lunes, 28 de septiembre de 2009

Partido 2: Nigeria - España

0-2

La selección española ha logrado esta tarde una importantísima victoria que le garantiza virtualmente el acceso a octavos de final del Mundial sub'20 al menos como segundo de grupo, aunque no despejó demasiadas dudas sobre si debemos considerarla definitivamente candidata al título. Si antes de empezar el campeonato los de Milla se encontraban en la terna de favoritos, las bajas de última hora mermaron el potencial ofensivo del equipo y se hacía necesaria una victoria contundente, quizá más por el juego que por el marcador, para que, sumándola a la goleada del viernes ante Tahití, esas dudas se disiparan. Pero, personalmente, pocas me ha resuelto este encuentro. Puede que Nigeria, muy presionada por el mal resultado de la primera jornada, no atraviese su mejor momento, pero los africanos plantearon un partido serio, buscando siempre el área contraria, y en ese duelo España se acomodó demasiado en su papel de acosado y no demostró tener capacidad para mandar en el juego. Y ese es un aspecto clave para medir las posibilidades de cualquier equipo que quiera aspirar al cetro mundial. De salida Luis Milla sólo introdujo una novedad respecto al plácido debut ante los polinesios, y fue la entrada de Laguardia por Fontás en el centro de la zaga, buscando quizá algo más de físico y contundencia defensiva para frenar a los potentes delanteros nigerianos. Necesitada de puntuar para afianzar sus posibilidades de pasar a octavos, Nigeria comenzó dominando y llegando con peligro a la meta de Asenjo, que cuajó un gran encuentro, realizando varias paradas de mérito en acciones como el mano a mano que le sacó a Osanga o un lejano disparo de Ighalo que estuvieron a punto de inaugurar el marcador. España no estaba en el partido y no dio señales de vida en ataque hasta pasado el ecuador del período, cuando por fin comenzaron a aparecer (sin demasiada continuidad) Parejo y Fran Mérida, sobre todo este último, que intentó un par de disparos de media distancia. Y en esa fase de mayor equilibrio llegó el gol español: Marcos Gullón se aprovechó de la inferioridad numérica nigeriana en el centro del campo para enviar un gran pase a la espalda de la defensa para Mérida, que se plantó ante Okafor y lo batió con un toque sutil. De ahí al final nuevos acercamientos por ambos bandos, con bastante peligro, y la entrada de Rabiu Ibrahim para potenciar aún más el ataque africano, más peligroso por el número de futbolistas que se acumulaban en cada jugada en torno al área española que por su juego.

La segunda parte comenzó igual que la primera, con Nigeria volcada sobre el arco de Asenjo y España buscando infructuosamente alguna internada de Nsue o Aarón. El portero atlético salvó a los nuestros con un par de buenas intervenciones en los primeros diez minutos, en los que además sus compañeros se cargaron de tarjetas (Mérida, Parejo y Botía vieron sendas amarillas, y el jugador del Getafe bien pudo ser expulsado por el belga De Bleeckere). Al cuarto de hora Milla mandó un claro mensaje a su tropa retirando a Aarón y dando entrada a Fontás para fortalecer el centro del campo, y el repliegue hispano se intensificó. Una nueva manita del árbitro, que anuló sólo él sabe por qué un gol completamente legal del nigeriano Adejo, tampoco sirvió para que los nuestros despertaran. A los 25 minutos el recién ingresado Salami lanzó un buen disparo que se estrelló en el travesaño, pero ni por esas. Con Nsue y Alba desaparecidos en combate y Parejo muy desacertado, nadie era capaz de coger el balón y calmar el ritmo de un partido que seguía claramente inclinado hacia el área de Asenjo, y sólo la precipitación de los nigerianos (y la nefasta actuación arbitral) nos mantenía con ventaja en el marcador. A falta de un cuarto de hora Ander Herrera sustituyó a Parejo, y aunque el zaragocista tampocó fue ese líder que el equipo estaba necesitando, su entrada fue clave. Poco más de cinco minutos después de ingresar al terreno de juego, en una de las escasas jugadas trenzadas del bando español Herrera recibió un balón de Fran Mérida y fue derribado por Rabiu Ibrahim cuando entraba en el área. El belga no lo dudó y señaló el punto fatídico, desde el que Fran Mérida se encargó de ahuyentar los fantasmas del empate con un lanzamiento a lo Panenka que sirvió para subir el segundo gol al marcador y de paso redimirse un poco de su fallo en la tanda de penaltis de la final del Mundial sub'17 de Corea. Casi a continuación De Bleeckere completó su generosa actuación al expulsar a Salami por un manotazo al centrocampista del Arsenal y el partido quedó definitivamente visto para sentencia. Ya en el descuento y con Nigeria entregada, Kike, que había sustituido al bigoleador, envió un diparo al larguero, pero el tercer gol hubiera sido demasiado premio para España y un castigo demasiado duro para un equipo africano que, al igual que en la primera jornada, mereció llevarse al menos un punto. Ahora los de Milla descansarán hasta el jueves, cuando tendrán que vérselas con Venezuela a las 18:45 y con la primera plaza del grupo B en juego, un puesto que da derecho a enfrentarse con un tercero (de los grupos A, C o D) en octavos de final.

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sábado, 26 de septiembre de 2009

Partido 1: España - Tahití

8-0

Ya sabíamos que del encuentro ante Tahití no íbamos a poder sacar demasiadas conclusiones válidas, y tras ver el partido sólo cabe reafirmarse en tal idea. La diferencia entre los dos conjuntos hizo que el choque transcurriera con un ritmo más propio de un amistoso de pretemporada que de un partido de una Copa del Mundo, y España apenas tuvo que pisar el acelerador para superar a su débil rival. En realidad ayer el partido realmente importante no lo disputó España, porque cuando los nuestros saltaron al césped artificial del estadio Al Salem la noticia ya se había producido. En el primer partido del grupo Nigeria se habia visto sorprendida por la debutante Venezuela, que se impuso por 0-1. La vinotinto empieza a acariciar con la clasificación a octavos y de paso complica ligeramente el panorama del grupo, sobre todo para los africanos. Aunque el triunfo sudamericano no hacía peligrar nuestras opciones, sí que prohibía tropezar, y quizá por ello Milla prefirió no correr riesgos y apostó de inicio por su once de gala, como por otra parte se esperaba. El objetivo evidente era que el equipo se fuera acoplando y empezar con un partido cómodo siempre ayuda a calmar nervios y otorgar confianza a un equipo llamado a hacer grandes cosas en este torneo. Así, Sergio Asenjo ocupó la portería, completamente recuperado de unas molestias estomacales sufridas el día anterior. Por delante del palentino la defensa formó con Azpilicueta y Cote en las bandas y la pareja de centrales Fontàs-Botía. Marcos Gullón se situó como pivote supuestamente defensivo (supuestamente porque la actividad ofensiva tahitiana fue casi inexistente), con Fran Mérida y Parejo ocupando la posición de interiores. Aunque la idea era dibujar un 4-3-3, las características de este trío de centrocampistas y la inoperancia del rival hizo que durante muchas fases del partido viéramos algo más parecido al 4-1-4-1, con mucha movilidad de los hombres ofensivos. Jordi Alba por banda izquierda, Aarón Ñíguez por derecha y Nsue como punta de lanza completaron un once que empezó pronto a marcar la distancia futbolística que le separa del cuadro oceánico. Aunque, curiosamente, tras unos minutos de tanteo el primer acercamiento peligroso correspondió a Tahití, con una falta lateral en el minuto 9 en la que Asenjo midió mal su salida y el central Ludivion estuvo a punto de cabecear a la red. Pero la acción espoleó a una España que respondió contundentemente en la siguiente jugada, en una buena internada de Jordi Alba por la izquierda que culminó con un centro al corazón del área, por donde apareció Mérida completamente desmarcado. Su remate se topó con el meta tahitiano pero el rechace le cayó a Aarón que no perdonó, subiendo el primer tanto al electrónico. El céltico repitió apenas cinco minutos después, cuando aprovechó el error de la defensa rival tras un saque largo de Asenjo para plantarse ante Hauata y batirle con un disparo cruzado. Y el vendaval continuó tras el saque de centro: España recuperó la bola, Aarón recogió un buen pase de Marcos Gullón y cedió a Nsue, que fusiló desde dentro del área. En apenas diecisiete minutos el duelo estaba finiquitado y el equipo de Milla se dedicó a dejar correr el tiempo y buscar diagonales y balones a la espalda de los defensores polinesios, aprovechando que la zaga tahitiana, muy adelantada y más lenta que nuestros atacantes, se prestaba a ello. En el minuto 23 Nsue vio cómo le anulaban un gol por falta previa a un defensor, pero se resarció pasada la media hora cuando culminó la enésima internada de Aarón por la derecha. Después de su doblete, el mallorquín volvió a dar motivos a sus detractores al fallar dos claras ocasiones, sobre todo la primera, delante del portero. Poco más a destacar antes del descanso, sólo un disparo de Jordi Alba que se marchó fuera y una tarjeta amarilla a Aarón por desplazar el balón, una tontería que ojalá no tenga que lamentar en posteriores (y mucho más importantes) encuentros.

De momento seguro que tuvo tiempo para recapacitar sobre la acción, porque Milla decidió dejar a la estrella de la primera parte en el vestuario (por unas molestias en el tobillo) y dar la alternativa al zaragocista Ander Herrera. Cuesta decir si lo hizo bien, porque si ya en la primera parte el ritmo había sido bastante lento, en la reanudación bajó todavía un poco más. Tahití se replegó ligeramente y los minutos fueron pasando despacio, entre lentas circulaciones de balón de la zaga española y algún intento de acercamiento sin demasiado énfasis. Pese a estar jugando al tran-tran, España hiló algunas jugadas de calidad, como la que acabó con un disparo cruzado de Mérida o la que Nsue estrelló en el travesaño, todo en el primer cuarto de hora. El quinto gol se hacía de rogar y por momentos pareció que no llegaría, tal era la calma con la que discurría el partido. Pero faltando un cuarto de hora Fran Mérida lo intentó desde lejos, el guardameta tahitiano decidió colaborar con la causa y el balón entró casi por el centro de la portería. Entonces, como ocurriera en la primera parte, los demás goles llegaron en cascada. Kike, que había sustituido a Nsue, anotó los dos siguientes, el primero tras una gran jugada por banda de Azpilicueta y el segundo al culminar una buena acción individual, y ya cerca del noventa Ander Herrera redondeó la goleada al recoger un nuevo balón en largo a la espalda de los centrales y deshacerse de la desesperada salida del meta polinesio. Ocho tantos en un simulacro de partido que nos dejan un cómodo colchón de goles para resolver hipotéticos empates a puntos y de los que, como decíamos al comienzo, pocas conclusiones más podemos extraer. Para eso hace falta ver al equipo ante un rival más potente, y afortunadamente no tendremos que esperar mucho: el lunes a las 4 de la tarde nos espera una Nigeria herida que seguro que nos pondrá en más apuros que esta noble selección de Tahití, que mucho deberá mejorar si no quiere marcharse de Egipto con el dudoso honor de haber sido el peor equipo presente en un Mundial juvenil.

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martes, 22 de septiembre de 2009

Egipto 2009: La lista de Milla

Faltan sólo tres días para que España arranque ante Tahití (viernes, 21:30 horas, Eurosport) su participación en este Mundial sub'20 y es buen momento para conocer un poco más a los 21 chavales que desde este viernes buscarán reeditar el éxito cosechado por la selección de Iñaki Sáez en Nigeria hace diez años. A estas alturas quien más quien menos ya sabe que finalmente Bojan Krkic no podrá estar en tierras egipcias por la lesión muscular que arrastra desde el primer partido de liga, pero no se ha hablado demasiado del resto de jugadores que sí han viajado al país del Nilo (salvo para comparar maliciosamente el caso del ariete blaugrana con el de otros futbolistas cuya situación nada tiene que ver con la del chaval de Linyola). Pero dejemos las polémicas para los medios que viven de ellas y centrémonos en la lista de Luis Milla:


PORTEROS

1.- SERGIO ASENJO Andrés (28/06/1989, Atlético de Madrid) - El guardameta palentino ha sido utilizado como arma arrojadiza en la polémica que ha rodeado a la convocatoria de Milla para este Mundial. Su fichaje este verano por el Atlético de Madrid le ha hecho cobrar un mayor protagonismo mediático y la desafortunada elección de fechas para el campeonato (y las ganas de sembrar polémica de ciertos medios) han hecho el resto. En lo estrictamente futbolístico, la meta española estará bien cubierta gracias a sus extraordinarias condiciones y a la experiencia que atesora pese a su corta edad. De sobra conocido por todos los aficionados, a priori debería ser uno de los puntales del equipo y uno de los mejores porteros del torneo. Con las selecciones inferiores jugó el Europeo sub'17 de 2006, se proclamó campeón de Europa sub'19 en 2007, campeonato en el que tuvo una destacada actuación en semifinales, y disputó el Europeo sub'21 de este verano, siendo uno de los pocos jugadores españoles que rindió al nivel esperado.

13.- Tomás MEJÍAS Osorio (30/01/1989, Real Madrid) - Actualmente a caballo entre el Castilla y el Real Madrid C, Mejías destaca sobre todo por su imponente planta (1'95 de altura). El año pasado disputó algunos partidos con el filial y este verano realizó la pretemporada con el primer equipo blanco. El único representante del Real Madrid en la lista de convocados es uno de los hombres de confianza de Milla, ya que fue el portero titular en los últimos Juegos Mediterráneos celebrados entre junio y julio en Pescara, y en los que España se alzó con la medalla de oro.

21.- Diego MARIÑO Villar (09/05/1990, Villarreal C.F.) - En su club vive una situación similar a la de Mejías, ya que juega en el Villarreal C aunque hasta esta temporada era habitual verle en los entrenamientos del filial del "Submarino Amarillo". Habitual en las categorías inferiores de la selección, el vigués estuvo en el Mundial sub'17 de Corea 2007 y en el Europeo sub'19 celebrado este verano en Ucrania, aunque en ambos torneos se mantuvo a la sombra del esta vez ausente De Gea y sólo jugó en el último partido del europeo.


DEFENSAS

2.- César AZPILICUETA Tanco (28/08/1989, C. Atlético Osasuna) - Capitán de esta generación, Azpilicueta debutó en Primera con 17 años y ya ha disputado casi setenta partidos en la máxima categoría, siendo otro de los rostros conocidos de esta selección. Juega por la banda derecha, habitualmente en el lateral aunque también puede hacerlo más adelantado (de hecho su posición originaria era la de centrocampista), y aporta potencia, equilibrio y todos esos intangibles que debe ofrecer un capitán. Además se incorpora con peligro y suele poner buenos centros. Con las selecciones inferiores ha sido campeón de Europa sub'19 en 2007 y disputó también el Europeo sub'17 de 2006.

3.- Jose Ángel Valdés Díaz, "COTE" (05/09/1989, Sporting de Gijón) - Lateral zurdo de gran proyección, irrumpió con fuerza en la primera plantilla sportinguista el año pasado, adelantando a otra promesa como Canella (al que ahora muchos expertos colocan por detrás de Cote en la carrera por ser el lateral izquierdo del futuro). Rápido, potente y con buen disparo, ésta debería ser la temporada de su confirmación, aunque la permanencia contra todo pronóstico de Canella en el club asturiano seguramente se traducirá en un reparto de minutos entre ambas perlas de Mareo (salvo que, como ocurrió en el tramo decisivo de la pasada temporada, Preciado opte por alguien más experimentado). Medalla de oro en los Juegos Mediterráneos de este verano, ya ha debutado con la sub'21.

4.- Álvaro DOMÍNGUEZ Soto (15/05/1989, Atlético de Madrid) - Otro de los protagonistas indirectos de la polémica ausencia de Bojan, ya que ante la plaga de lesiones que asola a la zaga rojiblanca (y también a la mala planificación deportiva, todo hay que decirlo), el club colchonero intentó sin éxito que la RFEF liberara al jugador por unas molestias en el pubis. Domínguez debutó el año pasado con el primer equipo atlético en el centro de la defensa, aunque también puede desenvolverse en el lateral izquierdo. Sólo disputó cinco partidos entre Liga, Copa y Champions y este verano estuvo a punto de salir cedido, pero sus actuaciones en pretemporada convencieron a Abel.

5.- Alberto Tomás BOTÍA Rabasco (27/01/1989, Sporting de Gijón) - El central murciano se encuentra cedido en el Sporting por el F.C. Barcelona, y se trata de un defensa muy del gusto de Pep Guardiola: es fuerte, polivalente, maneja bien la pelota y suele ser el líder de la zaga. En franca progresión, la cesión al cuadro gijonés debe servirle para coger experiencia y pulir los detalles que aún debe mejorar en su juego. Debutó en partido oficial con el primer equipo blaugrana en la última jornada de la pasada temporada, aunque ya había aparecido en alguna convocatoria hace un par de años, y esta pretemporada disfrutó de bastantes minutos. Otro campeón de los Juegos Mediterráneos.

14.- Víctor LAGUARDIA Cisneros (05/11/1989, Real Zaragoza) - Fichado el año pasado como central para el filial blanquillo, sus buenas actuaciones convencieron a Marcelino, que lo subió a la primera plantilla y este año le ha dado la titularidad en el lateral derecho. Rápido y fuerte, es difícil de superar y aunque no se incorpora con demasiada frecuencia sí suele hacerlo con inteligencia, escogiendo bien su momento. Finalmente el Zaragoza no fichó a otro lateral en la pretemporada por lo que cuenta con muchas posibilidades de asentarse en el equipo, y de hecho hasta el momento no ha desentonado en Primera. También estuvo a las órdenes de Milla en Pescara.

15.- DÍDAC Vilà Rosselló (09/06/1989, RCD Espanyol) - La última joya de la inagotable cantera perica, este lateral izquierdo empezó a entrenar el pasado año con el primer equipo aunque se mantuvo jugando en el filial. Este año ha empezado la temporada de la misma manera, alternando el primer equipo con el filial, pero se espera que a no tardar acabe adueñándose del carril del 3 del equipo de Pochettino. Condiciones tiene para ello: es rápido, contundente en defensa y se incorpora con facilidad al ataque. Estuvo en los Juegos Mediterráneos, aunque jugó más minutos como centrocampista que como lateral, y quizá por esa polivalencia siga contando con la confianza de Milla.


CENTROCAMPISTAS

6.- MARCOS Gullón Ferrera (20/02/1989, Villarreal C.F.) - Completo centrocampista que milita en el Villarreal B, de cuyo ascenso a Segunda fue protagonista y en el que se mantiene como fijo en la división de plata. Suele jugar de mediocentro defensivo pero también tiene criterio a la hora de distribuir la pelota, apenas comete errores y es de esperar que no tarde mucho en dar el salto al primer equipo. Habitual en las selecciones inferiores, ya ha debutado en la sub'21 y tampoco faltó en los Juegos Mediterráneos.

7.- AARÓN ÑÍGUEZ Esclapez (26/04/1989, R.C. Celta de Vigo) - Uno de los principales talentos de la selección, Aarón se desenvuelve preferentemente en la zona izquierda del ataque, aunque también puede ocupar la posición de mediapunta. Formado en la cantera del Valencia, ha destacado siempre en las categorías inferiores de la selección (Europeos sub'17 de 2006 y sub'19 de 2007, Juegos Mediterráneos) pero no ha logrado todavía asentarse en el fútbol profesional. Tras debutar con el primer equipo ché, la temporada 2007/2008 la pasó cedido en el Xerez y en el Iraklis griego, para recalar al año siguiente en el Glasgow Rangers, también a préstamo. Sólo en Grecia tuvo algo de protagonismo y este verano continúa su peregrinar por tierras viguesas, donde esperamos que saque a relucir todo su potencial, que es mucho.

8.- ANDER HERRERA Agüera (14/08/1989, Real Zaragoza) - Fino mediapunta de gran calidad, sin duda la perla de la cantera maña. Ya destacó en el torneo alevín de Brunete y desde entonces no ha frenado su progresión. Debutó el año pasado en el primer equipo zaragocista y se consolidó rápidamente, llamando la atención de varios clubes. Quien más insistió fue el Athletic de Bilbao, pero el ascenso a la máxima categoría, la confianza de Marcelino y su amor al club (y un contrato profesional) le hicieron quedarse, y en dos partidos en Primera ya ha dejado alguna pincelada de su clase. Oro en los Juegos Mediterráneos, conforma con Parejo y Fran Mérida una tripleta de lujo para la zona de creación. Veremos cómo soluciona Milla esta sobredosis de talento.

10.- Daniel PAREJO Muñoz (16/04/1989, Getafe C.F.) - Quizá sea el último gran jugador surgido de la cantera blanca, demasiado grisácea en sus tiempos recientes. Parejo también es de sobra conocido por el gran público, que empezó a oir hablar de él cuando una pillería suya nos dio el título europeo sub'19 en 2007. De calidad indudable, al "protegido" de Di Stéfano se le achaca su escasa presencia física y su irregularidad, defectos que veremos si corrige a las órdenes de Míchel en el Getafe. Aunque ni en el QPR ni en el Real Madrid pudo dar la verdadera medida de sus posibilidades, de momento ha empezado bien la temporada con el conjunto azulón y ha tenido una destacada actuación en los partidos con la sub'21.

11.- JORDI ALBA Ramos (21/03/1989, Valencia C.F.) - Un auténtico puñal por la banda izquierda, de físico aparentemente frágil pero con una velocidad endiablada y mucha técnica individual. Llegó a la ciudad del Turia tras ser descartado por el Barça en una decisión que el tiempo ha demostrado errónea para los intereses culés pero muy afortunada para los seguidores valencianistas, que ven como en su cantera siguen brotando los extremos zurdos con una frecuencia pasmosa. El año pasado estuvo cedido en el Nástic y este año Emery lo ha hecho debutar en Primera y también en Europa, partidos en los que ha mostrado su calidad y desparpajo. Va para estrella pero necesita disfrutar de minutos al máximo nivel y no lo va a tener fácil con Mata y Silva por delante.

12.- Andreu FONTÀS Prat (14/11/1989, F.C. Barcelona) - Mediocentro defensivo que también puede ocupar el centro de la zaga, Fontàs lo tiene todo para ser el próximo jugador que dé el salto al primer equipo blaugrana. Es rápido en el corte, tiene mucho criterio a la hora de sacar la pelota y muestra una inteligencia y madurez impropias de su edad. Llegó a la cantera del Barça hace sólo dos temporadas procedente del Girona y rápidamente ha ido quemando etapas hasta llegar a debutar con la primera plantilla en la pretemporada, después de proclamarse campeón de los Juegos Mediterráneos con España.

16.- Oriol ROMEU Vidal (24/09/1991, F.C. Barcelona) - El benjamín del grupo, fue campeón de Europa sub'17 en 2008 y su presencia en este equipo ya nos da una idea del nivel de este mediocentro que acaba de subir al filial azulgrana. El penúltimo producto de la fábrica de cincos de la Massía, de corte defensivo, este año debería foguearse en Segunda B y esperar alguna oportunidad de Guardiola. En la selección en principio será suplente pero seguro que disputa minutos de calidad.

17.- FRAN MÉRIDA Pérez (04/03/1990, Arsenal F.C.) - Esperamos mucho de este imaginativo centrocampista barcelonés que un día se decidió a seguir los pasos de Cesc Fábregas y se enroló en la escuela londinense de Arsène Wenger. Puede actuar tanto de mediapunta como de interior u organizador, y posee una notable técnica individual y un buen disparo. Fijo en las categorías inferiores de la selección, debe dar un paso adelante en su juego para confirmar las altas expectativas que despertó desde su primer Europeo sub'17 y que últimamente parecen haberse enfriado por sus dificultades para irrumpir en el primer equipo del Arsenal y su discreta actuación en el Europeo sub'19 de este año. Este mundial es una prueba de fuego para juzgar su madurez.


DELANTEROS

9.- KIKE García Martínez (25/11/1989, Real Murcia) - Llamado para suplir a Bojan, el conquense debutó el año pasado con el primer equipo pimentonero y este año parece que tendrá muchos más minutos en Segunda. Jugador todavía por hacer, sorprende su inclusión en la lista por delante de su compañero Dani Aquino, un habitual de las selecciones inferiores y con quien lucha por un puesto en el once murciano, pero parece que el ser más conocido por Milla (estuvo en los Juegos Mediterráneos) le ha hecho ganar la carrera.

18.- Óscar DE MARCOS Arana (14/04/1989, Athletic Club) - Ha sido sin lugar a dudas una de las sensaciones de la pretemporada, con buenos partidos en las eliminatorias previas de la Europa League y mostrando un gran desparpajo en la ida de la Supercopa ante el Barça, encuentro en el que marcó el gol de los bilbaínos. Segundo delantero muy hábil y con buena punta de velocidad, aunque no es esa su arma más destacada, su aparición mediada la temporada pasada fue una de las pocas alegrías para un Alavés que acabó descendiendo a Segunda B. El Athletic aprovechó la oportunidad y se hizo con esta joya a la que Caparrós seguro que sabe pulir.

19.- Iago FALQUÉ Silva (27/03/1990, A.S. Bari) - Última novedad en la selección, acudirá al Mundial por la lesión en el hombro que sufrió Joselu la pasada semana. Su caso es similar al de su compañero de generación Fran Mérida, ya que también emigró desde la Massía aunque en este caso rumbo a la Juve en el verano de 2008. Juega preferentemente por la banda izquierda aunque también puede actuar a banda cambiada o por detrás del delantero. El vigués se caracteriza por una exquisita técnica, gran disparo y una a veces desesperante capacidad para borrarse de los partidos. Tras pasarse la temporada pasada en el equipo primavera de la Juventus, a finales de este verano se acordó su cesión al Bari, club con el que todavía no ha debutado. Al igual que Mérida, se espera que Iago empiece pronto a despuntar si no quiere quedarse por debajo de las expectativas que generaba. De momento se ha encontrado con esta oportunidad inesperada que esperemos sepa aprovechar.

20.- Emilio NSUE López (30/09/1989, Real Sociedad) - Otro clásico de las selecciones inferiores, su presencia siempre genera debate entre los seguidores de la cantera hispana. Se trata de un nueve clásico, fuerte y peleón, no exento de calidad y cuyo constante trabajo de desgaste y desmarque facilita la labor de sus compañeros de ataque, pero hasta ahora ha mostrado muy poca efectividad de cara al gol. Criado en la cantera del Mallorca, el año pasado estuvo cedido en el Castellón y esta temporada ha fichado por la Real Sociedad, también a préstamo. Con las bajas de Bojan y Joselu sus opciones de jugar ganan mucho enteros y de su acierto ante el marco rival dependerán buena parte de las posibilidades españolas de hacer algo importante.


Estos son los 21 jugadores que intentarán volver a colocar a nuestras selecciones inferiores en la cima del mundo. A bote pronto se echa en falta algún especialista de banda derecha (aunque hay varios futbolistas que pueden ocupar esa demarcación, como De Marcos, Falqué, Jordi Alba o el propio Azpilicueta); además, habrá que ver cómo gestiona Milla la presencia de tres jugadores que suelen ocupar zonas similares del campo como Herrera, Parejo y Fran Mérida, y sobre todo nos queda la duda de quién tomará la responsabilidad anotadora tras las bajas de Bojan y Joselu. Las dos últimas cuestiones son de vital importancia ya que indudablemente estas ausencias merman el potencial del equipo y hacen necesario que alguien tome el papel de líder del ataque español, por lo que la aportación de los centrocampistas ofensivos se antoja fundamental. Es el momento de dar un paso adelante y mostrar personalidad, de asumir los galones que se le presuponen a una futura estrella y de aprovechar el campeonato para dar un golpe sobre la mesa y demostrar quién quiere ser algo más que una eterna promesa. El mundo les está esperando.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Egipto 2009: El Nilo busca nuevo Faraón

El próximo día 24 arrancará en la histórica ciudad egipcia de Alejandría la decimoséptima edición del Campeonato Mundial Juvenil con el partido que enfrentará a la selección anfitriona con Trinidad y Tobago. Un partido a priori de poco brillo y que en cierta manera viene a confirmar que éste será un torneo cuanto menos extraño. Una vez más la FIFA ha vuelto a hacer gala de su escasa cintura programando un Mundial sub'20 en pleno arranque de la temporada europea y generando una polémica que no favorece en nada al deporte que supuestamente deberían cuidar. Por si hay algún despistado, recordamos que el problema surge porque en el calendario internacional acordado en su día por la FIFA y los representantes de los clubes no figuran las competiciones internacionales de base, por lo que en principio los equipos no estarían obligados a ceder a sus jugadores para estos eventos (algo que sí ocurre con las selecciones absolutas). El año pasado ya hubo más que palabras por la disputa de los Juegos Olímpicos de Pekín cuando Schalke 04, Werder Bremen y Barcelona reclamaron sus derechos ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), que acabó dando la razón a los clubes. Aunque finalmente los jugadores implicados (Rafinha, Diego Ribas y Leo Messi) acabaron disputando el torneo olímpico con sus selecciones, el caso puso de manifiesto la necesidad de abordar de una vez por todas el problema del calendario y sirvió como precedente para que este año, ante la celebración de este Mundial sub'20 y dado que no se ha avanzado en el asunto, los clubes se sientan aún más legitimados para impedir que sus jóvenes estrellas viajen a las tierras del Nilo. Ante esta situación, cada federación nacional se enfrenta a una difícil decisión, ya que se ve obligada a elegir entre enfrentarse a los equipos convocando a sus mejores futbolistas menores de 20 años o intentar apaciguar los ánimos de quienes pagan a los jugadores convocando una selección casi de consenso y con menos potencial. Aquí encontramos ejemplos para todos los gustos, desde la clásica posición de la Federación Inglesa de no convocar a ningún jugador que pertenezca a la primera plantilla de su club hasta la tomada por la RFEF, que ha optado por llevar a la mejor selección posible a riesgo de verse inmersa en una agria polémica que ya está dando sus primeros coletazos. Mientras tanto, lejos de intentar calmar las aguas, la FIFA amenaza con la decisión unilateral de obligar a los clubes a ceder a todos sus jugadores a sus respectivas selecciones, y entre tanto muchos futbolistas (que no dejan de ser chavales de menos de veinte años) siguen sin saber dónde y con quién jugarán esas cuatro semanas.

Pero el affaire de los convocados sólo es uno más de los muchos aspectos que están enturbiando un campeonato que amenaza con ser todavía más movido que el celebrado en Emiratos Árabes en 2003, que también se disputó en plena temporada. La raíz del problema está en la designación de la sede, Egipto, cuyas características climáticas condicionan y mucho la elección de las fechas para la disputa del campeonato. Pese a que las sedes (El Cairo, Ismailía, Suez, Alejandría y Port Said) están situadas en la zona norte del país, con un clima más mediterráneo que el abrasador sur, las temperaturas en los meses de verano, sin ser excesivamente altas, sí desaconsejan la celebración de un torneo de estas características, con muchos partidos concentrados en pocos días. Así que si el campeonato no puede celebrarse en verano porque el clima no es propicio y durante la temporada los clubes no están obligados a ceder a sus jugadores (lo que sin duda va a deslucir el torneo), la pregunta es obvia: ¿por qué celebrar un Mundial sub'20 en Egipto? La respuesta correcta sólo la podría ofrecer Joseph Blatter, pero seguramente la adornaría con justificaciones cuasi-poéticas sobre la necesidad de universalizar el fútbol o darles la oportunidad de crecer y demostrar que también pueden organizar eventos de este tipo a países que suelen estar alejados de los grandes escenarios del balompié mundial.

La realidad, más prosaica, nos hablaría de juegos de poder, favores debidos y cuestiones monetarias. Así entenderemos también otra de las polémicas de este Mundial, que no ha levantado tanto revuelo mediático pero que también tiene su miga y que además afecta directamente a la selección española. Una de las funciones de los mundiales juveniles, tanto masculinos como femeninos, es servir como banco de pruebas para la FIFA de nuevas medidas supuestamente encaminadas a mejorar el fútbol, y en esta ocasión se va a experimentar con un nuevo tipo de césped sintético que teóricamente mejora las prestaciones de anteriores superficies artificiales. Un césped que sólo se va a instalar en el Estadio Al-Salem de El Cairo (en la imagen), escenario en el que España disputará los partidos de la primera fase. Dejando a un lado esta circunstancia, no habría nada nuevo ni extraño (ya en el Mundial sub'17 de Finlandia 2003 se probó por primera vez el césped artificial en un torneo FIFA) de no ser por los recelos que genera el hecho de que el máximo organismo rector del fútbol mundial sólo homologue a unos pocos fabricantes con los que tiene acuerdos de exclusividad, y que serán los encargados de instalar estos campos por todo el planeta. Mucho dinero en juego y como casi siempre, muy poca información y menos transparencia.

Más allá de las ausencias que puedan producirse de jugadores de primer nivel, en lo estrictamente deportivo el torneo viene marcado por la no clasificación del actual campeón y principal dominador de la categoría en los últimos años (5 títulos de los últimos 7), Argentina, que cayó sorprendentemente en el Sudamericano sub'20 disputado en febrero. Además, otros clásicos como Francia, Japón o México tampoco lograron sacar su billete a Egipto: nuestros vecinos no estuvieron en el Europeo sub'19 de 2008 al ser derrotados por Italia en la Ronda Élite, los nipones cayeron ante su archienemigo Corea del Sur en el Campeonato Asiático y los mexicanos no fueron capaces de vencer a Costa Rica y Trinidad y Tobago en su grupo del sub'20 de la CONCACAF. Sin la albiceleste, muchas dinastías aspiran a ocupar el trono que ha quedado vacante: Brasil, España, Uruguay, Nigeria, Ghana y Alemania, más el típico tapado que llegue en buena forma a Egipto, deberían a priori luchar por la victoria. Pero obviamente no estarán solos, y otros muchos acuden a Egipto para ser testigos de excepción (en principio) de su coronación. Para selecciones como Venezuela, Sudáfrica o Emiratos Árabes el premio ya es estar en tierras egipcias, pero sin duda lucharán para alargar su estancia a los pies de las pirámides. Dentro de esta alegre camarilla formada por equipos debutantes, países que regresan tras largos años de ausencia y selecciones que nunca han pasado de ser meras comparsas destaca por encima de todos el caso de Tahití, primera selección de la Oceanía insular en clasificarse para una competición de fútbol FIFA. Dirigidos por el ex-guardameta francés Lionel Charbonnier (campeón del Mundo en 1998), los tahitianos hundieron a una Nueva Zelanda que tampoco es capaz de reinar en Oceanía pese a haberse librado de la tiranía de Australia, y lograron una histórica clasificación que servirá al menos para poner la nota exótica al torneo, y quien sabe si para causar algún disgusto (por nuestro bien esperemos que no, ya que han caído en el grupo de España y contra ellos debutaremos el día 25). En el plano individual, jugadores como Parejo (teórico líder del equipo español tras la lesión de Bojan), el brasileño Giuliano, el alemán Sukuta-Pasu (en la imagen), el uruguayo Nicolás Lodeiro, el nigeriano Rabiu Ibrahim o el ghanés Ransford Osei intentarán dar lo mejor de sí mismos para ser consagrados como los faraones de esta nueva era. En una tierra tan cargada de historia, mitos y leyendas, seguramente la Esfinge, con su egregia figura, imperturbable al paso de los siglos (salvo por aquel desgraciado incidente con las tropas napoleónicas, que probablemente haya tenido algo que ver en la temprana eliminación francesa) ya sepa quién es el elegido. Dentro de nueve días, nosotros, simples mortales que osamos perturbar su eterno descanso con nuestros balompédicos dilemas, empezaremos a salir de dudas.

sábado, 12 de septiembre de 2009

Juan Santisteban, forjador de campeones

Si las selecciones inferiores españolas son lo que son y consiguen los éxitos que consiguen es, evidentemente, gracias a la calidad de sus jóvenes jugadores. Pero del mismo modo es evidente que quienes los escogen y dirigen tienen también mucha parte de culpa. En este punto es de justicia reconocer la inmensa labor que realizan los miles de entrenadores que se pasan las tardes en humildes campos de tierra sin más aspiraciones que hacer que unos críos se entretengan y disfruten con el fútbol, en la mayoría de las ocasiones hasta poniendo dinero de sus bolsillos para ello. Obviamente hay otros técnicos que tienen la fortuna (seguramente merecida) de pertenecer a la órbita de grandes clubes, y que son los encargados no ya de enseñar y entretener, sino también de pulir a las verdaderas joyas del mañana, aquellos chavales tocados por la varita del talento que están llamados a nutrir las plantillas profesionales del futuro y que son descubiertos tras un concienzudo y metódico trabajo de búsqueda por esos modestos campos de entrenamiento. Y volviendo al comienzo, en lo más alto de esta pirámide estarían los encargados de buscar lo mejor de entre lo mejor, quienes eligen a los más capacitados para representar a nuestro país en cada categoría y los dirigen al éxito. Y es aquí donde surge imponente la figura del mejor entrenador de fútbol base del continente (así fue reconocido por la UEFA), Juan Santisteban, alguien que, pese a ocupar esa cima del escalafón, alberga en su interior a uno de esos entrenadores de barrio que se dejan la piel por tratar de llevar por el buen camino a unos chavales de 15 años. Porque sus innumerables éxitos probablemente no serían tantos sin ese espíritu educador y paternalista que caracteriza a este sevillano, veterano de mil batallas y que ha conocido en su dilatada carrera todas las caras del complejo prisma que es el fútbol.


Su labor nunca se verá lo suficientemente recompensada públicamente, y por eso desde este humilde blog habíamos pensado en elaborar un pequeño repaso a su trayectoria a modo de homenaje. Pero recopilando información para tal fin, y después de encontrar frases lapidarias como que casi nunca recibe llamadas de ex-pupilos para pedirle consejo porque "Cuando un jugador de fútbol se transforma en futbolista profesional casi siempre desarrolla un ego que no se lo permite. Si me cruzo con alguno puede ser, pero llamarme exclusivamente para eso, casi nunca", apareció esta joya, publicada por Luis Nieto en el diario As del 3 de junio de 2008, unos días antes de que España se alzara por fin con su primer gran título internacional en categoría absoluta en 44 años y de que, paralelamente (y con mucho menos ruido mediático, seguro que como él prefería), Santisteban pusiese fin a veinte años de impecable trabajo para la Real Federación Española de Fútbol. A continuación nos tomamos la licencia de enlazar el citado reportaje, en el que él mismo detalla algunos pasajes de su vida que nos sirven para entender un poco más la grandeza del personaje y, sobre todo, de la persona:

De compañero de Di Stéfano y Puskas a instructor de Bojan. Ha sido larguísima la estancia de Juan Santisteban Troyano (Sevilla, 1936) en el fútbol, tanto como para ganarse la Medalla al Mérito Deportivo en su versión de plata. El 30 de junio, camino de los 72 años, acaba su contrato como técnico de categorías inferiores y es probable que no renueve. Si es así, tendrá el final perfecto. Acabará como campeón de Europa Sub-17, tras un manteo de admiración y reconocimiento por parte de su último alumnado.
Santisteban perdió a sus padres a los seis años y hasta los dieciséis estuvo en el durísimo Colegio de Huérfanos de la Guardia Civil. "La disciplina era terrible y se pasaba mucha hambre en aquella España de finales de los cuarenta. Aquellos ochocientos chavales nunca supimos a qué sabía la carne. Teníamos que conformarnos con un trocito de pollo el día del Pilar". El fútbol en los dos patios de aquel internado de la calle Serrano era un buen consuelo. Partidos entrecruzados entre docenas de chavales que se las apañaban para distinguir al compañero, al adversario y al ajeno durante el largo invierno. Porque el verano era otra cosa. Santisteban lo pasaba en Sevilla y allí jugaba partidos con los juveniles del Betis (antes probó en el Sevilla). "Hasta que un día, cuando tenía 16 años, vino el Madrid juvenil a jugar contra el colegio. Debí hacerlo realmente bien, porque Moleiro, el técnico, recomendó mi fichaje". Un cuento de Dickens en un colegio del Madrid de 1952.
(...)
(Luis Nieto, diario As)
Como veis, poco más que añadir. Sólo que veintitantos días después de la publicación de esta entrevista, la realidad nos mostró que tarde o temprano se recogen los frutos de un trabajo tan espectacular como el suyo. Y seguro que mientras salía por última vez de la Ciudad del Fútbol de la RFEF, en su cabeza se agolpaban muchos momentos vividos con quienes esos mismos días eran recibidos como héroes por toda España. Nuestros campeones. Sus chicos. De todo corazón, gracias.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Punto y seguido

Titulé la anterior entrada "Punto y aparte, punto final" porque, como quedó explicado en el último párrafo, el Europeo sub'17 de Turquía 2008 marcó un antes y un después en las categorías inferiores de la selección, supuso el fin de una etapa y por tanto marcó indirectamente el inicio de una nueva era. Por esas ironías de la vida, el 30 de junio del año pasado, mientras España entera celebraba el triunfo en la Eurocopa, finalizaban los contratos de varios de los responsables (directos e indirectos) de aquel éxito: Luis Aragonés, José Armando Ufarte, Iñaki Sáez y Juan Santisteban cerraban su ciclo en la Federación y daban paso a un nuevo equipo de trabajo formado, como es lógico, por gente de confianza del actual Director Deportivo Fernando Hierro. El único representante de la "vieja guardia" que permaneció en la RFEF tras aquella fecha fue Ginés Meléndez, en su doble condición de seleccionador juvenil y director de la Escuela Nacional de Entrenadores, y bajo su batuta la selección sub'19 logró la clasificación para el inminente Mundial sub'20 de Egipto tras acabar en una decepcionante quinta posición en el Europeo celebrado en julio de 2008 en la República Checa.

Podríamos hablar de lo acertado o no del cambio en la estructura deportiva, que ha pasado a estar en manos de jóvenes ex-futbolistas con una buena preparación teórica aunque sin experiencia en los banquillos o en el trato con promesas del fútbol, pero sinceramente creo que todavía es pronto para hacer una valoración justa. Es cierto que hasta ahora los resultados cosechados por las distintas selecciones no han sido ni mucho menos los esperados (a la citada quinta plaza en el sub'19 de 2008, hay que añadir las decepciones acumuladas este año en los torneos sub'17, sub'19 y sub'21, en los que tampoco conseguimos superar la fase de grupos), y que en ocasiones ni siquiera el juego y las sensaciones que nos han dejado los combinados han sido buenos, pero todavía faltan por disputarse los dos Mundiales juveniles y seguro que una buena actuación en cualquiera de ellos nos hará ver las cosas de otro color. Además hay que reconocer que el nivel alcanzado por algunas de las últimas generaciones era difícil de igualar, y que incluso en la prolífica etapa que hemos repasado a lo largo de los últimos meses ha habido años flojos, como el 2005. En cualquier caso, como digo, el tiempo pondrá las cosas en su sitio y no dudo que, de ser necesario, se tomarán las medidas adecuadas para devolver a nuestro fútbol base al primerísimo nivel europeo.

Pero volviendo al comienzo, ese título también quería simbolizar otro cambio, cambio que en este caso afecta al propio blog. Allá por el mes de abril, coincidiendo con el décimo aniversario del Mundial sub'20 de Nigeria, comencé esta bonita empresa de recopilar los principales éxitos de las selecciones inferiores en la última década con dos objetivos: dejar constancia en un único sitio de todos esos triunfos y atuaciones brillantes de nuestros jóvenes jugadores, y de paso dibujar el camino recorrido por algunos de ellos hasta la culminación de todos esos esfuerzos y desvelos durante aquel mágico mes de junio en Austria. Hemos hablado de prácticamente todos los integrantes de esa selección campeona de Europa, de algunos que se han ido incorporando después y de otros que ya están llamando a la puerta o que lo harán en los próximos años, amén de otros muchos que se nos han ido quedando por el camino. A pesar de no prestar demasiada atención al número de visitas (el contador lleva instalado desde mediados de junio y sinceramente dudo de su fiabilidad), y a que el esfuerzo en publicitar el blog no ha sido muy destacado, estoy más que satisfecho por cómo ha transcurrido esta aventura, ya que creo haber cumplido esos objetivos con los que comencé y además he recibido buenos comentarios, algunos fieles, otros puntuales y otros con los que ni soñaba, y que siempre animan a seguir adelante. Pero ha llegado el momento de parar, simplemente porque no queda mucho más que contar. He hablado sobre el pasado para entender el presente, pero el futuro se está escribiendo ahora y el blog debe tomar un nuevo rumbo.

Por eso esta entrada se titula "Punto y seguido", porque el blog sigue, pero de otra manera. Hay varias ideas, como recordar otros campeonatos más lejanos en el tiempo, analizar en vivo los que se vayan disputando, hacer algún merecido homenaje o quizá hasta animarme a buscar entrevistas con personas relacionadas con el mundo de la cantera. En cualquier caso son labores arduas y que requieren un tiempo de dedicación exclusiva que cada día me cuesta más conseguir (afortunadamente para mi economía, todo hay que decirlo). Así que a partir de este momento las entradas puede que se ralenticen un poco, aunque intentaré seguir un ritmo que mantenga con vida el blog, porque esto no es un adiós, ni un hasta pronto, simplemente es eso, un punto y seguido. Porque el balón tampoco deja nunca de rodar, y nos encanta.

sábado, 5 de septiembre de 2009

2008, Europeo sub'17: Punto y aparte, punto final

El exitoso año 2007 supuso la gran traca final a una larga y brillantísima etapa de nuestras selecciones inferiores a nivel de resultados pero también en cuanto al desarrollo de un estilo y una forma de trabajar con los chavales que acabó por dar sus frutos en la Eurocopa de Austria y Suiza en junio de 2008. Pero para eso todavía faltaban unos meses y si bien nada se podía reprochar a la cantera de la Roja, la siempre controvertida trayectoria de la selección absoluta (que por aquel entonces seguía envuelta en un maremágnum de dudas y polémicas y no tenía nada clara su participación en el torneo continental del año siguiente) propició un cambio en la organización deportiva de la RFEF. Ángel María Villar decidió nombrar a Fernando Hierro como nuevo Director Deportivo, otorgándole plenos poderes sobre la estructura técnica de la Federación, y el malagueño no tardó demasiado en tomar sus primeras decisiones. Tras confirmar en su cargo al seleccionador absoluto, Luis Aragonés, al menos hasta la celebración de la Eurocopa, Hierro comenzó la tarea de renovar el resto del staff técnico federativo. No se trató de un cambio brusco, pero tampoco fue todo lo correcto que cabría esperar. Al igual que con la absoluta, dejó que los anteriores técnicos disputaran la temporada 2007-2008 mientras terminaba de perfilar los nombres de sus sucesores, intentando no trastocar ese exitoso método implantado durante años por los Santisteban, Sáez o Ufarte pero sin dejar claro, al menos de puertas hacia fuera, si contaría con alguno de ellos para el futuro. El caso es que mientras en la prensa se barajaban distintas opciones para unos cargos que oficialmente todavía no se sabía si quedarían vacantes (aunque salvo Ginés Meléndez todos acababan contrato en junio de 2008 y parecía obvio pensar que su etapa estaba a punto de concluir), en los terrenos de juego este excelente grupo de profesionales continuaban trabajando para clasificar a nuestras selecciones para sus respectivos campeonatos europeos. Y todos, incluído Luis Aragonés, lo consiguieron.
Como casi siempre serían los sub'17 los encargados de abrir fuego con la disputa en mayo del Europeo de la categoría, celebrado en esta ocasión en tierras turcas y al que se llegó tras una agónica clasificación en Rumanía en la que sólo una victoria por la mínima ante Italia en el último partido nos dio el billete para la fase final. El sorteo nos colocó en un grupo con Irlanda, Francia y Suiza, por lo que el objetivo debía ser alcanzar al menos las semifinales. Con las ausencias por lesión de varios fijos en anteriores convocatorias como Rubén Molero, Dani Pacheco o Marc Muniesa, el debut ante Suiza estuvo marcado por los nervios que atenazaron al equipo de Santisteban en los primeros minutos, y de los que sólo escaparon los barcelonistas Thiago Alcántara y Adriá Carmona y el atlético Keko, quienes poco a poco fueron arrastrando a sus compañeros hasta alcanzar el nivel de juego esperado, aunque los goles no llegaron hasta la segunda mitad. El valencianista Sergi se convirtió en el hombre del partido y aprovechó a la perfección la sanción de Rubén Rochina para reivindicarse con dos goles en apenas diez minutos que sirvieron para derribar la muralla helvética y dar todavía más confianza a un equipo que empezaba a apuntar muy buenas maneras.
Se esperaba que el partido contra Francia sirviera para calibrar las aspiraciones de nuestra selección y desde luego el choque no defraudó. Ante un rival, como casi siempre, físicamente más fuerte, España tiró de orgullo para igualar un encuentro en el que llegó a verse tres veces por detrás en el marcador. Empezó mandando Francia y fruto de su dominio llegó el primer tanto de la tarde, obra del goleador galo Yannis Tafer. España reaccionó bien y equilibró el juego gracias a la labor de la pareja de mediocentros formada por Óscar Sielva y Álvaro López y sobre todo a la presencia de Thiago Alcántara, decisivo en los metros finales. De sus botas nació casi todo el peligro hispano y suyo fue el centro que su compañero Rochina remató a la media hora para establecer la primera igualada. El partido se fue al descanso con ese marcador pero Francia sólo necesitó tres minutos para volver a adelantarse, gracias a un bonito gol de libre directo de Clement Grenier. La respuesta española no se hizo esperar y casi en la jugada siguiente el central Pulido remató a la red un córner botado por Thiago, pero en medio de la locura goleadora desatada sobre el césped de Antalya Francia volvió a cobrar ventaja en el electrónico tres minutos después, con otro gran gol de William Remy. Esta vez a los nuestros les costó un poco más rehacerse pero a base de coraje volvieron a encerrar a los galos y a falta de un cuarto de hora Thiago hizo el definitivo 3-3 con un gran lanzamiento de falta. Este resultado dejaba a ambas selecciones con un pie y medio en semifinales y quizá por eso el ritmo bajó en los últimos minutos, como si los dos equipos quisieran dejar para más adelante la resolución de su electrizante duelo.
El interés del tercer partido ante la ya eliminada Irlanda se centraba en ver cuántos goles habría que meter para acabar primeros de grupo y evitar así en semifinales a una selección anfitriona que había mostrado un gran nivel en su grupo y que se presentaba como la gran favorita al título, con permiso de Francia y España. Santisteban introdujo algunos cambios en el once y entre esas variaciones y las ganas irlandesas de despedirse con una alegría el partido se complicó casi desde el inicio. Las primeras ocasiones fueron para Irlanda y aunque pronto España se adueñó del balón, en el minuto quince Hourihane adelantó a los suyos al culminar una buena jugada de ataque. España sólo llevó peligro en alguna acción aislada y se llegó al final de los primeros cuarenta minutos con ese sorprendente resultado, pero la charla en los vestuarios y la entrada de Rubén Rochina hicieron que el partido no tardara en volver por sus cauces normales. A los cinco minutos el nueve azulgrana remató a placer una preciosa jugada de Keko, y diez minutos después culminó la remontada con un buen gol de falta directa. Los irlandeses bajaron los brazos después de que Hourihane estrellara un cabezazo en el larguero, y Keko redondeó su gran actuación marcando un golazo en otra gran jugada individual, con el que de paso España se aseguraba la primera plaza.
En todos los campeonatos suele haber un partido raro, tonto o como le queramos llamar, un partido en el que no sale casi nada y de cuya resolución suele depender el futuro del equipo en el torneo. En esta ocasión ese partido fue la semifinal ante Holanda, y aunque con apuros, afortunadamente se pudo solventar con un buen resultado que nos colocó a las puertas de repetir título. Los tulipanes salieron mejor posicionados sobre el campo y pòco a poco se fueron adueñando del partido gracias a la inquietante presencia del poderoso ariete Castillion y a las incursiones por banda del eléctrico Cabral. Fruto de ese dominio llegó el gol, ya cerca del descanso, de Rodney Sneijder, que cabeceó perfectamente el enésimo centro de Cabral. Con Thiago perdido en el centro del campo España estaba cortocircuitada y sólo Rochina generaba algo de peligro, aunque pecando de individualista en algunos momentos. Pero el intermedio volvió a ser un punto de inflexión para los nuestros, que en la segunda parte salieron dispuestos a darlo todo y encerraron a Holanda en su área hasta que Pulido aprovechó un acrobático centro de Thiago tras un córner para subir el empate a uno. El gol sirvió para tranquilizar a una España que pasó a dominar el partido aunque sin pisar a fondo el acelerador. Mientras, la entrada de Van la Parra suponía un nuevo quebradero de cabeza para la defensa hispana, que logró mantenerse firme ante las acometidas de un rival muy peligroso a la contra. En los últimos minutos España volvió a volcarse sobre el área rival pero ni Rochina ni Keko acertaron a batir al meta holandés y la prórroga se tornó inevitable. En el tiempo extra el cansancio acumulado durante toda la semana pasó factura a ambos equipos y el choque se rompió, con España intentando controlar el balón y Holanda fiándolo todo a alguna carrera de sus veloces extremos. Era el momento de alguna genialidad, y fue a llegar de alguien con el que no contábamos. Al comienzo del segundo periodo de la prórroga, un balón suelto cayó en las proximidades del lateral espanyolista Ángel Martínez, quien no dudó en golpear con toda el alma aquel esférico que salió imparable hacia la escuadra holandesa. Un auténtico golazo que colocaba a España en la final, aunque todavía hubo tiempo para las últimas llegadas de Holanda, especialmente una de Van la Parra que Pulido salvó de manera increíble en la misma línea de gol. Con mucho sufrimiento España volvía a meterse en la final de un Europeo sub'17, donde tendría la oportunidad de retomar el duelo con Francia que había quedado en tablas en la primera fase.
Pero quien esperara una continuación en el punto de máxima igualdad en el que había quedado aquel encuentro estaba muy equivocado, porque desde el primer minuto se vio un equipo infinitamente superior al otro, bien plantado en el campo, con las ideas claras y la calidad de sobra para manejar el partido a su antojo. Ese equipo no era otro que España, que a base de toque en el centro del campo (espléndido el partido de Álvaro, Sielva y Thiago Alcántara) y el desborde de un Keko imperial no dejó que Francia pudiera atisbar la más mínima opción de victoria. Con este panorama las ocasiones iban cayendo de manera continuada para el lado español pero ni Keko ni Sergi acertaron a batir al meta galo en sus primeras oportunidades, hasta que a la media hora de incontestable acoso español llegó por fin el tanto que desatascó el choque. En una jugada casi de fútbol sala, Thiago Alcántara penetró por la parte derecha, tiró una pared perfecta con Sergi y pasó tranquilamente el balón al hombre que entraba solo en el segundo palo, Keko, que no tuvo más que empujar a la red para poner la guinda a aquella estupenda triangulación a un toque. El gol fue una simple muestra del gran juego desplegado por España hasta ese momento, pero sólo un anticipo de lo que todavía estaba por venir en la segunda parte. A los cinco minutos de la reanudación Keko metió un buen pase entre líneas para la carrera de Sergi, que avanzó con el balón y sorprendió al portero francés con un buen disparo cruzado que se coló rozando el poste. Desde ese momento se desató el vendaval. Francia apenas era capaz de dar tres pases seguidos y España empezó a gustarse todavía más. Thiago siguió dejando destellos de su calidad y Keko continuaba siendo un quebradero de cabeza para los laterales franceses. En medio del festival, Sielva se animó con una rápida incursión en territorio enemigo que acabó en un claro derribo dentro del área. Thiago Alcántara lanzó con maestría la pena máxima y subió el tercero al marcador cuando todavía faltaban veinte minutos para el final. Y la fiesta fue completa cuando Keko volvió locos a dos defensores en el costado derecho y se sacó un centro que el bético Gavilán convirtió de espléndido cabezazo en el cuarto de la tarde. No había capacidad de respuesta en el bando francés y el quinto gol estuvo rondando la meta gala hasta el final del partido, pero la falta de acierto en el remate y una pizca de egoísmo en algunas acciones impidieron completar la manita. No importaba, el título estaba asegurado y el colofón ideal no era otro gol, sino el sentido y sincero manteo al que los jugadores sometieron al maestro Juan Santisteban nada más finalizar el encuentro. Para las selecciones inferiores aquel torneo marcaba un punto y aparte en la manera de hacer las cosas, para Santisteban suponía el punto final a su dilatada carrera. Y su despedida no podía ser mejor, con un nuevo triunfo y con el partido más perfecto que había vivido, según sus propias palabras, en sus muchos años en el fútbol juvenil.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

2007, Mundial sub'17 (y IV): Sobre fútbol e hipótesis

0-0
(0-3)

Decíamos en la anterior entrada que con la expulsión de Bojan en las semifinales se esfumaban muchas de las opciones de España de alzarse por fin con un Mundial sub'17, y hoy conviene rectificar en parte tal afirmación. Porque si el fútbol nos apasiona tanto es en buena medida por su interminable capacidad para romper teorías, estadísticas e hipótesis varias, lo que hace poco recomendable afirmar categóricamente algo como que con Bojan el resultado hubiera sido distinto. Y hay que rectificar también porque no hacerlo sería desmerecer el esfuerzo de un equipo que hizo todo lo necesario para ganar sin él, y que si no logró alzar ese título maldito que no quiere lucir en las vitrinas de la Federación no fue por la ausencia de su principal artillero, sino por un cúmulo de detalles que tendemos a englobar en eso que llamamos fortuna y que aquel 9 de septiembre no quiso sonreir a la imberbe tropa de Santisteban. Pero a pesar de todo es inevitable pensar que con el barcelonista sobre el césped de Seúl al menos el partido hubiera sido diferente. Sin duda. De entrada su ausencia trastocó el habitual dibujo del técnico sevillano, que apostó por un 4-2-3-1 en el que Fran Mérida retrasaba su posición para acompañar a Camacho en el doble pivote, en detrimento del habitual Ximo, con la clara intención de dominar el juego desde atrás para superar al potente centro del campo africano y surtir de balones a una línea formada por Iago Falqué, Isma López y Lucas Porcar en constante intercambio de posiciones, y dejando a Dani Aquino como única referencia en punta. Ya que no se podía contar con la genialidad de Bojan, capaz de cambiar el rumbo de un partido en una acción aislada, el objetivo era tener más el balón y aprovechar las llegadas desde segunda línea, quitarse complejos y tratar de tú a tú a una selección nigeriana que se presentaba como favorita y que tenía una de sus mejores armas en la conexión entre el cerebro Ibrahim Rabiu y el delantero Macauley Chrisantus, máximo goleador del torneo con 7 tantos. El planteamiento surtió efecto y en ningún momento España dio sensación de sentirse vencida de antemano, como preveían muchos analistas que sin duda no contaban con la extraordinaria labor de mentalización de Santisteban. El partido era tenso y ambos equipos buscaban la portería contraria, respondiendo a cada llegada del rival con otra tanto o más peligrosa, primero con disparos lejanos y después con sendos remates desde dentro del área que bien pudieron haber inaugurado el marcador, pero el extremo Rafeal mandó fuera la mejor oportunidad nigeriana y luego el balón de Sergio Rodríguez se topó con un defensor cuando ya casi rozaba la invisible frontera del gol.

La segunda parte arrancó con una ocasión española en la que Aquino estuvo a punto de cazar un envenenado servicio de Isma López, y quizá esa acción sirvió par definir los papeles de este segundo periodo ya que España se hizo con los mandos del partido y Nigeria se limitó a contener los ataques hispanos y buscar alguna acción aislada que le pusiera en ventaja. España tocaba bien pero se echaba en falta algo más de chispa en ataque, una pizca de decisión a la hora de buscar la puerta rival, lo que se traducía en pocas llegadas al área de un rival acomodado que daba la sensación de estar dominando la final aunque el balón estuviera en los pies de los españoles. Bajo ese estéril dominio hispano, ambos equipos establecieron el mismo diálogo del primer tiempo y respondían a los acercamientos del contrario con otro de similar peligro, en este caso bien solventados por los dos guardametas, aunque en honor a la verdad apenas hubo intercambio de golpes hasta casi el descuento. Llegados a ese punto el choque enloqueció y en apenas tres minutos vimos más ocasiones que en los cuarenta y cinco anteriores. Primero Aquino lanzó una volea que Ajiboye detuvo con apuros, luego De Gea se lució a disparo de Sheriff Isa, y finalmente Ajiboye estuvo a punto de tragarse un lejanísimo centro de Fran Mérida, aunque el colegiado nipón le echó una mano y anuló la acción por una supuesta falta de un delantero español cuando empezábamos a discutir sobre si el portero nigeriano había acabado con el balón dentro de su meta.

Se llegaba así a una prórroga en la que España acusó el esfuerzo acumulado en los partidos de cuartos y semifinales, disputados también sobre 120 minutos, pero en la que Nigeria no demostró estar mucho más fresca y se mostró algo escasa de ambición ante un rival sin ideas y físicamente fundido. Pero no fue precisamente ambición lo que le faltó al capitán africano, Kingsley Udoh, cuando justo antes del final de la primera parte del tiempo extra lanzó un impresionante disparo desde su propio campo que se estrelló en el larguero de un desconcertado De Gea. Pero el partido se había desarrollado a base de jugadas casi simétricas y al borde del pitido final fue Iago Falqué quien se topó con el travesaño en un bonito disparo que buscaba la escuadra. Era la hora de los penaltis, y aquí concluyó esa fórmula de réplica y contrarréplica que había marcado el encuentro, porque Nigeria alcanzó la gloria por la vía rápida, en sólo tres turnos de lanzamiento. Mientras que De Gea no pudo atajar ninguno de los tres tiros africanos, Illarra lanzó fuera el primer penalti español y luego Fran Mérida y Falqué se encontraron con las manos de un Ajiboye que luego confesaría ser novato en estas lides pero que se comportó como un auténtico experto, adivinando las intenciones de los lanzadores hispanos y convirtiéndose en el héroe de una selección que lograba así su tercer entorchado de la categoría, igualando a Brasil en el número de títulos y dejando a España con la triste estadística de tres finales disputadas y ninguna victoria. Pero si el fútbol nos apasiona tanto es en buena medida por su interminable capacidad para romper teorías, hipótesis y estadísticas varias, y tarde o temprano este esquivo título acabará llegando. En 1999 se logró en Nigeria el Mundial sub'20. Diez años después, se celebra allí el Mundial sub'17. Sería una bonita manera de cerrar el círculo.


Ficha del partido:
Final del Campeonato del Mundo sub'17 de 2007, disputada en el World Cup Stadium (Seúl). 36125 espectadores
ESPAÑA 0 (0): De Gea (GK); Nacho (-67, Alex), Sergio Rodríguez, Rochela, Morgado (-106, Illarra); Camacho (C), Fran Mérida, Iago Falqué, Lucas Porcar (-80, David González), Isma López; Dani Aquino
NIGERIA 0 (3): Ajiboye (GK); Mustapha Ibrahim, Udoh (C), Joshua, Edile; Osanga (-72, Akinsola), Alfa (-95, Abdulkarim), Rabiu Ibrahim, Rafeal (-46, Isa); Osen, Chrisantus
Goles:
Tanda de Penaltis: 0-1 Edile (NIG, gol), 0-1 Illarra (ESP, falla); 0-2 Joshua (NIG, gol), 0-2 Fran Mérida (ESP, para Ajiboye); 0-3 Oseni (NIG, gol), 0-3 Iago Falqué (ESP, para Ajiboye)
Árbitro: Yuichi Nishimura (JPN)
Tarjetas: Rafeal (NIG, min. 43), Lucas Porcar (ESP, min. 61), Abdulkarim (NIG, min. 118), Fran Mérida (ESP, min. 120)

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Tarde o temprano este título acabará llegando, aunque no sea de la mano del hombre que más ha luchado para conseguirlo, Juan Santisteban. El sevillano perdió las tres finales disputadas (1991, 2003 y 2007) y su etapa en las categorías inferiores de la selección acabó en 2008, por lo que no será él quién dirija al equipo que logre acabar con la maldición. En Corea fue fiel a su estilo de toque y presentó un equipo compacto y con mucha técnica que fue un más que digno finalista. De Gea confirmó en la cita mundialista lo apuntado en el Europeo y brilló en todas sus intervenciones, dando seguridad a una defensa en la que Rochela destacó por encima del resto. El deportivista fue el líder de una zaga en la que hubo muchas variaciones por diferentes motivos y de la que podríamos destacar también al lateral alavesista Morgado por su trabajo defensivo. En el centro del campo Camacho demostró mucho oficio y estar preparado ya para dar el salto al fútbol profesional. Ximo Forner estuvo algo desdibujado y acabó perdiendo su puesto en el once, pero dejó muestras de su potencial, como Lucas Porcar, que tampoco llegó en su mejor momento. De entre los hombres de banda destacó sobre todo Isma López, muy incisivo en sus acciones y más regular que Iago Falqué, aunque la clase del barcelonista era innegable y cuando aparecía siempre daba sensación de peligro, al igual que Fran Mérida, que demostró saber desenvolverse igual de bien en la mediapunta que en el mediocentro, aunque ahí se notara un poco más su escasa disciplina defensiva. Jordi Pablo funcionó bien como revulsivo hasta su lesión en cuartos de final, mientras que Dani Aquino cumplió siempre, peleando cada balón y apareciendo en momentos importantes con sus goles. Pero por encima de todos brilló Bojan Krkic, que demostró estar un peldaño por encima del resto y justificó la decisión de su club de incorporarle a la primera plantilla. Rápido, hábil y siempre más listo que los rivales, Bojan fue la estrella del torneo, capaz de aparecer de la nada para resolver un partido, y si sólo se llevó el Balón de Bronce fue sin duda por su ausencia en la final. Y de haber estado quizás la historia hubiera sido distinta... O no. Por eso nos gusta el fútbol, ¿no?.