lunes, 27 de abril de 2009

La lista de Sáez 10 años después (y III)

Hoy concluye el repaso a la trayectoria de los 18 convocados con los 6 jugadores que ocupaban los puestos de ataque.

Javier Barkero: se dice que llegó a la lista de Sáez de rebote, en virtud de un acuerdo entre la Real Sociedad y la Federación para no llamar a Mikel Aranburu, por entonces ya en el primer equipo realista, y desde luego aprovechó la oportunidad a las mil maravillas. Gracias a su portentosa zurda, Barkero fue uno de los jugadores más destacados del campeonato y a su vuelta a Donosti parecía destinado a ser el sucesor natural de Javier De Pedro. Pero en la primera plantilla txuri-urdin no había sitio para los tres y Barkero pasó dos años cedido en el Toulouse y el Eibar, en los que no progresó lo que se esperaba. A su vuelta, Aranburu le ganó la carrera por el puesto y el campeón juvenil esperó su momento en el banquillo, pero su juego parecía estancado y nunca pudo rememorar sus actuaciones de Nigeria. Tras cuatro años de sinsabores deja la Real y ficha por el Albacete, en Segunda División, donde definitivamente parece encontrar su sitio. Sus buenas actuaciones en La Mancha le sirvieron para fichar este verano por el Numancia en su regreso a Primera, y entonces Barkero resurgió de sus cenizas como el Ave Fénix, mostrándonos por fin al jugador que hace 10 años se adivinaba que podía llegar a ser.

Alex Lombardero: sin duda la carrera de un perfil más bajo de todos los componentes de la selección. Este veloz extremo coruñés jugaba en el Lugo de Segunda B cuando fue convocado para el Mundial sub'20, del que volvió como campeón después de aparecer como revulsivo en 3 partidos. Pero después su carrera discurrió por equipos filiales (Atlético de Madrid, Racing de Santander, Alavés), disfrutó de breves estancias en Segunda con el Mérida y el primer equipo del Alavés y finalmente tuvo que dejar el fútbol por una grave lesión de cadera cuando estaba en la Gramanet. Comenzó esta temporada como técnico del Castellar, equipo de la Tercera Regional catalana.

Fran Yeste: indudablemente uno de los jugadores con más clase de aquella selección, Yeste debutó en Primera con el Athletic Club en febrero de 1999 y al año siguiente ya era miembro de pleno derecho de la primera plantilla bilbaina. Desde entonces ha jugado de manera habitual, aunque su carácter (a veces demasiado frío, a veces demasiado caliente) le ha impedido mostrar su fútbol con la regularidad que se desearía de un talento puro como el suyo, y quizá por ello no ha llegado a alcanzar el máximo de su potencial. Con todo, es reconocido como uno de los futbolistas más talentosos de la Primera División, y aunque últimamente las lesiones le tienen más tiempo parado que jugando, su presencia es vital para su club.

Gabri: sin duda un caso curioso de evolución futbolística, de sobra conocido por la mayoría de aficionados. Gabri siempre había jugado de media punta, puesto en el que destacó en este Mundial de Nigeria y siguió brillando por ejemplo en los Juegos Olímpicos de Sidney donde se colgó la plata, y de hecho su buena labor en esa posición le abrió las puertas del primer equipo del F.C. Barcelona. Pero era (y es) un puesto que parecía destinado a un jugador extranjero, preferentemente brasileño o argentino, y Gabri apenas pudo disputar minutos de importancia. Sin embargo, su estilo incansable hizo que Rexach lo probara en posiciones defensivas en un partido de Champions en Liverpool al que el Barça acudía con muchas bajas, y su rendimiento fue tan notable que acabó asentándose en el lateral derecho. Precisamente fue desempeñando esas funciones cuando Sáez decidió darle la alternativa en la selección absoluta, con la que llegó a jugar 3 partidos y a viajar a la Eurocopa de Portugal, anuque no jugó ni un minuto. Después se lesionó de gravedad en la rodilla y a la vuelta se encontró sin sitio en el Barça, por lo que en 2006, tras un año y medio prácticamente en blanco, se fue al Ajax, donde es muy apreciado por su polivalencia y en el que ha vuelto a jugar en su puesto originario.

David Aganzo: llamado a última hora para sustituir al lesionado Gerard, Aganzo lo hizo bastante bien en los minutos que jugó en Nigeria, destacando por su velocidad y unas grandes condiciones técnicas. Con casi dos años menos que el resto de sus compañeros, desgraciadamente todo hacía presagiar que nos encontrábamos ante el enésimo nueve de calidad que producía la prolífica cantera del Real Madrid que no encontraría acomodo en la primera plantilla blanca. Y efectivamente así fue, al igual que muchos antes que él (y otros muchos después), tras debutar con el primer equipo y jugar un puñado de partidos oficiales inició el tradicional rosario de cesiones que fueron reduciendo su caché. Pasó sin mayor gloria por Espanyol (2000-2002), Valladolid (2002-2003), Levante (2003-2004) y Racing de Santander (2004-2006). Sólo en Pucela y Valencia fue realmente importante para su equipo, aunque nunca pasó de los 10 goles, y tras no cuajar en Santander inició una breve y exótica aventura en el Beitar de Jerusalén que tampoco acabó demasiado bien. De vuelta al Racing, se lesionó de gravedad a comienzos de la temporada 2006-2007 y tras recuperarse se fue al Alavés. En Vitoria por fin superó la barrera de los 10 tantos en una temporada, y este año fichó por el Rayo Vallecano, donde sigue en racha goleadora. Desde luego, vista su irregular trayectoria no extraña que para muchos sea más conocido por haber sido pareja de la ex-mujer de Ronaldo, Milene Domingues.

Pablo Couñago: acabamos el repaso a las carreras de los jugadores con la del máximo artillero de aquel campeonato. En 1999, este pontevedrés se encontraba cedido por el Celta de Vigo en el Numancia, en Segunda División, y tras su gran campeonato su cotización se disparó. Sin embargo, en Vigo decidieron foguearlo una campaña más en Segunda y volvió a ser cedido, en este caso al Recreativo, motivados también por las altas exigencias del jugador para la renovación. Ese año acababa contrato y el Ipswich Town, que volvía a la Premier, no dejó pasar la oportunidad de tener en sus filas a todo un Campeón del Mundo sub'20, Bota de Oro y Balón de Bronce en ese campeonato. Sin embargo, en Inglaterra no termina de explotar como goleador de primer nivel, y en 2005, tras cuatro temporadas en Ipswich, decide volver a España. Su destino sería Málaga, club que esa campaña acaba último en Primera, y donde tampoco logra destacar. Regresa al Ipswich Town, y desde entonces por fin sus cifras goleadoras pueden considerarse al menos razonables para un club de Championship. Su carrera repleta de altibajos representa a la perfección a la mayoría de aquella mágica generación, que si bien no pudo hacerse al completo con un hueco en la élite del fútbol sí nos dejó un maravilloso torneo para el recuerdo e inició un camino que nos ha conducido a donde estamos ahora: en lo más alto.


2 comentarios:

  1. A Couñago lo daba por perdido hace ya años, el caso Gabri es muy similar al de Luis Enrique, aunque con menos calidad claro, y de Barquero y Yeste poco más se puede decir, que tienen una clase espectacular y que seguro que con un poco más de tarro hubiesen llegado más lejos, igual que Aganzo, aunque este yo creo que es de un perfil algo más bajo que el de los anteriores.Saludos

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  2. Aganzo apuntaba muy alto, era nuy rápido y técnico pero sí es verdad que había algo que no acababa de funcionar en él, quizá el carácter, pero con 17 años sí parecía que iba a ser algo, no un crack pero sí un jugador válido de Primera, aunque puede que le faltara algo de gol para asentarse.

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