2-1
Arrancó el Mundial sub'17 para España y lo hizo con una trabajada victoria en un partido marcado por la inferioridad numérica hispana durante los 90 minutos y los apagones que se sucedieron durante la segunda parte y que hicieron que el duelo se prolongara más de lo normal. En el encuentro a priori más complicado del grupo, Meléndez salió con Badía en la puerta, Aurtenetxe y Dalmau en los laterales, Muniesa y Sergi Gómez en el centro de la zaga, y Koke de pivote defensivo. Y paro aquí porque ya no nos dio tiempo a comprobar las posiciones del resto de españoles (Sarabia, Edu Ramos, Muniaín, Borja e Isco), ya que desde luego que peor no pudo comenzar el partido. Cumplido el primer minuto, sin apenas tiempo para asentarse sobre el césped, un balón largo sorprendió a la zaga hispana y Sergi Gómez derribó clamorosamente al delantero estadounidense McInerney antes de que éste pudiera entrar en el área. Expulsión justa y un duro golpe que no vendría solo: la falta se botó sin consecuencias pero, apenas un minuto después, un saque de banda originó un centro al corazón del área que el propio McInerney, tras un aparente choque con Edgar Badía, introdujo en la meta hispana ante el asombro general, ya que por un instante la falta al portero pareció clara. Pero la repetición nos demostró que no hubo tal contacto y el gol subió al marcador con todas las de la ley. Meléndez no tardó en recomponer al equipo, dando entrada al defensa Jordi Amat por el punta Isco, y España se dispuso a remar contra la corriente. Tras unos primeros instantes de confusión, pronto nuestros chavales se hicieron con el control del balón y, pese a estar con un jugador menos, empezaron a llegar con peligro al área rival aprovechando su mayor velocidad. Borja avisó en el minuto en el minuto 15 tras una gran jugada de Sarabia por la izquierda y ya no perdonó en el 21, rematando a placer una gran combinación entre Muniaín y el propio Sarabia. Al filo de la media hora, un balón en largo de Badía dio origen al segundo gol español: Borja se deshizo de su par aprovechando bien su cuerpo, controló perfectamente y envió un medido pase al segundo palo por donde apareció Sarabia, que se fue de su defensor con el control y, casi sin ángulo, batió a Edwards con un gran disparo cruzado. La alegría estalló en el banquillo español ante la perfecta demostración de calidad y pundonor que estaban realizando sus compañeros sobre el rectángulo de juego. Aturdida por la furibunda reacción hispana y totalmente sobrepasada por las circunstancias, la selección estadounidense pasó a dominar el balón (que España le regaló gustosa tras el esfuerzo de la remontada) y volvió a acercarse a la meta de Badía con jugadas a balón parado bien solventadas por la defensa española, antes de que el portero del Espanyol se luciera en un mano a mano ante el incisivo McInerney en una jugada que se repitió un minuto después en el área americana, también con victoria del guardameta sobre el delantero. Borja corría detrás de cada sombra y su presión solitaria se bastaba para poner en dificultades a la bisoña zaga estadounidense. Se llegó al descanso con esa ventaja para España y una sensación de superioridad, pese a estar con un jugador menos, que nos llenaba de alegría y orgullo, justo lo que pedíamos en la previa a estos jóvenes proyectos de estrellas.
El técnico colombiano Wilmer Cabrera introdujo dos cambios para tratar de revertir la situación, pero Estados Unidos acusó el principal defecto que suelen tener casi todas sus selecciones: la falta de ese futbolista distinto, que tenga esa capacidad para salirse del guión establecido que diferencia a los buenos jugadores de los excepcionales. En Estados Unidos todos cumplen pero nadie destaca, y ni siquiera encuentran en el bloque la solución a los partidos que se les complican. Ante esa circunstancia, la comparación que surgía cada vez que Edu Ramos, Sarabia, Muniaín o Borja agarraban la pelota era casi insultante. España seguía sin pasar apuros, y ni siquiera el tiempo muerto que provocó el apagón de una de las torretas de iluminación (algó que nos recordó a otro partido complicado de hace diez años) sirvió para que los norteamericanos despejasen sus ideas. Sus acciones de ataque morían siempre en los pies de algún defensor español, más rápido en la lectura de la jugada que los delanteros rivales en la ejecución. España se replegó, como había hecho al final de la primera parte, dejando arriba al recién incorporado Kevin Lacruz (sustituto de un exhausto Borja) con la idea de lanzar a las flechas Sarabia y Muniaín cuando el ariete lograra hacerse con una bola. Apenas un par de minutos después de la entrada del chaval del Zaragoza, Estados Unidos por fin mostró algo de calidad. Luis Gil se desembarazó de la presión de tres defensores españoles con un buen gesto técnico y sirvió un balón en profundidad para la llegada del recién incorporado Chavez, que se plantó solo ante Edgar Badía pero no pudo superar al meta espanyolista, que volvió a demostrar una gran frialdad. Tras esa clara ocasión, nuevos fallos eléctricos dilataron el choque, dando a España un respiro siempre bienvenido cuando se está en inferioridad y se comienza a pasar apuros. Con el juego otra vez en marcha Estados Unidos seguía controlando la posesión pero se veía incapaz de poner a prueba al portero español, y de hecho la ocasión más clara en este tramo del partido fue un remate al poste de Kevin Lacruz a cinco minutos para el 90, que no para el final, puesto que el alargue se fue nada menos que hasta los 14 minutos. Aunque los norteamericanos se volcaron, lo cierto es que apenas generaron ocasiones. Su ya comentada incapacidad para inventar y los nervios propios de quien ve cómo se le escapa un partido que tuvieron en la mano desde el primer minuto bastaron para que España, con una defensa impecable, frenara sin excesivos apuros las acometidas estadounidenses. Así se llegó al final, con el rival derrumbado sobre el césped y los nuestros celebrando por todo lo alto una victoria que sirve para encarrilar la clasificación a octavos y para dar un golpe de autoridad ante los ojos de todo el mundo. Ahora, casi sin tiempo para saborear el triunfo, toca pensar ya en el partido de pasado mañana ante Emiratos Árabes (19:00, Eurosport). Los emiratíes vencieron a Malaui en el otro partido del grupo, por lo que una nueva victoria española prácticamente nos aseguraría la primera plaza del grupo. Si con once jugadores los de Meléndez son capaces de jugar al mismo nivel que con diez, estos chicos pueden hacer algo grande.
TODO sobre el partido en FIFA.com
El técnico colombiano Wilmer Cabrera introdujo dos cambios para tratar de revertir la situación, pero Estados Unidos acusó el principal defecto que suelen tener casi todas sus selecciones: la falta de ese futbolista distinto, que tenga esa capacidad para salirse del guión establecido que diferencia a los buenos jugadores de los excepcionales. En Estados Unidos todos cumplen pero nadie destaca, y ni siquiera encuentran en el bloque la solución a los partidos que se les complican. Ante esa circunstancia, la comparación que surgía cada vez que Edu Ramos, Sarabia, Muniaín o Borja agarraban la pelota era casi insultante. España seguía sin pasar apuros, y ni siquiera el tiempo muerto que provocó el apagón de una de las torretas de iluminación (algó que nos recordó a otro partido complicado de hace diez años) sirvió para que los norteamericanos despejasen sus ideas. Sus acciones de ataque morían siempre en los pies de algún defensor español, más rápido en la lectura de la jugada que los delanteros rivales en la ejecución. España se replegó, como había hecho al final de la primera parte, dejando arriba al recién incorporado Kevin Lacruz (sustituto de un exhausto Borja) con la idea de lanzar a las flechas Sarabia y Muniaín cuando el ariete lograra hacerse con una bola. Apenas un par de minutos después de la entrada del chaval del Zaragoza, Estados Unidos por fin mostró algo de calidad. Luis Gil se desembarazó de la presión de tres defensores españoles con un buen gesto técnico y sirvió un balón en profundidad para la llegada del recién incorporado Chavez, que se plantó solo ante Edgar Badía pero no pudo superar al meta espanyolista, que volvió a demostrar una gran frialdad. Tras esa clara ocasión, nuevos fallos eléctricos dilataron el choque, dando a España un respiro siempre bienvenido cuando se está en inferioridad y se comienza a pasar apuros. Con el juego otra vez en marcha Estados Unidos seguía controlando la posesión pero se veía incapaz de poner a prueba al portero español, y de hecho la ocasión más clara en este tramo del partido fue un remate al poste de Kevin Lacruz a cinco minutos para el 90, que no para el final, puesto que el alargue se fue nada menos que hasta los 14 minutos. Aunque los norteamericanos se volcaron, lo cierto es que apenas generaron ocasiones. Su ya comentada incapacidad para inventar y los nervios propios de quien ve cómo se le escapa un partido que tuvieron en la mano desde el primer minuto bastaron para que España, con una defensa impecable, frenara sin excesivos apuros las acometidas estadounidenses. Así se llegó al final, con el rival derrumbado sobre el césped y los nuestros celebrando por todo lo alto una victoria que sirve para encarrilar la clasificación a octavos y para dar un golpe de autoridad ante los ojos de todo el mundo. Ahora, casi sin tiempo para saborear el triunfo, toca pensar ya en el partido de pasado mañana ante Emiratos Árabes (19:00, Eurosport). Los emiratíes vencieron a Malaui en el otro partido del grupo, por lo que una nueva victoria española prácticamente nos aseguraría la primera plaza del grupo. Si con once jugadores los de Meléndez son capaces de jugar al mismo nivel que con diez, estos chicos pueden hacer algo grande.
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Meritorio como se repuso ayer la selección de un inicio de partido horrible, como remontó y como aguantó el resultado hasta el final. Me encantó el triángulo atacante Borja - Sarabia (qué zurda, madre mía, me recuerda a David Silva)- Muniain (éste llegará a la absoluta, seguro) y el orden defensivo. También meritorio como se repuso Edgar de su error inicial, aguantando en dos mano a mano de los estadounidenses que eran el gol del empate.
ResponderEliminarEsta selección tiene carácter y calidad como para igualar los éxitos de sus predecesoras, aunque cuidado, que en este mundial hay mucho nivel.
Un saludo.
Coincidimos 100%, ayer todos demostraron una gran mentalidad y por eso no se vinieron abajo con los dos mazazos del comienzo, sino que se cnjuraron para sacar adelante el partido. Es pronto para sacar conclusiones, tanto de España como del resto de selecciones, pero la fortaleza mental, la velocidad y la calidad que demostraron ayer los nuestros no se las he visto a casi nadie en lo que llevamos de torneo. Ahora queda ver si en un partido "normal", en el que hay que llevar el peso del juego ante un rival cerrado, sabremos jugar igual de bien. Pero de momento la alegría de ayer ya no nos la quita nadie, la verdad es que fue una gozada de partido
ResponderEliminarNo pude ver el partido, lei lo que ponía hoy la prensa y la verdad me sorprendí un poco, que se remonte un encuentro con 10 desde el principio dice mucho de los nuestros,estaremos atentos,¿ quien crees que puede ser el favorito?.Saludos
ResponderEliminarEs pronto para decidirse, y tampoco soy muy bueno pronosticando, jeje. Argentina (que acaba de ganar a Alemania en un buen partido de los dos equipos) y Brasil tienen mucho potencial pero por ejemplo el otro día los argentinos estuvieron algo espesos y Brasil falló mucho atrás, y Alemania se dejó empatar un 3-0 en 15 minutos (con uno menos, eso sí). Colombia puede que sea otra de las selecciones que mejor imagen dejó, ganado bien a otro favorito como Holanda. Y del resto, Corea fue claramente mejor que Uruguay pero no sé si llega al nivel de estas otras; Italia me recordó mucho a la sub'20 y aunque ganó merecidamente no convenció; Suiza ganó a México en dos jugadas a balón parado pero fue un partido muy igualado, hoy no he visto el 4-3 a Japón pero le deja ya en octavos así que quizá haya que tenerles en cuenta...
ResponderEliminarHola, a ver si no se me borra el comentario.
ResponderEliminarSarabia es un crack, que combinado con Munaín y Borja forman un tridente ofensivo tremendo. Me encanta Sarabia, tiene mucho futuro.
SALUDOS DESDE FÚTBOL O´REY DEL DEPORTE.
No sé qué pasaría, yo desde luego no toqué nada, jejeje... En el Europeo casi no les vimos juntos porque extrañamente Muniain salió en las segundas partes, pero el otro día mostraron una gran compenetración y desde luego su calidad es indudable. Sarabia y Muniain tuvieron mucha movilidad, son rápidos y buenos regateadores y ven el juego con mucha claridad, y Borja también supo moverse despistando a los centrales y cayendo a banda cuando era necesario, entre los 3 volvieron locos a los defensas americanos. A ver si hoy repiten porque el esfuerzo fue muy grande y se esperan algunos cambios. Un saludo crack
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