta en marzo de 1999, en el que arrasó a la débil selección local por 0-6 y venció con ciertos apuros a la siempre rocosa Escocia por 1-0. Como quedó dicho cuando recordamos los Europeos Sub'16 de 1997 y de 2001, la fase final de este campeonato se disputaba entonces con el mismo formato que la Eurocopa Absoluta, es decir, con 4 grupos de 4 componentes. España quedó encuadrada en el Grupo C con Croacia, Rusia y Polonia, y el destino, caprichoso él, hizo coincidir el debut en este Europeo con la inolvidable final del Mundial sub'20 de Nigeria. Ese mágico 24 de abril de 1999, a miles de kilómetros de Lagos, un joven Massimo Busacca fue el encargado de impartir justicia ante los croatas (entre los que se encontraba Darjo Srna como nombre más reconocible), mientras que el imberbe Arteta se ocupó de comandar la primera victoria hispana en el torneo, anotando el primer gol al cuarto de hora. Luego, con el partido agonizando, Jon Sancet Ezpeleta (delantero perteneciente a Osasuna) marcó el gol de la tranquilidad. El segundo partido, ante la Rusia de los gemelos Berezutsky, fue también complicado, y se resolvió gracias a un solitario tanto de Perona a los 3 minutos. La clasificación estaba asegurada y en el último duelo ante Polonia el equipo comandado por Santisteban y Ufarte se dio una alegría goleando por 3-0, tantos de Perona, Jonathan Aspas y Aitor Gómez Cifuentes (entonces perteneciente al Amorós madrileño y que ha desarrollado casi toda su carrera entre 2ªB y Tercera, pasando por clubes como el Talavera, Gandía, Balompédica Linense, Moralo o Torpedo 66), que fue quien abrió el marcador.
Sin sorpresas en los demás grupos, en los que Portugal, Inglaterra, Alemania y la República Checa pasaron ronda sin demasiados apuros, el campeonato llegó a su momento culminante. Y si en la primera fase España ya se había mostrado como un bloque sólido y brillante, en las eliminatorias dio lo mejor de sí. Primero se deshizo con facilidad de Israel, a la que goleó 5-1 (marcaron Parri, Perona, Diego Alegre y Nano, este en dos ocasiones), y luego llegó la exhibición en semifinales ante la Alemania de Hinkel y Hitzlsperger: un incontestable 4-0 que dejó bien claro quiénes eran los máximos favoritos a llevarse el trofeo. Arteta, con dos tantos, volvió a liderar al equipo en un brillante encuentro en el que también mojaron Perona y Diego Alegre. Con 15 goles anotados y sólo 1 recibido, nadie en Olomouc dudaba de que España se llevaría el título. Que el convencimiento fuera tan grande se debía en gran medida a que Polonia se había cargado en semifinales a la selección anfitriona, única que podría haber equilibrado la balanza del favoritismo. Sin embargo, la final no fue sencilla y durante muchos minutos los polacos maniataron a los nuestros, hasta que se desfondaron en la segunda parte. Perona, máximo goleador del campeonato, había adelantado a España, pero Grzelak puso el empate antes del descanso. Nada que no pudieran arreglar Arteta y compañía: primero un misil de Mario Álvarez y después un testarazo de Ernesto Gómez (otro canterano del Real Madrid, actualmente en Grecia) abrieron una brecha definitiva. Ya sobre la hora, Elías Molina (formado en el Atlético Madrileño, luego ha pasado por Numancia, Albacete o Cartagena, entre otros muchos equipos) se encargó de finiquitar la goleada a la salida de un córner. Dos semanas después de que Pablo Orbaiz levantara el primer Mundial para nuestras selecciones, la cantera española lograba su quinto título continental de la categoría sub'16, y de ahí en adelante ocurrió lo que ya todos conocemos. El engranaje que nos llevó a lo más alto en Sudáfrica se puso en marcha en Nigeria, pero también pasó por la República Checa cuando todavía estaba empezando a rodar. Queda dicho.
Epílogo.- Unos meses más tarde, este grupo (con el hoy sevillista Fernando Navarro como principal novedad) viajó a las antípodas para disputar el Mundial sub'17, un torneo que acabaría llevándose la Brasil del "emperador" Adriano y que vería la eclosión de un talentoso estadounidense de nombre Landon Donovan. Sin embargo, en Nueva Zelanda los nuestros no tuvieron suerte y se volvieron a casa a las primeras de cambio, incapaces de superar un grupo en el que figuraban Ghana, México y Thailandia. Otro borrón en nuestro torneo maldito, el único que todavía no hemos ganado y por el que deberemos seguir esperando al menos dos años más, puesto que la actual Sub'17 no logró clasificarse para la fase final del Europeo de este año y por tanto se perderá el Mundial de México. Una verdadera lástima para un grupo lleno de talento pero que se topó con una gran Inglaterra. Todo llegará, seguro.
domingo, 26 de abril de 2009
La lista de Sáez 10 años después (II)

Álvaro Rubio: tuvo la mala suerte de lesionarse de gravedad en el último encuentro de la primera fase ante Honduras, en sus primeros minutos del campeonato, por lo que no pudo participar en el resto del torneo. Por aquel entonces este riojano jugaba de central y estaba en el Zaragoza B, desde donde fichó por el Albacete en la 2000-2001. En el club manchego siguió su progresión y poco a poco fue adelantando su posición en el campo, logró el ascenso a Primera y debutó en la máxima categoría en 2003. En el verano de 2006 se incorporó al Valladolid y desde el principio se ganó la confianza de Mendilíbar, con el que llegó a jugar incluso de extremo derecho. Asentado en el mediocentro, en Pucela vuelve a disfrutar de un ascenso a Primera y se convierte en una pieza básica del esquema blanquivioleta. Pese a no ser uno de los destacados en Nigeria, a los 29 años ha conseguido establecerse como un jugador importante de Primera, algo que desgraciadamente no han logrado otros compañeros aparentemente con más proyección.
Gonzalo Colsa: el bravo centrocampista cántabro recibió la llamada de Iñaki Sáez mientras se encontraba cedido en el C.D. Logroñés, en Segunda División, aunque ya había debutado con su Racing en Primera un año antes. Al acabar la temporada 1998-1999 volvió a Santander y se convierte en un habitual de las convocatorias, disputando casi 20 partidos en cada una de las 2 siguientes temporadas y mostrando sus buenas dotes como centrocampista llegador, aunque no puede evitar el descenso a Segunda del Racing. El Atlético de Madrid se fija en él y decide hacerse con sus servicios para intentar el ascenso, cosa que consigue aunque sin que la aportación de Colsa sea la esperada. De vuelta en Primera, los colchoneros deciden cederlo al Valladolid, donde se hace con un puesto de titular y consigue su mejor marca goleadora. Pero sigue sin tener opciones en el Atlético y al año siguiente vuelve a salir cedido, en este caso al Mallorca, donde se reencuentra con Luis Aragonés, el primer técnico que tuvo a orillas del Manzanares y con el que vuelve a ser pieza clave del equipo. Otra vez de vuelta en el Atlético, de la mano de César Ferrando juega 30 partidos y consigue 3 goles pero no logra ganarse a la complicada afición rojiblanca. Al año siguiente vuelve a alternar la titularidad con la suplencia y finalmente en 2006 acaba volviendo al Racing, donde no tarda en demostrar que tiene calidad más que suficiente para destacar en Primera. Ídolo de la afición santanderina por su juego (y su condición de cántabro), desde entonces es uno de los fijos de un equipo que recientemente ha vivido los que probablemente sean los mejores años de su historia.

Pablo Orbaiz: mediocentro defensivo con dotes de organizador y que podía actuar también en el centro de la zaga, Orbaiz ya jugaba habitualmente en Osasuna cuando viajó a Nigeria, y a su vuelta se convirtió en objetivo prioritario para varios clubes. Con la satisfacción de dejar a su Osasuna en Primera, Orbaiz fichó por el Athletic Club en verano de 2000, y desde el principio se hizo un hueco como titular. De la mano de Sáez, debutó con la selección absoluta el mismo día que Marchena, en un encuentro de homenaje a Puskas celebrado en Hungría en verano de 2002, pero su progresión se truncó ese invierno por culpa de una lesión de ligamentos. Volvió a los terrenos de juego y rápidamente recuperó su sitio en el Athletic aunque no en la selección: la explosión de Xabi Alonso le cierra las puertas de la Euro 2004 y después Luis Aragonés deja de llamarle al equipo nacional. A finales de 2006 volvió a romperse la rodilla y nuevamente consiguió volver a la titularidad, mostrando el carácter por el que Iñaki Sáez le confió el brazalete en Nigeria.

Xavi Hernández: se dice que Michel Platini, presente en la final de Nigeria'99 como miembro de la FIFA, se le acercó después del partido y, tras presentarle sus respetos, le susurró que Seydou Keita se había llevado el Premio al Mejor Jugador del campeonato por razones políticas, pero que él había sido de largo el mejor futbolista presente en aquel torneo sub'20. Y se dice que nueve años después, cuando ya como Presidente de la UEFA el francés le otorgaba a Xavi el galardón al Mejor Futbolista de la Eurocopa 2008, el susurro vino a decir que por fin se había hecho justicia. Más allá de leyendas urbanas, lo cierto es que en los 9 años que transcurrieron entre un susurro y otro el de Terrassa no ha dejado de dar muestras de la calidad que atesora en sus botas y en su privilegiada cabeza. Desde que debutó con Van Gaal en el club de su vida, el F.C. Barcelona, Xavi ha sido el cerebro del equipo blaugrana. Sin embargo, en muchos momentos se criticó su falta de rigor defensivo y sus pocas dotes de liderazgo, críticas que aparecían siempre que el equipo no carburaba. La Eurocopa de Austria y Suiza le sirvió para reivindicarse ante sus detractores, guiando a su equipo, controlando el tempo del partido y apareciendo con peligro en el área, precisamente un juego que se asemejó más que nunca al desarrollado en Nigeria. Este año el destino ha querido juntarle en el vestuario del Barça con Keita: seguramente habrán tenido tiempo para recordar aquel campeonato, y quien sabe si para comentar las confesiones de Platini.

Fernando Varela: en 1999 era una de las más firmes promesas de la cantera bética pero, tras ser campeón en Nigeria, este potente extremo diestro (que incluso había disfrutado de sus primeros minutos en Primera con apenas 17 años) tuvo que pasarse medio año cedido en el Extremadura, aprender a jugar de lateral y esperar a la temporada 2000-2001 para ser miembro de pleno derecho del primer equipo del Betis, entonces en Segunda División. La razón fundamental se llama Joaquín Sánchez, y es que la explosión del portuense obligó a Varela a reinventarse como jugador. A la sombra de Joaquín, el sevillano se adaptó a su nuevo rol defensivo aunque sin olvidar nunca sus orígenes atacantes, y se asentó en Primera como uno de los laterales más completos del país. Tras 5 temporadas en el primer equipo verdiblanco en las que ganó una Copa del Rey y participó en la Champions League, fichó por el Mallorca, donde ha ido alternando actuaciones en el lateral y en el extremo, incrementando sus cifras goleadoras gracias a su potente disparo con ambas piernas y convirtiéndose en una pieza básica del cuadro bermellón.

Rubén Suárez: "el hijo del mítico Cundi" era la coletilla que solía acompañarle en 1999, y es que Rubén pertenece a una saga de futbolistas asturianos de la que su padre, que jugó 15 temporadas en Primera y llegó a ser internacional absoluto, sigue siendo el miembro más destacado. Naturalmente ligado al Sporting de Gijón, cuando viajó a Nigeria ya había debutado en el primer equipo gijonés, en el que se mantuvo hasta la temporada 2004-2005. Reconvertido en segundo delantero, ha desarrollado toda su carrera en Segunda División, puesto que a su etapa en el club que le vio nacer como futbolista le siguieron 4 fructíferos años en el Elche y un agitado verano 2008 en el que tras denunciar a los alicantinos por impago estuvo a punto de firmar por el Rayo y acabó en el Levante, donde sigue mostrando un gran olfato goleador. A sus 30 años, Rubén, que fue de Oro a los 20, se ha convertido en uno de los clásicos de la División de Plata.