miércoles, 29 de abril de 2009

Iñaki Sáez, 10 años después

El recuerdo a los hombres que lograron el primer campeonato mundial que luce en las vitrinas de la Federación Española (y el único si excluímos al fútbol sala) no estaría completo sin una referencia a la persona que dirigió a aquel grupo al éxito. Así que hoy toca repasar la vida de Iñaki Sáez desde aquella cálida tarde en Lagos en la que finalmente pudo cumplir la promesa de dedicarle el título a su desaparecida madre.

Si bien antes de ir a Nigeria su posición era algo cuestionada, como comentamos en su momento, tras el campeonato Mundial las dudas que pudiera haber sobre su valía quedaron completamente despejadas. Al triunfo en Nigeria le siguió al año siguiente la plata en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000, con un equipo formado por algunos campeones mundiales como Aranzubia, Marchena, Xavi o Gabri junto a otros jóvenes ya establecidos en Primera como Jose Mari, Angulo, Tamudo o Albelda, un éxito indudable que por supuesto tendrá su merecido espacio en futuras entradas. La no clasificación para el Europeo sub'21 de 2002 tras caer ante Portugal por el valor doble de los goles en campo contrario fue vista como un simple tropiezo para un generación que salvo excepciones como las de Xavi y Casillas no acababa de dar el salto a la élite del fútbol, y por eso cuando Jose Antono Camacho anunció su marcha del banquillo de la selección absoluta el nombramiento de Iñaki Sáez como nuevo seleccionador no levantó demasiada polémica. Su perfil era el de un hombre tranquilo, con experiencia y éxito en las categorías inferiores y que por tanto no debería tener problemas en realizar el relevo generacional que se debía producir tras el Mundial de Corea y Japón. Clásicos como Hierro, Nadal, Guardiola o Luis Enrique abandonaban la selección, y nadie mejor que él para ayudar a que los campeones juveniles dieran el salto a la absoluta y consiguieran en ella los mismos triunfos que se lograban en las divisiones inferiores de la Selección.

Con esa premisa inició su andadura en el cargo, haciendo debutar a Orbaiz y Marchena, pero el equipo no carburaba. Su férreo 4-4-2 chocaba con el estilo de juego de hombres como Valerón y con la dupla Albelda-Baraja se carecía de un organizador claro. No obstante, la clasificación para la Eurocopa de Portugal parecía bien encaminada hasta junio de 2003. En una semana negra se perdió en Zaragoza contra Grecia y se empató en Belfast, por lo que se llegó a las últimas jornadas dependiendo de los helenos para lograr la plaza directa. Los de Rehaggel no fallaron y por primera vez España debería ir a una repesca. En ella se superó a Noruega con menos apuros de los previstos, sobre todo en la vuelta en Oslo, y se encaró la Eurocopa con las expectativas por las nubes. En los últimos amistosos se comprobó que el equipo ofrecía una atractiva variante sobre el sistema tradicional, y es que además del consabido 4-4-2 con Etxeberría, Vicente, Raúl y Morientes como hombres ofensivos, había una serie de jugadores que parecían encajar mejor con un sistema menos encorsetado. Xavi, Xabi Alonso, Joaquín, Valerón, Luque y Fernando Torres ofrecían un juego más dinámico que los teóricos titulares, aunque se sacrificaba el supuesto equilibrio que daba la formación clásica. El debate sobre qué equipo debería usar Sáez en la Eurocopa se instaló en la calle, alentado por la baja forma de Raúl, cuya titularidad comenzaba a ser discutible.

En la convocatoria definitiva para Portugal Iñaki Sáez hizo un guiño a los campeones juveniles incluyendo, junto a los ya fijos Casillas y Marchena, a Xavi, Gabri y Aranzubia, aunque ninguno de los tres tendría minutos en el torneo. En el primer partido se obtuvo una trabajada victoria ante Rusia por 1-0 con gol de Valerón, que marcó al minuto de entrar al campo. El juego no fue vistoso pero se dio por bueno visto el resultado. Los problemas comenzaron en el segundo partido. Se preveía que Grecia, que llegaba también con 3 puntos, se encerrara en su área y dejara la iniciativa al cuadro español. Para afrontar un partido así muchos pensaron que era el momento de apostar por esa segunda unidad más creativa y con más velocidad y dinamismo en la circulación de balón, pero Sáez siguió confiando en su idea primigenia y sacó al mismo once que ante Rusia. El gol de Morientes pareció dar la razón al seleccionador, pero tras el empate heleno en la segunda parte se vio que el equipo carecía de ideas para atacar una defensa tan firme, y los cambios produjeron una mezcla de estilos que tampoco resultó. El partido contra los anfitriones se encaraba con 4 puntos y ahora resultaba decisivo, justo lo que se pretendía evitar. Las críticas a Sáez por no sacar de inicio ante los griegos a los jugadores con más capacidad para mover el balón fueron muy duras y pudieron con él. Ante Portugal, en un encuentro que se preveía más igualado y en el que sí parecía más necesario apuntalar el centro del campo, decidió sacar un once similar al que se le había "pedido" en el partido contra Grecia, con Xabi Alonso, Joaquín y Torres. El resultado fue un choque demasiado abierto en el que Portugal se manejó a sus anchas e impuso su mayor técnica individual, ejemplificada en el duelo entre Cristiano Ronaldo y Raúl Bravo, en el que el de Madeira volvió literalmente loco al lateral madridista. Un solitario gol de Nuno Gomes y una pizca de mala suerte en el remate certificaron la derrota y la eliminación.

Las críticas se recrudecieron y el desangelado regreso de la expedición, con los jugadores volviendo cada uno por su lado y sin el traje oficial, significó la sentencia pública a Sáez. Tras intentar calmar los ánimos, Villar tuvo que apartarle del cargo y decidió encomendarle de nuevo la dirección de la selección sub'21, que había fracasado en su intento de clasificarse para los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Sin embargo, pese a contar con un grupo de calidad y experimentado en Primera División, no pudo clasificarse para el Europeo de Holanda 2006 (en la primera fase de grupos Bélgica y Serbia-Montenegro quedaron por delante), ni tampoco para el del año siguiente y, consecuentemente, para los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 (se cayó ante Italia en la eliminatoria previa al Europeo). Después de estos malos resultados, y aunque las críticas no fueron excesivas (quizá por la falta de atención que en los últimos tiempos ha recibido la sub'21), su presencia en el staff de la Federación ya sólo se entendía por su amistad con el presidente Villar. Finalmente, Iñaki Sáez anunció que dejaría el cargo en verano de 2008, coincidiendo con su jubilación y con la llegada de Fernando Hierro a la Dirección Deportiva. Su último partido oficial fue el 25 de marzo de 2008 en Antequera, en un encuentro ante Kazajstán que se ganó por 5-0 y que dejó encarrilada la clasificación para el Europeo de Suecia de este año. Así, apartado de los focos, casi en silencio, se despedía del fútbol el hombre que supo llevar a un grupo de chavales a la cima del mundo.


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2 comentarios:

  1. Como todo el mundo en esta vida la trayectoria de Saez tiene claros y oscuros, yo me quedo con los primeros que fueron más y mejores, nunca fue del agrado de la prensa, sobre todo de Madrid, muy dada a etiquetar y encasillar, era considerado un hombre de Villar y próximo a Clemente, y eso no gustaba. A mi me parece uno de esos hombres enormemente válidos que hubo/hay en la federación, como Ginés Meléndez,Santiesteban y algunos otros.En fin que me quedo con lo bueno de él, oprque además se veía que era buena persona y sabía de fútbol una barbaridad, pero lo dicho, no tuvo buena prensa y chocó también con un factor que futbolísticamente es una tontería, pero que es real, no era mediático

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  2. De Meléndez y Santisteban tengo pensado hablar algún día, para mí son los grandes artífices de los éxitos en categorías inferiores, son sobre todo buenas personas que han sabido llevar a los chavales en todos los ámbitos, tanto deportiva como humanamente, y eso se notaba en el campo. Saez fue una víctima de la prensa pero también hay que decir que con él España no jugaba un pimiento (en realidad hasta junio pasado llevábamos años sin jugar a nada), y además cuando tuvo la oportunidad de cambiar algo no lo hizo. Si te fijas esa "segunda unidad" de la que hablo es básicamente la misma que usó Luis en la Eurocopa, son casi los mismos jugadores y es el mismo estilo de toque y desmarques continuos. A lo mejor les faltaba algo de madurez y el resultado hubiera sido el mismo, pero se habría ido con otra sensación

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