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martes, 13 de octubre de 2009

1997, Mundial sub'17: Érase una vez en Egipto

Mientras el Mundial sub'20, ya sin España, entra en su fase decisiva, y a sólo un par de semanas del arranque del Mundial sub'17 en Nigeria, última oportunidad para nuestras selecciones y sus responsables de enderezar el nefasto año que se acerca a su fin, este parece un buen momento para evocar un campeonato que, cosas de la vida, nos sirve para enlazar ambos torneos. Porque si al menos hasta este año la selección española guardaba un grato recuerdo de la tierra de los Faraones era en buena medida gracias al Mundial sub'17 de 1997, que nos dejó muchos detalles para la historia de nuestras categorías inferiores. Con este campeonato iniciamos además el repaso a otros torneos disputados anteriormente al Mundial sub'20 de Nigeria y que por tanto no habían tenido cabida en entradas precedentes, enfocadas a dibujar el camino seguido por nuestro fútbol base desde aquel éxito hasta la consecución de la pasada Eurocopa. Ya adelanto, poniéndome la venda antes que la herida, que no será fácil obtener tantos detalles de esos torneos como de los más recientes, y que también por eso la periodicidad de este tipo de entradas será más espaciada en el tiempo, pero espero poder dar una imagen lo más amplia posible de aquellas citas que ya pocos recuerdan.

Pongámonos en situación. Es el 2 de septiembre de 1997. Mientras medio mundo llora la muerte de Diana de Gales y Joao Havelange apura sus días al frente de la FIFA, la selección española sub'17 que dirige Juan Santisteban llega a Ismailia dispuesta a todo. Lo hace como campeona de Europa de la categoría tras haber derrotado en la final a Austria en la tanda de penaltis y con una notable actuación del benjamín del equipo, el guardameta Iker Casillas, pero la diferente normativa de edad hace que el cuadro español no sea el mismo que se proclamó campeón en Austria (hay hasta 6 jugadores nuevos por ese motivo). Aunque de puertas hacia afuera para el técnico sevillano el objetivo es resarcirse en Egipto de la mala imagen dejada en el anterior Mundial de la categoría (Ecuador 1995, donde no se superó la fase de grupos), sin duda también quiere lograr un título que ya acarició en Italia 1991, cuando Ghana nos superó por 1-0 en la final. El equipo seleccionado definitivamente por Santisteban es este:

Núm. - Nombre - Nacimiento -Posición - Club
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1.- Iker CASILLAS Fernández - 20/05/1981 - AR - Real Madrid C.F.
2.- SERGIO SANTAMARÍA González - 16/07/1980 - DL - F.C. Barcelona
3.- Zuhaitz GURRUTXAGA Loiola - 23/11/1980 - DF - Real Sociedad
4.- ANDER Aranzeta Lucena - 27/08/1980 - DF - Real Sociedad
5.- Juan José CAMACHO Barnola - 02/08/1980 - MC - Real Zaragoza
6.- Miguel Ángel García CORONA - 12/02/1981 - MC - Real Madrid C.F.
7.- IVÁN LÓPEZ Aguado - 03/12/1980 - DL - Valencia C.F.
8.- Fco. David SOUSA Franquelo - 03/02/1980 - MC - Real Madrid C.F.
9.- Manuel Guillén Martínez "NELO" - 20/02/1981 - MC -Valencia C.F.
10.- DAVID Rodríguez-Fraile Huete - 24/10/1980 - DL - Real Madrid C.F.
11.- Miguel MATEOS Rego - 17/10/1980 - MC - Real Madrid C.F.
12.- Juan BLAS Muriel - 10/09/1980 - DF - U.E. Lleida
13.- DANI ROIZ Múgica - 24/06/1980 - AR - Racing de Santander
14.- IVÁN SÁNCHEZ Zurita - 07/08/1980 - DF - Real Zaragoza
15.- IVÁN ROYO Lahuerta - 05/08/1980 - DL - Real Zaragoza
16.- CÉSAR González NAVAS - 14/02/1980 - DF - Real Madrid C.F.
17.- XAVI Hernández Creus - 25/01/1980 - MC - F.C. Barcelona
18.- Francisco GALLARDO León - 13/01/1980 - MC - Sevilla F.C.

Seguro que ya habréis reconocido a más de uno, ¿verdad?. Aparte de los Iker Casillas o Xavi Hernández, los únicos de este grupo que terminarían ganando el Mundial sub'20 de un par de años más tarde, hay otro puñado de jugadores que han acabado haciendo carrera en el complicado mundo del fútbol, algunos con más fortuna que otros, eso sí. Tras salir de la cantera madridista, David Sousa, César Navas o Corona han sido habituales en varias plantillas de Primera División durante los últimos años (Navas incluso se ha ganado un buen contrato en el actual campeón de la económicamente potente liga rusa, el Rubin Kazan); Paco Gallardo vivió sus mejores momentos en el Sevilla de Joaquín Caparrós, aquel conjunto aguerrido y descarado que precedió al equipo campeón que hoy todavía disfrutan en Nervión; y Sergio Santamaría tuvo un efímero paso por el primer equipo blaugrana en la era Van Gaal antes de perderse para siempre en un rosario de cesiones y oportunidades malgastadas. El resto no llegó a despuntar al más alto nivel e incluso alguno se vio obligado a retirarse prematuramente, también con distinta fortuna. Pero habrá tiempo para esas otras historias.

De momento volvamos al torneo en sí. Junto a selecciones clásicas como Brasil, Argentina, Ghana o Alemania nos encontramos países como Omán o Tailandia, a los que hoy sorprende ver pero que por aquel entonces eran habituales en estas citas. En la fase de grupos España debe enfrentarse a las selecciones de México, Mali y Nueva Zelanda. Santisteban apuesta por un sistema hoy prácticamente descatalogado de todos los manuales tácticos, un 3-5-2 formado habitualmente por Casillas en portería, César Navas como hombre libre, Blas y Ander como marcadores, Sousa e Iván Sánchez como carrileros, Camacho y Corona en el centro de la cancha, Xavi de enganche y arriba una dupla formada por Sergio Santamaría y David Rodríguez-Fraile (en la imagen), una pareja que está a punto de escribir una de las páginas más asombrosas de la historia de nuestras selecciones inferiores. El debut ante México parece quedar visto para sentencia en la primera parte, pues al descanso se llega con clara ventaja hispana en el juego y en el marcador gracias a los goles de David y Miguel Mateos, mediocentro creativo que fue de la partida en este primer choque. Pero en la segunda parte dos goles aztecas en un aciago minuto premian el mayor atrevimiento mexicano; afortunadamente, David, el jugador más destacado del encuentro, fuerza y transforma un penalti a cinco minutos del final para darnos los tres primeros puntos. Contra Mali está en juego el pase a cuartos de final (recordemos que hasta 2007 el Mundial sub'17 lo disputan sólo 16 equipos), y es nuevamente David el encargado de sacarnos las castañas del fuego en los últimos instantes, al aprovechar un gran pase de Xavi. Los africanos, entre los que se encuentran ya Seydou Keita y Mahamadou Diarra, dominan completamente el partido gracias a su superioridad física pero se van de vacío ante una España más ordenada y con mayor calidad individual. El partido contra Nueva Zelanda, que ya ha sido ampliamente goleada por mexicanos y malíes, se presta para dar minutos a los menos habituales, y eso hace Santisteban. Lo que nadie espera aquel 11 de septiembre es que estos chavales logren la que todavía hoy es la mayor goleada en la historia de los campeonatos mundiales juveniles. Cuatro nuevos tantos de David, dos goles de Iván Sánchez, dos más de Mateos y uno por barba para Sergio, Iván Royo, Ander, Corona e Iván López completan el sonrojante resultado de 13-0 que coloca a España a la cabeza en las apuestas para el título.

Pero el camino no va a ser fácil, y se inicia nada menos que ante el anfitrión, Egipto. Una auténtica prueba de fuego para nuestros chavales que sin embargo saben manejarse a la perfección en un ambiente hostil y dominan el encuentro casi por completo, con una figura emergiendo destacada sobre el resto: Sergio Santamaría (en la imagen). El malagueño ya había mostrado su calidad en la primera fase pero la explosión goleadora de David le había restado protagonismo; sin embargo, en las eliminatorias su juego va a ir a más y acabará siendo nuestro jugador más desequilibrante. Él abre el marcador ante los egipcios poco antes de la media hora, aunque los anfitriones reaccionan rápido y empatan en menos de cinco minutos. Pero España sigue mandando y ya en la segunda parte Juanjo Camacho consigue deshacer la igualada, marcando un gol que vale unas semifinales. Allí espera Ghana, una selección temible que busca revalidar el título conseguido dos años antes. Técnica y sobre todo físicamente superiores, los africanos encierran a una España que sobrevive agarrada a las intervenciones milagrosas de Casillas. En una jugada de estrategia Sousa marca y nos hace creer en lo imposible, pero en la segunda parte Ghana nos devuelve a la realidad con dos goles y otro amplio abanico de oportunidades que sirven para dejar a los africanos en la final y para que Casillas sea nombrado mejor jugador del partido. España cae con la cabeza alta ante su bestia negra, pero todavía le queda por disputar un encuentro por el tercer puesto en el que está en juego la hegemonía europea. La Alemania que comandan dos Sebastian, Khel y Deisler, ha sido derrotada contundentemente por la Brasil de un tal Ronaldinho y busca la revancha del Europeo, del que fue apeada en semifinales por los de Santisteban; pero España vuelve a demostrar que es la mejor selección del continente y se alza con la victoria por 2-1, gracias a los goles del capitán Ander y de Sousa, que transforma el penalti de la victoria a falta de cinco minutos para el final.

Tercera plaza final en un campeonato que viaja por primera vez a Brasil, ya que la canarinha derrota a Ghana por 2-1 vengándose de la final de Ecuador, donde cayeron ante los africanos. Pero España ha causado sensación y copa los premios individuales. Con los 7 tantos logrados en la primera fase, David Rodríguez-Fraile se lleva a casa la Bota de Oro como máximo goleador, mientras que su compañero de ataque Sergio Santamaría es proclamado Mejor Jugador del Campeonato. Además, Iker Casillas es designado mejor portero. A Iker no vamos a descubrirle ahora, pero ¿qué ha sido de esos dos delanteros que tan alto apuntaban? Sergio Santamaría, como comentamos anteriormente, siguió su formación en la Masía, llegando a debutar en el primer equipo a las órdenes de Louis Van Gaal a finales de la temporada 1999-2000. Después iría cedido al Oviedo y al Elche, permanecería algún año en el filial blaugrana (contando con oportunidades esporádicas en el primer equipo) y comenzaría su inexorable declive pasando por Alavés, Albacete, Sant Andreu, C.D. Logroñés, Alzira y Antequera, club por el que ha fichado esta misma temporada. El caso de David Rodríguez-Fraile es algo distinto, también porque toda su vida es algo más atípica. Nacido en Boston en el seno de una familia dedicada al ámbito empresarial y financiero, su carrera como futbolista quedó truncada por las lesiones en la temporada 2000-2001 cuando militaba en el Real Madrid C y, tras no recuperarse al 100%, decidió dar un giro a su vida: regresó a Estados Unidos, estudió un Máster en Administración de Empresas en Harvard y hoy está asentado en Nueva York, donde trabaja en una prestigiosa compañía de inversiones. Otros compañeros también tuvieron problemas con las lesiones que frenaron su progresión: el mejor ejemplo es el de Miguel Mateos, un lucense que en 1997 pertenecía al Real Madrid aunque era culé hasta la médula. Este talentoso centrocampista cumplió su sueño al fichar un año después por el F.C. Barcelona, pero los problemas físicos le impidieron dar el salto al profesionalismo. Tras deambular por varios equipos regresó a su tierra y ha compaginado el fútbol más modesto (Compostela B, Lemos, Foz, Xove Lago) con su trabajo en la empresa encargada del servicio de limpieza de su ciudad natal. Ahora le gustaría dedicarse a entrenar y usar su experiencia para dar a los jóvenes de hoy los consejos que a él nadie le supo dar sobre lo efímero del éxito. Quien seguro que ya lo hace casi a diario es Juanjo Camacho, pues también tiene experiencia (del filial del Zaragoza al del Real Madrid, pasando por Recreativo, el Livingston escocés, Lleida, Vecindario, Huesca e incluso una poco fructífera campaña a las órdenes de Víctor Muñoz en el primer equipo zaragocista) y, sobre todo, alguien cercano a quien transmitírsela: su hermano Ignacio Camacho, mediocentro del Atlético de Madrid y también miembro de una generación que destacó en categoría sub'17. Esperemos que la suya tenga más oportunidades de triunfar que esta del 80 a la que hoy rendimos este merecido homenaje.


miércoles, 20 de mayo de 2009

Sidney 2000: Encuentros en la Primera Fase

0-3

Había pasado casi un año y medio, estábamos en la otra punta del planeta y ni siquiera el calor de Adelaida era comparable al de Lagos, pero por un momento quienes presenciaban el debut de España en los Juegos Olímpicos de Sidney seguramente se sintieron trasladados de nuevo a aquel inolvidable Mundial sub'20. Y no sólo por la inconfundible imagen de Iñaki Sáez y su inseparable gorra dando órdenes desde la banda, sino porque sobre el campo la selección olímpica española estaba repitiendo casi a la perfección el exitoso guión de Nigeria: salida en tromba, un descarado juego ofensivo y un impecable acierto rematador para dejar finiquitado el partido en apenas media hora. Con una leve variación respecto al esquema del Mundial, ya que en ese partido se apostó por un 4-3-1-2 con Aranzubia, Marchena, Iván Amaya, Lacruz y Capdevila en defensa, con Gabri acompañando a Xavi y Albelda en el centro del campo y con Toni Velamazán de enganche con la dupla Tamudo - Jose Mari, el combinado español desplegó todo su repertorio de juego para apabullar a una selección surcoreana que ni siquiera fue mejor en el apartado físico. Tras varias ocasiones de Tamudo, a los diez minutos Velamazán cazó un rechace para colocar el primer tanto en el luminoso gracias a un potente disparo que se coló imparable en la meta asiática. Bajo la batuta de Xavi, con Tamudo incordiando a la defensa y con Jose Mari dejando pinceladas de calidad, el segundo era cuestión de tiempo, y fue el delantero sevillano del Milan quien se encargó de materializarlo a los 25 minutos tras una gran jugada personal. Corea bajó los brazos y Xavi certificó el gol de la tranquilidad antes del descanso, aprovechando una dejada de Tamudo. En la segunda parte España se limitó a dejar correr el tiempo y a los coreanos, e incluso pudo aumentar la cuenta. Ni Park Ji Sung ni Lee Chun Soo, dos de las estrellas de Corea del Sur, pudieron dar réplica al incontestable dominio español que se embolsó los 3 puntos antes de enfrentarse a Chile en la segunda jornada.

Ficha Oficial disponible en FIFA.com
También: Crónica del diario El Mundo (por Alejandro Delmás)



1-3

El segundo partido se presentaba como el duelo que decidiría quién pasaría a cuartos de final como primero de grupo y quién sería segundo, ya que en su partido inaugural Chile había derrotado a Marruecos por 4-1, con hat-trick de Iván Zamorano incluído. Y es que Chile, al contrario que España o la propia Corea del Sur, sí había optado por convocar a 3 jugadores mayores de 23 años para reforzar la portería (Nelson Tapia), la defensa (Pedro Reyes) y sobre todo la delantera, con el citado Zamorano. El ariete, que ya contaba con 33 años y estaba a punto de dar por finalizada su exitosa carrera en Europa, fue sin duda la gran estrella de la competición, ya que acabaría erigiéndose como máximo goleador del torneo Olímpico. Pero no sería él, sino su compañero en la delantera, el talentoso Reinaldo Navia, quien tumbara a los jóvenes españoles en aquel encuentro. El choque, disputado en Melbourne, fue una pesadilla para los nuestros, que vieron como Chile les superaba con bastante comodidad gracias a la rapidez de sus atacantes pero también a los errores de la zaga española. Y eso que durante los primeros minutos España (con la novedad de Angulo por Jose Mari respecto al primer partido) salió dispuesta a repetir el guión que tan bien dominaba, encerrando a los chilenos en su área, pero poco a poco la presión fue disminuyendo y casi en el primer acercamiento sudamericano Rafael Olarra remató a la perfección un medido centro desde la banda. Los de Sáez se vinieron abajo y un poco antes del descanso Zamorano cazó un mal pase de Marchena para escaparse por la línea de fondo, aguantar la tarascada del sevillano y, cuando el balón parecía perdido, rebañar la bola desde el suelo para que Navia sólo tuviera que empujar. Con ese 0-2 se llegó al descanso, y la segunda parte fue un quiero y no puedo de España, que no supo atacar la ordenada defensa chilena. Aún así, Lacruz le puso emoción al partido al remachar un barullo en el área, pero aunque faltaba más de media hora para el final se veía que iba a costar mucho lograr el empate. Y de hecho lo que llegó fue la sentencia, ya que con la selección española volcada en ataque Navia aprovechó un pase de Zamorano para finalizar el contragolpe con un magistral lanzamiento desde fuera del área. Chile conseguía así su clasificación y España empezaba a vislumbrar a Italia en el horizonte de los cuartos, ya que los campeones de Europa sub'21 habían ganado sus dos partidos y se perfilaban como primeros de su grupo a falta del choque ante Nigeria.

Ficha Oficial disponible en FIFA.com
También: Crónica del diario El Mundo (por Alejandro Delmás)


2-0

Llevábamos 5 días de Juegos y a estas alturas ya teníamos los primeros Oros españoles (Isabel Fernández en judo y Joan Llaneras en ciclismo en pista), el primer gran nombre propio (el nadador australiano Ian Thorpe, ganador de tres medallas de Oro) y también una de las imágenes más curiosas de Sidney 2000 (la agónica y solitaria lucha del nadador guineano Eric Moussambani contra la piscina olímpica). Por tener, ya teníamos hasta rival confirmado en cuartos de final, Italia, que había empatado con Nigeria y esperaba ya a España, a la que solo una derrota ante Marruecos (unida a una goleada de Corea a Chile) podría dejar fuera de la lucha por las medallas. Pero la eliminación era una posibilidad muy remota y se empezó a comprobar desde el minuto 1 viendo el inexistente poderío atacante de la selección magrebí, que no pudo contar en todo el torneo con su estrella mayor de 23 años, el ex-deportivista Bassir, lesionado. España dominó el partido con claridad y si no acabó goleando fue en buena medida por los fallos de Jose Mari en el remate y por la excesiva dureza con que se emplearon los africanos en todas las parcelas del campo. Hubo que esperar al minuto 33 para que Jose Mari aprovechara su enésima oportunidad para inaugurar el marcador, y la sentencia no llegó hasta el minuto 90, gracias a un gol de Gabri. Entre medias, tiempo para muchos de los no habituales, como Unai, Ferrón o Puyol, y para que los jugadores marroquíes descargaran su impotencia (3 derrotas, 7 goles en contra y sólo 1 a favor) a base de palos y marrullerías varias.

Ficha Oficial disponible en FIFA.com
También: Crónica del diario El Mundo (por Alejandro Delmás)



La fase de grupos se cerró sin demasiadas sorpresas, ya que la eliminación de la República Checa (subcampeona de Europa sub'21) entraba dentro de lo previsible en un igualado grupo con Camerún y Estados Unidos, aunque lo que finalmente condenó a los checos fue su inesperada derrota ante Kuwait. Brasil (que en aquellos Juegos estaba dirigida por Wanderlei Luxemburgo y que tenía entre sus filas a Ronaldinho, Edu o Lucio) también sufrió un duro revés al perder con la Sudáfrica de Quinton Fortune y Benni McCarthy, aunque supo reponerse y acabó primera de grupo por delante de Japón, que sumaba a sus subcampeones del Mundo sub'20 otros jóvenes talentos como Hidetoshi Nakata o Shunsuke Nakamura. Las medallas estaban a un partido de distancia y sin duda nadie quería dejar pasar la oportunidad de colgarse una en el cuello.


lunes, 4 de mayo de 2009

Todos los nombres llevan a Ronaldinho

Si en la anterior entrada seguimos las trayectorias de varios jugadores que destacaron en Nigeria y que luego se perdieron en el anonimato, en las siguientes recordaremos algunos nombres que sí llegaron al más alto nivel, así como otros jugadores que se han quedado en un nivel intermedio pero que en cualquier caso han tenido cierta repercusión en algún momento de sus carreras, bien por haber pasado por la Liga española, bien por haber pertenecido a grandes clubes o haber destacado en sus respectivas selecciones. Y con un poco de paciencia y algo de imaginación hasta podemos entrelazar sus vidas. Veamos.

Empezaremos por el que seguramente haya alcanzado un nivel más alto en su carrera de todos los futbolistas presentes en Nigeria'99: Ronaldinho. El talentoso jugador del Gremio era un referencia constante para el juego de su selección, y obviamente estaba en la agenda de los grandes clubes europeos. El Paris Saint Germain fue quien se llevó el gato al agua y lo fichó en 2001; luego, tras su buen Mundial 2002 su cotización se disparó y acabó aterrizando en el Barcelona en 2003 como la gran estrella del proyecto de Joan Laporta. El resto es de sobra conocido por todos. Su llegada a Barcelona coincidió con la del defensa más destacado del Campeonato nigeriano, Rafa Márquez, que tras aquel Mundial juvenil había fichado por el Mónaco. Aunque el mexicano acabó finalmente en el club azulgrana, durante varias temporadas se rumoreó el interés del Real Madrid en hacerse con sus servicios. Curiosamente, uno que había sonado para el Barça y que acabó fichando por el Madrid fue Gabi Milito, aunque el argentino no pasó el reconocimiento médico (según la versión oficial) y recaló en el Zaragoza, de donde fue traspasado al Barcelona en 2006. Si los galenos no hubieran paralizado el fichaje, en el cuadro merengue hubiera coincidido con Esteban Cambiasso, que llevaba en el club desde los 15 años, aunque en 1999 se encontraba cedido en River Plate. El "Cuchu" regresó a Madrid en 2002, en pleno apogeo de la era galáctica, pero pudo abandonar la nave antes de que esta se estrellara definitivamente y en 2004 fichó libre por el Inter, donde continúa dando lecciones de mando desde el mediocentro.

En esa misma posición, y de vuelta al Bernabéu, nos encontramos con uno de los múltiples fichajes del Madrid post-galáctico, Mahamadou Diarra, que si bien apenas jugó en Nigeria (tenía 2 años menos que el resto de sus compañeros) sí ha alcanzado cierto renombre en Europa. Diarra pasó por OFI Creta y Vitesse antes de recalar en el Olympique de Lyon en 2002, donde su imponente presencia física llamó la atención del club madridista. Por su parte, al Bayern de Munich lo que le llamó la atención de Roque Santa Cruz (en la foto) fue sin duda su capacidad realizadora, y por eso no dudó en ficharlo nada más acabar el Mundial de Nigeria. Pero en Alemania el paraguayo pasó por un calvario de leisones y nunca pudo demostrar sus dotes de killer, por lo que en 2007 acabó marchándose al Blackburn Rovers inglés, donde por fin tuvo continuidad y consiguió unas notables cifras goleadoras. Sin embargo, las mareantes cifras ofrecidas por el Manchester City podrían hacerle cambiar de aires este verano, y el flirteo no ha sentado nada bien en los Rovers. Tampoco sentó bien en el Arsenal la marcha del lateral Ashley Cole al Chelsea en 2006, vista casi como una traición al club y al todopoderoso Arsene Wenger. Ashley estuvo en Nigeria, sí, pero pasó totalmente desapercibido por el mal papel de su selección, al igual que el "espárrago" Peter Crouch. El potente delantero inglés ha pasado por multitud de equipos de las Islas (Tottenham, QPR, Aston Villa, Norwich City, Portsmouth y Liverpool) y, aunque fue en el club de Anfield donde alcanzó fama internacional, este verano decidió regresar al Portsmouth dado que no era muy del agrado de Rafa Benítez. Pero si alguien sabe bien lo que es no gustar al técnico madrileño ese es sin duda Néstor Fabián Canobbio, la famosa "lámpara" uruguaya que la secretaría técnica del Valencia le regaló a Benítez cuando éste había pedido un sofá. El habilidoso extremo charrúa llegaba de Peñarol con buen cartel, pero no pudo asentarse en la ciudad del Turia y ha acabado a orillas del Pisuerga, previo paso por la ría de Vigo.

Pero Benítez también tiene sus protegidos, y uno de ellos es el lateral brasileño Fabio Aurelio, que no dudó en seguirle a Liverpool pese a la paciencia que tuvieron en Mestalla con sus graves lesiones. El Valencia es sin duda uno de los equipos españoles donde han jugado más mundialistas en Nigeria, ya que habría que citar también al portugués Marco Caneira (que pasó también por Benfica, Reggina y Girondins antes de regresar al Sporting de Portugal) y al portero alemán Timo Hildebrand, sobre cuya presencia en el club muchos aficionados chés preferirían correr un tupido velo (más o menos lo que desearían hacer en Barcelona con Geovanni Deliberson). En descargo del jugador brasileño, hay que decir que su llegada al club blaugrana coincidió con una de las etapas más oscuras de su historia reciente, algo que también afectó al portugués Simao Sabrosa, fichado como el relevo natural de Figo pero que tuvo que volver a su país para demostrar su mejor nivel. Sus buenas actuaciones en el Benfica le valieron el regreso a España, en esta ocasión al Atlético de Madrid, por donde también pasó un compañero suyo en Nigeria, Hugo Leal, y donde ha coincidido con otra de las estrellas de aquel campeonato sub'20, Diego Forlán (en la foto). El charrúa, a pesar de que salió de Nigeria con ofertas interesantes, esperó hasta 2002 para dar el salto de "su" Independiente a nada menos que el Manchester United, pero con los Diablos Rojos sufrió una preocupante sequía goleadora (algunos de sus fallos dieron la vuelta al mundo) y Ferguson le dejó marchar al Villarreal en 2004. Quién le iba a decir al veterano técnico escocés que estaba despidiendo al futuro Bota de Oro del continente, y que le vería regresar a Old Trafford en la Champions League vistiendo la camiseta de aquel equipo español de provincias. Ahora Forlán lucha en el Manzanares contra los elementos para devolver al cuadro colchonero a la élite.

Precisamente la lucha es lo que siempre ha caracterizado a su socio en el ataque uruguayo, Ernesto Chevantón, que tras unas buenas temporadas en Danubio también dio el salto a Europa, en su caso al Lecce italiano (desde luego un club con menos nombre que el primer destino europeo de Forlán). El glamour le llegaría en su estancia en Mónaco, de donde pasó al Sevilla. En España no ha tenido demasiadas oportunidades, algo que también pueden decir jugadores como el mexicano Gerardo Torrado (que pasó también por el Sevilla y Poli Ejido) o el brasileño Matuzalem (Zaragoza), aunque en este último caso fue una grave lesión lo que le impidió mostrar el nivel que le hizo ser objeto de pelea judicial entre Real Zaragoza y Shaktar Donetsk, club en el que explotó como goleador tras haber estado varios años en Italia (Nápoles, Piacenza y Brescia fueron sus equipos). Y precisamente por Zaragoza y Atlético de Madrid ha pasado también Luciano Galletti, centrocampista argentino cuya actual presencia en Olympiacos nos demuestra la teoría expuesta en la anterior entrada sobre que hay equipos que tienen una habilidad especial para hacerse con según que tipo de jugadores.


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